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Novela de una 'Gata' enredada

Tras la captura de 11 personas cercanas a Enilce López, se abre un nuevo proceso en su contra por lavado de activos.

Redacción Judicial
04 de junio de 2014 - 02:58 a. m.
Enilce López cumple una condena de 37 años de prisión por homicidio. / ‘Semana’
Enilce López cumple una condena de 37 años de prisión por homicidio. / ‘Semana’

El imperio de Enilce López, más conocida como La Gata, la mujer que llegó a controlar los juegos de azar y las apuestas en la Región Caribe en Colombia, tambalea. Tras la captura de 11 personas de su círculo más cercano —entre quienes se encuentran su esposo, Héctor Julio Alfonso, su secretaria privada y los representantes legales de sus empresas de chance—, la máscara de López se desbarata y empiezan a develarse en detalle sus vínculos con el comandante paramilitar Salvatore Mancuso y el extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano, a quienes les guardaba caletas llenas de dinero en efectivo, según reportes oficiales.

Al tiempo que se imputaban cargos por los delitos de concierto para delinquir y lavado de activos contra los 11 capturados, La Gata, su hijo Héctor Julio Alfonso y su hermano Arquímedes García Romero, alias El Químico —estos tres estaban ya en prisión—, un grupo de la Unidad Especializada para la Extinción de Dominio de la Fiscalía realizaba un operativo para embargar 391 bienes inmuebles, 124 vehículos, 121 establecimientos de comercio y siete sociedades del clan de Enilce López. Estas propiedades, que serían el resultado del blanqueo de dineros del paramilitarismo entre 2002 y 2010, están avaluadas en $442.000 millones.

Cabe recordar que en noviembre de 2011 El Espectador reveló un informe secreto de la DEA, emitido el 9 de octubre de 2009, en el que ya se había advertido sobre la presunta participación de La Gata en el lavado de dinero del paramilitarismo. “Entre la información aportada por la fuente se hace alusión a que una de las empresas en las que ha circulado dinero proveniente de los paramilitares es Uniapuestas S.A., con domicilio en la ciudad de Barranquilla y que tiene como accionistas a miembros de la familia López. Igualmente, hace referencia a las empresas Única S.A., Aposmar S.A., Aposucre S.A., Costa Salud, Seguridad 911 y Uniproducciones”. Dichas firmas, advierte la DEA, “hacen parte del grupo de empresas manejado por estas personas y a las cuales constantemente, después de 2004, se les inyectaron dineros en efectivo provenientes de Mancuso”.

En estos informes, en los que ya se advertía sobre las irregularidades de las cinco sociedades de chance y la empresa de seguridad hoy fuertemente cuestionadas, la DEA indicaba que entre las propiedades de lujo en poder de La Gata, que eran administradas por su hijo Jorge Luis López, alias El Tiburón, estaban carros de competencia Nascar y de marca Ferrari. “La caída del imperio de Enilce López”, como lo señaló el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, comenzó en enero de 2011, cuando un juzgado la condenó a 37 años de prisión por el homicidio de Amaury Fabián Ochoa Torres, un vigilante asesinado el 12 de junio de 2000 por tener supuestamente vínculos con la guerrilla.

Asimismo, Enilce López tiene una condena por nexos con grupos paramilitares, especialmente por sus alianzas económicas y criminales con Mancuso y Edward Cobos Téllez, alias Diego Vecino. La mujer que financió decenas de campañas políticas —entre ellas algunas presidenciales— y logró que su hija fuera reina de belleza de cuanto reinado existe en la Costa, ha sido una piedra en el zapato para la justicia. Después de que la Corte Suprema de Justicia ratificara en agosto de 2013 su condena por el homicidio de Ochoa, corrió a una clínica en Barranquilla donde estuvo internada varias semanas por una supuesta enfermedad grave.

Mientras Medicina Legal aseguraba que La Gata podía estar recluida en una cárcel porque sólo presentaba un cuadro grave de desnutrición, un juez le concedió el beneficio de casa por cárcel. La pelea por esta situación continúa, ya que Enilce López sostiene que si es ingresada a alguna cárcel no se alimentará porque la pueden envenenar. Lo único cierto es que desde ahora enfrenta un nuevo proceso, que también pone en jaque al excomandante paramilitar Mancuso, ya que la Fiscalía ordenó revisar si con estas nuevas pruebas se puede solicitar su exclusión de Justicia y Paz. Uno de los elementos más relevantes y que comprobarían que Mancuso siguió delinquiendo y no contó toda la verdad es la captura de su exesposa, Martha Elena Dereix Martínez, señalada de entregar la plata y realizar los giros para el blanqueo de dineros.

Por Redacción Judicial

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