“No estoy ofendido con Francisco”

Apenas Rafael Ricaurte fue detenido por narcotráfico, su hermano aclaró en público que no tenían cercanía hacía muchos años. El primero, sin embargo, dice que no hay rencores y desde La Picota pelea a muerte por su inocencia.

Diana Durán Núñez
11 de octubre de 2015 - 02:00 a. m.
Rafael de Jesús Ricaurte, hermano del expresidente de la Corte Suprema de Justicia Francisco Ricaurte.  / Andrés Torres - El Espectador
Rafael de Jesús Ricaurte, hermano del expresidente de la Corte Suprema de Justicia Francisco Ricaurte. / Andrés Torres - El Espectador

Rafael de Jesús Ricaurte, hermano del expresidente de la Corte Suprema de Justicia Francisco Ricaurte, está detenido en la cárcel La Picota de Bogotá desde el 4 de marzo de este año, con base en una solicitud de extradición de EE. UU. por narcotráfico. Hace una semana se enteró de que la Corte Suprema dio luz verde a la petición; sólo falta una firma del presidente Santos y en un santiamén estará montado en un avión de la DEA. En ésta, su primera entrevista con un medio, asegura que su proceso es sólo un montaje para lastimar a su familia. Sostiene que jamás en la vida ha tenido que ver con tráfico de drogas. Dice que sólo le preguntaron sobre cómo hacer una exportación.

¿Había sido investigado alguna vez por narcotráfico, aquí o en otro lugar?

No soy narcotraficante. No tengo ninguna investigación en Colombia ni en ninguna otra parte del mundo.

En su “indictment” la DEA denomina como “primera reunión” al encuentro que el 4 de febrero de este año tuvieron usted, un señor llamado Jorge Iván Toro Naranjo y tres hombres más, infiltrados de la DEA. ¿En qué contexto se dio esa reunión?

El contexto de la reunión es muy breve y es lo que nosotros, mi pull de abogados y yo hemos considerado un montaje. Un amigo, Jorge Iván Toro Naranjo, me invitó ese día. Desconocía que eran unos infiltrados, como dice usted, de la DEA.

Rafael: esas personas, en esa reunión, ¿le ofrecieron traficar drogas?

No.

¿Qué le ofrecieron?

En esos momentos se habló de cómo era una logística de exportación a la cual me referí como exportador que soy.

¿Y qué exporta?

Frutas para Europa. Banano de Santa Marta.

¿Por qué lo citó a usted a esa reunión el señor Toro Naranjo?

Él me dijo que fuéramos a hablar con amigos de un amigo de él. Un tal… ¿Cómo es que le decían? No me acuerdo del nombre del señor. Entonces fui, le atendí al señor.

¿Dónde fue la reunión?

En un Juan Valdez de Cartagena. Nunca en mi vida había visto a esos señores y nunca había conversado con ellos. Los saludé y les brindé un café amablemente y les dije: “el señor Toro viene en el vuelo de la tarde”, porque yo con el señor Toro la relación que tenemos es de amistad. Él me ha vendido ganado y piña a mí, porque él me consigue la piña allá en La Tebaida, Quindío.

¿Esas tres personas eran colombianas o estadounidenses?

No sé. Hablan muy fluido el español. Nos sentamos, nos tomamos un café y el señor me dijo textualmente: “Me voy porque tengo una mujer que me está esperando en un apartamento y voy a aprovechar que estoy aquí para pasarme el rato con la novia colombiana que tengo”. Se supone que el señor con el que yo me entrevisté era un mexicano.

¿Y los otros dos?

Los otros dos tenían acento como colombiano, no sé mucho.

¿Ellos le dijeron qué les interesaba exportar?

No. Ellos me dijeron a mí que iban a hablar con Toro. Y hubo una segunda reunión ese mismo día, en la tarde, cuando estaba Toro.

¿Usted tenía vínculos comerciales con Toro de vieja data?

No. Soy amigo personal de él y en algunas cosas que él me dice que lo asesore.

¿Qué hace Toro exactamente?

Es comerciante. Tiene unas plantas de procesamiento de cal y todas esas cosas. Compra y vende carros. Es ganadero. Y aparte de eso siembra yuca, plátano y piña en Armenia, de allá es.

¿Hace cuánto ustedes se conocen?

Hace cinco años, más o menos.

A usted le están imputando el haber negociado enviar droga a Estados Unidos.

Nunca lo he hecho, ¡jamás! ¿Dónde está el decomiso que diga que Rafael Ricaurte ha mandado droga? Hasta fui candidato a la Asamblea del Magdalena. Yo no soy narcotraficante.

Volvamos a la segunda reunión de ese 4 de febrero: ¿fue con la misma gente?

La misma gente. Incluso ahí dice el mismo caso que esa reunión fue fotografiada y monitoreada por la Policía. Si fue así, la Fiscalía o un juez de la República tenían que haber autorizado, o sea que la Fiscalía y los estamentos investigativos en Colombia sabían, desde antes del 4 de febrero de 2015, de la presunta comisión de un delito que tenían que investigar por mandato constitucional. ¿Por qué no iniciaron inmediatamente una investigación? ¿Por qué dejaron correr hasta el 4 de marzo para hacer una captura con fines de extradición? Te voy a decir por qué: porque ellos tenían que hacer un show mediático y todo lo que están haciendo y acabar con la familia Ricaurte.

El 4 de marzo de este año iba a haber otra reunión con esa misma gente. ¿Qué pasó?

El 4 de marzo no existió reunión. Supuestamente hubo una citación para que se volvieran a reunir Toro y el señor (mexicano). Yo venía de Panamá ese mismo día y entré a Colombia a las 10 de la mañana. Lo más raro es que ese mismo día montaron la circular roja de Interpol en Estados Unidos y a las dos horas me capturaron en Colombia. O sea, ¡la captura más rápida del mundo! Tenían todo cronometrado para hacer la bulla. Los medios le dieron un matiz político, por mis hermanos, que es lo que me está matando aquí.

Pero no es con usted, es con cualquier caso. Cuando capturaron al hermano del general (r) Naranjo por narcotráfico hubo incluso más cubrimiento mediático.

Pero al hermano del general (r) Naranjo no le dieron tanto bombo como a mi caso.

¿Venía de Panamá de hacer qué?

Estaba tratando con un gremio allá, lo puedo probar, de mirar qué se podía hacer porque tenía unos clientes en Europa que me estaban pidiendo piña y banano, y en Colombia el banano está muy caro y muy escaso por todos los desmanes del clima.

Usted dice que su proceso es un montaje. ¿Con base en qué?

Es que yo no entiendo cómo me va a decir un agente de la DEA algo tan inverosímil e increíble como esto que dice aquí, textualmente leo de la declaración firmada por el agente de la DEA Carson Lorenz: el testigo uno dice que él compraría la droga y la pagaría para llevarla él mismo y bajo su responsabilidad en un camión a Nueva York. O sea, es algo increíble. Desde Veracruz hasta Nueva York en un tractocamión. Mil kilos de droga tú no los puedes esconder en ninguna parte. Definitivamente considero que sí hay un montaje y que aquí hay fuerzas oscuras. Le hice una petición al fiscal general de la Nación el día 7 de septiembre, pidiéndole que se pronuncie si los hechos que motivaron la solicitud de extradición mía corresponden a la jurisdicción penal colombiana o no. Hay sentencias de la Corte Constitucional que dicen que el fiscal se debe pronunciar sobre este tema, en la Sentencia 1376 o algo así, mi abogado sabe.

¿Usted le solicitó eso a la Corte Suprema antes de que aprobaran su extradición?

Antes de que conceptuaran, mi apoderado le solicitó a la Corte copia de los videos de seguridad del Juan Valdez. Algunos fueron compañeros de mi hermano (Francisco Ricaurte), quizá por enemistad o por familiaridad, no conozco las razones, no quisieron solicitar las pruebas aduciendo lo que le dicen a todo el mundo: que ellos no tienen competencia para meterse en el ámbito legal de los Estados Unidos. Pero allí hay una cosa ambigua: Colombia no pude solicitar una prueba dentro de su propio territorio porque se mete en la jurisdicción de EE. UU., pero los hechos que me endilgaron fueron cometidos en territorio colombiano. O sea que Estados Unidos sí se puede meter en la jurisdicción colombiana, pero no viceversa.

El “indictment” dice que usted ofreció sacar la droga a México por medio de un buque de contenedores.

¿Dónde están los contenedores?

Pues se supone que eso fue apenas una oferta, que los contenedores llegarían después.

Por eso, eso es lo que están planteando, que yo hice una oferta y con eso me van a condenar, con una supuesta oferta de un negocio, ni siquiera con la comisión del delito. Jamás Rafael Ricaurte ha tenido un kilo de droga en sus manos.

¿Cuáles magistrados de la Sala Penal aprobaron su extradición?

Todos los magistrados firmaron. Ninguno salvó voto.

¿Debería haberlo hecho alguien?

Sí, me reservo los nombres. Algunos compañeros de mi hermano hubieran podido salvar el voto y hubieran hecho un estudio minucioso. Pero lo hicieron en tiempo récord. Todo lo mío es en tiempo récord.

¿Cuándo salió el concepto de la Corte Suprema?

El día jueves (1º de octubre de 2015). Me enteré el viernes por mi abogado.

¿Ha hablado con su hermano desde que supo que se va a Estados Unidos?

No. Precisamente estoy en estos momentos enfocando la cuestión para ver hasta dónde va mi defensa y en qué va, con base en lo que yo le he pedido al fiscal general, que si la jurisdicción es colombiana o no.

Usted dice que hay fuerzas oscuras, una especie de complot en contra de la familia Ricaurte. ¿Por qué?

Porque me extrañó la primera expresión que lanzó la funcionaria Edith Comba, la funcionaria del CTI de Barranquilla que me capturó. Dijo: “Al fin cayó”. Es más, a mí me metieron en la oficina del director del CTI en Cartagena y allí cuatro funcionarios de la DEA me ultrajaron, les faltó pegarme no más. Ellos decían “hagas lo que hagas y seas quien seas te vas para Estados Unidos”. Un funcionario me empujó. Eran cuatro funcionarios de DEA y dos del CTI.

Pero, ¿por qué cree que hay un complot para afectar a sus hermanos?

Porque nuestra familia ha sido honesta, íntegra, donde venimos de un padre ejemplar y una madre igual, y se nos quiere acabar. (En esta parte de la entrevista se le quiebra la voz. Sus ojos se humedecen y pide que por favor no le tomemos fotos así). Considero que los infractores también aprovechan algunas cosas para generar inquina sobre algo que no es, estoy totalmente seguro de que soy inocente.

Hay algo que llama mucho la atención de cuando fue su captura: el comunicado de prensa que sacó su hermano, el exmagistrado Francisco Ricaurte, diciendo que a pesar del parentesco ni él ni su familia sabían de usted hacía muchos años y que cada quien debía asumir las consecuencias de sus actos.

Sabía que me ibas a hacer esa pregunta, pero pues pregúntaselo a él. Yo considero que todos son mis hermanos y que todos consideran que yo soy su hermano. Somos unidos y no tengo respuesta sobre el tema.

¿No sintió que su hermano le dio la espalda?

No. No me siento ni ofendido y todo se lo dejo a Dios. Somos cinco hermanos y gracias a Dios estamos todos unidos en el problema. El comunicado de pronto lo sacó fastidiado por tanto acoso; quizá más adelante él quiera postularse a algo y quieran tacharle lo del hermano. Y eso es de pronto respetable, yo no sé, pregúntale a él por qué lo hizo, no tengo cómo explicar el tema. Personalmente, no tengo nada que reprocharle. Soy un hijo de Dios y todos son mis hermanos.

¿Tiene hijos?

Claro. Tres.

¿Son pequeños?

Están pequeños y eso es algo que me duele, porque el Estado colombiano me está alejando de ellos.

¿Qué edades tienen más o menos?

Mi hija mayor tiene 18 años. Mis otros hijos, 15 y 12 años.

 

¿Qué pensó el día que recibió el concepto de la Corte Suprema?

Lo tomé con serenidad porque tengo una postura: que sea la voluntad de Dios. Mi inocencia aquí o en cualquier parte la probaré.

¿Le tiene miedo a la justicia de Estados Unidos?

Al único que le tengo miedo es a Dios. La justicia americana violenta todos los derechos fundamentales de las personas, el debido proceso. Pero no le tengo miedo porque soy inocente.

La versión de Ricaurte sobre su atentado

“No entiendo por qué la Fiscalía no ha salido a aclarar lo de mi atentado, si ellos conocen todo el caso”, le dijo Rafael Ricaurte a este diario sobre el atentado del que fue objeto en Santa Marta en noviembre de 2011. Según los medios, el atentado fue orquestado por la Oficina de Envigado por un asunto de estupefacientes. Según el ingeniero, bandas criminales del Magdalena lo estaban extorsionando por tener a cargo unas obras para el departamento, él se negó a pagar y más adelante, en interceptaciones de la Fiscalía, se descubrió que había un plan para atentar en su contra y obligarlo a entregar dinero. Ese mismo año se había lanzado a la Asamblea del Magdalena con el Partido de la U.

Ricaurte explica que una fiscal especializada de Santa Marta consiguió la captura de cinco personas, uno de ellos, portador del fusil con el que le habían hecho el atentado, de acuerdo con las pruebas de balística. Desde entonces, asegura, tuvo un esquema de la Unidad Nacional de Protección, que consistía en dos hombres y un chaleco antibalas, con el cual contó hasta el 4 de marzo, día en que fue arrestado en Cartagena junto a su amigo Jorge Toro Naranjo.

Por Diana Durán Núñez

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