La pelea de una mujer por defender su inocencia en un caso de estafa

Myriam Valencia de Zafra pasa los días detenida en la casa de una de sus hijas. Fue arrestada el año pasado por una estafa. Ella dice que, de haber sabido del proceso en su contra a tiempo, habría demostrado que nunca hizo nada ilegal. Esta es su historia. 

María José Medellín Cano y Juan David Laverde Palma
26 de abril de 2017 - 10:07 p. m.
La pelea de una mujer por defender su inocencia en un caso de estafa

Myriam Valencia de Zafra está afrontando una pesadilla judicial por cuenta de un proceso en el que, asegura, nunca tuvo chance de defenderse. Hoy, detenida en la casa de una de sus dos hijas en Bogotá, reflexiona una y otra vez cómo fue que terminó con una condena de cuatro años y medio de prisión, de la cual ha pagado ocho meses, con base en un documento que sirvió para estafar a Avianca por $63 millones pero que, ella dice, nunca firmó. Del proceso tampoco se enteró a tiempo, afirma, porque no vivía en el país.

Su pesadilla empezó en agosto del año pasado con su captura, realizada por la Policía Migratoria en el aeropuerto El Dorado en Bogotá. Llegaba de Estados Unidos, donde reside desde 2003, pero en su contra había una orden de captura desde 2010. Ni ella ni la familia que la esperaba a la salida del aeropuerto entendían qué pasaba. La policía les explicó: un juzgado penal de Barranquilla la había condenado hacía seis años por estafa y por haber falsificado un documento público.

Desconcertada por lo que acababa de escuchar, todavía en el aeropuerto, Myriam Valencia de Zafra, caleña, fisioterapeuta de profesión, profesora retirada de la Universidad del Valle, miembro de las reservas militares y ciudadana estadounidense desde 2006, intentó explicarles que eso era imposible. Que ella hace seis años no estaba en el país, que no sabía absolutamente nada de un proceso penal en su contra y que se equivocaban de persona. Su familia llamó a abogados en busca de ayuda mientras a ella la trasladaban a una Unidad de Reacción Inmediata (URI).

“Cuando me arrestaron y nos dimos cuenta del problema que enfrentaba, la vida se me fue al piso. Meterse con la libertad de la gente es lo más sagrado”, le dijo a este diario Myriam Valencia. Su expediente lo hallaron al siguiente día de su captura en el Juzgado Sexto Penal de Barranquilla. Ahí estaba la condena a cuatro años y medio de prisión, una inhabilidad por ese mismo tiempo para ejercer cargos públicos y una multa de 50 salarios mínimos.

De acuerdo con el fallo, una mujer de nombre Myriam Valencia de Zafra y un hombre llamado Jairo Ponffenz habían estafado a Avianca y falsificado documentos públicos para su beneficio en 2007 a través de una agencia de viajes. El ente investigador escuchó la versión de Ponffenz, quien señaló que Valencia había trabajado con él durante seis meses. “Jairo Ponnfenz dijo que me había conocido en Cali, pues yo vendía pasajes. Yo en mi vida no he vendido pasajes ni he visto a ese señor”, agregó Valencia.

El testimonio de Ponffenz y un contrato firmado por una mujer de nombre Myriam Valencia de Zafra fueron las pruebas que presentó la Fiscalía. Pero nunca, denuncia la defensa de Valencia, se hizo una verificación formal de cuál era realmente la Myriam Valencia de Zafra que había participado en la estafa y tampoco se le notificó a la mujer que se había iniciado un proceso penal en su contra. Ni la Fiscalía ni el juzgado de Barranquilla, explicaron abogados de Valencia a El Espectador, le pidieron a la Registraduría que verificara la identidad de la persona que firmaba.

La única prueba dentro del expediente es la firma del contrato. La familia Valencia de Zafra contrató a un investigador privado para que analizara lo de las firmas y encontró que, para la misma época en que se firmó el contrato que sirvió para condenarla, en el año 2007, ella estaba de viaje. Aunque el documento fue firmado en Barranquilla por una Myriam Valencia el 15 de junio de ese año y la firma se autenticó en Cali el 22 del mismo mes, los registros migratorios muestran que ella estaba con su familia en un hotel en Panamá por esas mismas fechas.

Defender a Myriam Valencia fue imposible cuando arrancó el proceso en su contra. El defensor de oficio que le fue asignado le indicó al juez en su momento que se debía desistir la investigación, pues su defendida no había sido identificada claramente ni mucho menos notificada. Con la asesoría del abogado Sergio Osorio, Myriam Valencia lleva este año tratando de defenderse de lo que califica como una gran injusticia. Hasta ahora, ningún recurso ha tenido efecto.

El más reciente fue la apelación de la tutela que presentaron en febrero de este año ante el Tribunal Superior de Barranquilla. El juzgado que estudió su petición a que se le respetara su derecho al buen nombre, honra, petición, trabajo, libertad y debido proceso, no tuvo en cuenta los argumentos pues, explicaron los abogados que llevan el caso, como se trata de la revisión de una condena ya ejecutada, los jueces temen entrometerse en ese tipo de casos.

Sin embargo, a Myriam Valencia de Zafra todavía le queda un recurso. “Vamos a pedir la revisión de mi caso ante el Tribunal Superior de Barranquilla. Hace años no vivo aquí, yo quiero mucho a mi país pero me parece increíble que el sistema judicial acabe con una vida así. No me voy a quedar   callada. Aquí tiene que haber justicia”, expresó Myriam Valencia. Con este recurso, la familia y sus abogados, quienes pueden presentar nuevas pruebas para comprobar su inocencia, esperan que por fin un juzgado en Colombia permita la legítima defensa de una ciudadana de este país.

Por María José Medellín Cano y Juan David Laverde Palma

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar