Ante la Procuraduría General de la Nación la ex directora del Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, Lilana Pardo, explicó que el ex representante a la Cámara Germán Olano nada tuvo que ver con la adjudicación de la Fase Tres de Transmilenio y negó que haya habido exigencia de dineros a cambio de favorecer a los licitantes.
Indicó que ese proceso estuvo a cargo única y exclusivamente por un comité evaluador, conformado por un grupo especializado en la fase licitatoria y otro en la adjudicación. Dijo que las denuncias respecto a la entrega de dineros irregularmente son versiones de oidas y de supuestos, mientraas el trabajo de los evaluadores está plenamente documentado y demuestra la legalidad de toda la actuación.
Negó que en algún momento se hubiese pensado en revocar la entrega del contrato al concesionario Transvial, como lo había afirmado Miguel Nule, y que mucho menos hubo exigencia de dádivas para no revocar la entrega del contrato.
Según el contratista Grupo Nule la ex funcionaria está involucrada en la exigencia de dineros a cambio del otorgamiento de la concesión de la Fase Tres de Transmilenio.
Según Miguel Nule, no solo hubo una exigencia de 3.500 millones de pesos iniciales para no declarar desierta la licitación sino que se exigía participación dentro del contrato para los funcionarios que, aparentemente, habían gestionado el trámite de la licitación a favor del concesionario.
Dijo que la posición asumida por el IDU ante la Unión Temporal Transvial fue exactamente la misma que se planteó frente a otros contratistas y que, muy seguramente, las declaraciones de Miguel Nule en este sentido se deben a que está mal informado.