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Libre primer comandante de las Auc

Por orden de la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Bogotá dejó en libertad a alias ‘Sancocho’, exjefe del frente Farallones del bloque Calima y uno de los autores de la masacre de El Naya.

María Flórez
23 de julio de 2014 - 03:57 a. m.
El 18 de diciembre de 2004 se desmovilizó colectivamente el bloque Calima de las autodefensas, bajo el mando de Éver Veloza García, alias ‘H.H.’.  / ‘Vanguardia Liberal’
El 18 de diciembre de 2004 se desmovilizó colectivamente el bloque Calima de las autodefensas, bajo el mando de Éver Veloza García, alias ‘H.H.’. / ‘Vanguardia Liberal’

Con trece condenas en contra en la justicia ordinaria y 231 crímenes de guerra y lesa humanidad imputados, el exjefe paramilitar José de Jesús Pérez Jiménez, alias Sancocho, se convirtió este lunes en el primer mando medio de las autodefensas en salir de prisión. Pérez, que comandó el frente Farallones de las Auc en el Cauca, bajo las órdenes de Éver Veloza García, alias H.H., aún no ha sido condenado en Justicia y Paz por los hechos que le imputó la Fiscalía. Sin embargo, teniendo en cuenta que ya cumplió la pena máxima de ocho años de cárcel estipulada en la Ley 975 de 2005, producto de los diálogos entre el gobierno de Álvaro Uribe y ese grupo armado ilegal, el magistrado José Manuel Bernal le dio la boleta de libertad.

El pasado 28 de abril, el magistrado negó la solicitud de sustitución de medida de aseguramiento elevada por Pérez alegando que éste no había contribuido satisfactoriamente al esclarecimiento de la verdad y que incumplió su proceso de resocialización, teniendo en cuenta que sólo trabajó 22 meses de los más de ocho años que estuvo preso. En esa ocasión indicó que su conducta “no había sido la mejor”, ya que en una requisa le habían encontrado licor en la celda y en una oportunidad había accedido sin permiso a redes sociales.

Sin embargo, en fallo proferido este 2 de julio, la Corte Suprema de Justicia consideró que Pérez participó permanentemente en las diligencias convocadas en el proceso de Justicia y Paz, por lo que no tuvo tiempo de asistir a actividades de resocialización. Para el alto tribunal, “reprochársele que sólo tenga 22 meses de trabajo, estudio o enseñanza, supone desconocer que su obligación principal es la de contribuir eficazmente con la construcción de la verdad”. Asimismo señaló que las supuestas faltas disciplinarias cometidas en la cárcel por el ‘expara’ no han sido calificadas como tales por el Inpec y que, si era cierto que no había contribuido al esclarecimiento de los hechos, la Fiscalía debía haber solicitado su expulsión del proceso. Por esas razones consideró que Sancocho cumplía con todos los requisitos para ser puesto en libertad y le ordenó al Tribunal de Bogotá sustituir su detención en la cárcel por una medida no privativa de la libertad.

En cumplimiento del fallo, el magistrado Bernal le ordenó al Inpec liberar a Pérez Jiménez, uno de los paramilitares más temidos del Cauca. Tal como él mismo ha confesado, entre 2000 y 2004 participó en el homicidio de líderes sindicales, campesinos e indígenas de ese departamento y de Jamundí (Valle), muchos de los cuales fueron acusados de ser auxiliadores de las guerrillas y arrojados al río. Años después, Pérez, como muchos otros ‘exparas’, ha reconocido que la mayoría de esas víctimas eran miembros de la población civil ajenos al conflicto armado.

Sancocho también fue uno de los más de 200 hombres del bloque Calima que en la Semana Santa de 2001 sembraron el terror en la región de El Naya, donde asesinaron a 24 personas y desplazaron a casi 4.000 por orden de Vicente Castaño, quien le pidió a alias H.H. que expulsara a las guerrillas de la costa Pacífica y controlara el jugoso negocio del cobro del gramaje. En su más reciente decisión contra alias Monoleche, quien también hizo parte del bloque Calima, el Tribunal de Medellín recordó que, con el fin de ingresar al Valle y posteriormente al Cauca, las autodefensas se aliaron con el cartel del Norte del Valle y con reconocidos empresarios de la región, como los presidentes , en ese entonces, de la Plaza de Toros de Cali y de la Asociación de Harineros del Valle.

Justamente, en la audiencia del 28 de abril, un fiscal le había pedido al Tribunal de Bogotá que no le concediera la libertad a Sancocho porque “no ha ofrecido mayor información sobre la vinculación de terceros al accionar paramilitar, tales como financiadores, colaboradores y vínculos políticos”. Sin embargo, como la Corte desestimó esas afirmaciones y el Tribunal terminó otorgándole la libertad, el exjefe ‘para’ aseguró que continuará colaborando con la justicia. “Siempre he estado comprometido con este proceso, desde el primer momento en que dejamos las armas. Seguiré presentándome ante la Fiscalía y los organismos del Estado el tiempo que sea necesario. Les vuelvo a pedir perdón a las víctimas”, dijo por videoconferencia desde la cárcel de Itagüí.

En aras de garantizar su contribución a la justicia, el magistrado le prohibió salir del país sin autorización judicial, portar armas de fuego y acercarse a las víctimas o a sus familias. Asimismo le exigió vincularse a los programas ofrecidos por la Agencia Colombiana para la Reintegración y le ordenó al Inpec suministrarle un dispositivo de vigilancia electrónica. De continuar cumpliendo con los requisitos estipulados en la Ley, Sancocho saldará sus deudas con la justicia colombiana una vez el Tribunal de Bogotá lo condene.

Pese a los temores de muchos sectores de la sociedad, al menos 1.147 ‘exparas’ podrán solicitar su liberación a partir de esta semana. Teniendo en cuenta la jurisprudencia que sentó la Corte en el caso de Pérez, estos hombres saldrán más temprano que tarde a las calles. Llegó la hora de cumplirles a los ‘paras’ y asumir la dura tarea de reintegrarlos a la vida civil.

 

 

@elenaflorezr

Por María Flórez

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