Durante un conmovedor discurso el Intendente José Libardo Forero hizo un balance de su institución y de los cambios que encontró luego de permanecer cerca de trece años en cautiverio.
El uniformado resaltó la labor del general Oscar Naranjo al mando de la Policía y lo calificó como un "enviado de Dios" que ha logrado cambios significativos para los uniformados y sus familias.
"Usted es un verdadero líder y ha transformado esta institución. Yo invito a todos mis compañeros policías que entiendan, que razonen y que sean lógicos. Yo no tengo moral incluso para decir que he sido un buen policía. Nadie conoce mis antecedentes, pero sinceramente los invito a que mostremos buen ejemplo", dijo Forero.
Señaló además que durante el cautiverio tuvo mucho tiempo para reflexionar, para cambiar y reconocer sus errores. Dice que ahora valora mucho más la vida y buscará a toda costa su felicidad y la de su familia.
"En cautiverio uno se hace bueno o se hace peor, yo estaba tan acostumbrado a vivir con la muerte que ya no le tenía miedo. Pero cuando me dijeron que era libre sentí temor de enfrentar de nuevo esta realidad", dijo el intendente Forero quien no pudo contener sus lágrimas.
El suboficial que recobró su libertad el pasado lunes, se declaró sorprendido ante las noticias sobre el irregular comportamiento de algunos de sus compañeros.
"Es increíble ver y escuchar que hay policías que cometen algunos actos arbitrarios contra la población civil. Han sido muchas las denuncias y los abusos, pero eso debe cambiar", dijo el intendente, al manifestar que su deseo es continuar trabajando por Colombia.
Finalmente, reconoció que aunque se han borrado muchos complejos y se ha logrado acabar con la discriminación, propuso un cambio que sería radical para el trato entre oficiales de alto rango y policías rasos.
"Se han borrado muchos complejos y tanta indiscriminación que nos hacía ser incivilizados y subdesarrollados. Pero definitivamente la institución debería quitarse el 'mi', nosotros no somos militares, somos civiles uniformados y ese 'mi' es darle complejo de superioridad. Deberíamos decir 'señor', que es respetuoso y no una obligación", puntualizó.
Al término de su discurso el uniformado abrazó a su familia y se dispuso a continuar con su tratamiento médico.