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Medellín y el mundo de la extorsión

Mientras el Gaula indicó que en menos de dos años de operación ha logrado dar golpes contundentes a los combos que tienen ‘vacunada’ a la ciudad, Corpades considera que los esfuerzos son mínimos.

Santiago Martínez Hernández
03 de septiembre de 2014 - 05:02 a. m.

La ‘vacuna’ sigue siendo el principal dolor de cabeza para las autoridades en Medellín. No sólo porque la extorsión se ha generalizado, sino porque la comunidad se ha acostumbrado a pagar una especie de cuota mensual para evitar retaliaciones y así poder continuar con sus actividades. Mientras las autoridades, como el Gaula de la Policía, aseguran que están adelantando una serie de operaciones y programas para enfrentar esta problemática, organizaciones como la Corporación para la Paz y el Desarrollo (Corpades) manifiestan que estas acciones son pocas y que su impacto corresponde más a un golpe mediático.

Desde abril de 2013 el Gaula de la Policía creó una jurisdicción para el área metropolitana de Medellín. Según indicó el comandante de esta dependencia, el mayor Edward Martínez, se ha desarrollado una estrategia para golpear a las 11 organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico (Odín), que bajo su mando tienen a 160 combos que se encargan de cobrar puerta a puerta las ‘vacunas’ y de manejar el microtráfico en la ciudad.

El comandante del Gaula Nacional de la Policía, coronel Fabio López Cruz, indicó que el grupo de Medellín es uno de los que más resultados operacionales han logrado: “Para 2014 se tiene como objetivo dar 24 golpes. El Gaula Medellín ya ha hecho 17. Ha logrado capturar a más de 600 personas en menos de dos años. A nivel nacional hemos recibido en estos ocho meses 1.811 denuncias por extorsión, 52% menos que en 2013. Con el trabajo en Medellín, sumado al resto del país, hemos desarticulado 55 bandas y capturado a 1.901 delincuentes (291 en la capital antioqueña)”. A su vez, el mayor Martínez precisó que la baja de homicidio el año pasado es de alrededor del 32% y que en lo corrido de este año es una cifra similar.

Sin embargo, el director de Corpades, Fernando Quijano, tiene una opinión diferente a las cifras que manejan las autoridades. Además, indicó que las extorsiones no han disminuido y que la cifra de homicidio ha caído es por el denominado ‘Pacto del Fusil’ que se firmó en julio de 2013, en el que las bandas y combos se comprometieron a no agredirse con el fin de respetar territorios, repartir ganancias y salir del radar de las autoridades. Asimismo, Quijano estableció que en realidad la ciudad y el Valle de Aburrá están dominados por 350 bandas, que les rinden cuentas a bandas criminales como los Urabeños y la Oficina del Valle de Aburrá, cuyos jefes siguen siendo los narcotraficantes que mandaron en Medellín desde la época del cartel.

Quijano aseguró que el tema de la extorsión es uno de los más delicados, ya que “la ‘vacuna’ está generalizada. Oscila entre $40.000 y $2 millones mensuales. La cifra depende del producto. Por ejemplo, por el paso de una caja de cerveza de un barrio a otro, cobran $1.000. En una semana que no sea de fiesta se hacen dos entregas de 800 cajas. La leche, los huevos, la arepa, el arroz, toda la canasta familiar está comenzando a ser ‘vacunada’. La idea de los combos es que ellos se conviertan en un centro de acopio y distribución. Van a terminar legalizando el negocio”.

Tanto el Gaula de Medellín como Corpades han reconocido que es prácticamente imposible acabar con los combos en Medellín, ya que la mayoría están integrados por miembros de una misma familia que se rotan el mando de generación en generación. “Es difícil la labor que quiere cumplir el Gaula, porque llegaron con 80 hombres. Han logrado realizar uno que otro golpe, pero es que es imposible controlar 13.000 hombres y 350 combos. Lo cierto es que dan golpes mediáticos y poco le quitan al negocio. Si el Estado no hace presencia real en un barrio, la vacuna va a seguir”, agregó Quijano.

El director de Corpades también dijo que “la gente sigue pagando por miedo y para poder trabajar, porque lo de los combos es histórico y son generacionales. Además, existe relación entre ellos y algunos sectores de la Fuerza Pública. Las bandas de Medellín no trabajan de manera independiente, como han querido decir: o son de la Oficina del Valle de Aburrá o de los Urabeños. La ‘vacuna’ es una orden de estas organizaciones. En últimas puede decir que el combo desaparece pero la zona sigue siendo de las bacrim”.

Para las autoridades es claro que la vida criminal de las personas que llegan a liderar un combo comienza a los 12 años y termina a los 30, bien sea porque fueron identificados por la Policía o porque fueron asesinados. Corpades y el Gaula han sido claros en precisar que los principales afectados por la extorsión son el comercio y el transporte. Uno de los principales ejemplos es la situación que se vive en el centro de Medellín, especialmente en la Comuna 10, donde se ha establecido, según el Gaula, que hay alrededor de 17 estructuras divididas en tres grandes grupos que actúan como las Convivir, ya que cobran cierta cantidad de dinero por prestar un servicio de seguridad. “Ahí residen alrededor de 90.000 personas y hay una población flotante de casi dos millones. Estas bandas cobran desde $10.000 en adelante a los residentes, transportadores y comerciantes. Lo peor del caso es que algunos lo ven con buenos ojos”, manifestó el mayor Martínez.

Frente a esto, Quijano puntualizó que “el tema del centro es muy complicado, porque los registros dicen que son 35 y que a su servicio están 750 personas. Todo el mundo está bajo ‘vacuna’ en la Comuna 10. Fenalco aseguró que sus 20.000 afiliados están’ vacunados’ y pagan $20.000 millones. Además, en nuestras cuentas, si los miles de comerciantes del centro pagan la extorsión, que es alrededor de $45.000, en sólo un mes estas bandas tiene ingresos de $8.900 millones”. Agregó que en otras comunas de la ciudad, como la 13, el transporte público debe pagar alrededor de $750.000 mensuales.

Mientras el Gaula sigue realizando operativos en la ciudad, que según ellos han ayudado a disminuir la situación de inseguridad, Corpades enfatizó que la realidad de Medellín va más allá de los combos, ya que si las autoridades no realizan un trabajo que vaya direccionado a atrapar a los verdaderos jefes de estas estructuras, no importa cuántos combos sean desarticulados, los territorios continuarán en manos de las bacrim. “Para nosotros hay una confederación que está conformada por la línea de jefes de gatilleros, como ‘Freddy Colas’, los Triana o los de las Lomas de San Cristóbal. Es decir, los que tienen un poder en una comuna o en un corregimiento. Arriba de ellos, creemos que hay una gente que representa a la mafia, en pocas palabras el cartel de Medellín. Sigue más vivo que antes. Siempre ha estado”, concluyó Fernando Quijano. 

 

Santiago Martínez Hernández *

@santsmartinez / smartinezh@elespectador.com

Por Santiago Martínez Hernández

 

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