"Nunca he dado una orden ilegal": general Henry Torres

Dijo que confía en que fiscales y jueces cumplirán sus deberes constitucionales para demostrar su inocencia.

El Espectador
15 de julio de 2013 - 10:54 p. m.

 

Un juez de Yopal acaba de pedir que se indague su presunta responsabilidad en la desaparición de una enfermera y en la muerte de dos campesinos en Aguazul en 2007. ¿Qué responde?


No he sido enterado de manera oficial sobre esa decisión judicial, pero debo decir que ya en ocasión anterior un juez de Paz de Ariporo (Casanare) había compulsado copias a la Fiscalía para que determinara si debo ser o no objeto de investigación penal por delitos que han sido cometidos y confesados por el teniente Marco Fabián García Céspedes, quien, luego de muchos años de haber mentido y engañado a las autoridades judiciales y después de que sus subalternos decidieron no encubrir más la verdad, reconoce haber asesinado de manera injustificada a varias personas que había reportado como muertos en combate. Ese confeso asesino ha dicho a las autoridades que sus ilícitas actuaciones las realizaba con conocimiento de todos sus superiores, motivo por el cual el despacho del fiscal general dispuso la apertura de una investigación preliminar para establecer si García Céspedes dice la verdad o se trata de un intento más por engañar a las autoridades. Sobre la muerte de los dos campesinos debo decir que el teniente García reportó el hecho como una acción de combate en desarrollo de una operación militar legalmente emitida y sobre la supuesta desaparición de una enfermera, que fue retenida por él mismo teniente García, debo decir que su identidad ya fue determinada en la investigación de la Fiscalía y que las primeras averiguaciones de mi defensa han podido establecer que no existe ninguna desaparición. Es una más de las mentiras del señor García Céspedes.

¿Quién es el teniente Marco García Céspedes y por qué cree que lo está señalando de estos hechos?

El señor teniente García cuando se encontraba en servicio activo era catalogado como un excelente oficial, por su desempeño, por su liderazgo en el batallón en el que laboraba y porque sus actuaciones se apreciaban legítimas y acorde con los valores militares. Esa era la imagen que tenía de ese oficial. Hoy en día, luego de enterarme por la investigación de sus ilógicas y criminales actuaciones, de la manera cómo asesinó a varios ciudadanos alevemente y sin ningún tipo de justificación, cómo además amenazó a sus subalternos para obligarlos a declarar en contra de la verdad y engañó a sus superiores y a las autoridades judiciales haciéndoles creer que su actos eran legítimos, sólo puedo decir que es un criminal confeso a quien la justicia debe castigar por todos sus actos. En cuanto a la razón por la cual ese oficial hace señalamientos en mi contra, desconozco sus motivaciones, pero no resulta difícil creer que se trata de un nuevo intento para volver a engañar a la justicia, buscando un tratamiento judicial más benévolo, porque debo decir con absoluta tranquilidad de conciencia que nunca le ordené ni a él ni a ningún otro oficial, suboficial o soldado efectuar conductas al margen de la ley. Contrariamente siempre insistí en la necesidad de actuar dentro del marco del respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.


¿Ha sido usted llamado por la Fiscalía por estos hechos denunciados?

Una vez el juzgado de Paz de Ariporo ordenó la primera compulsa de copias en mi contra, hecho del cual me enteré, como ahora, a través de los medios de comunicación, yo mismo a través de mi defensor solicité a la Fiscalía que se dispusiera la apertura de las investigaciones judiciales a que hubiere lugar. Efectivamente el despacho del fiscal general ordenó de manera inmediata la iniciación de una investigación preliminar, en donde he ejercido mi derecho a defenderme. La Fiscalía durante casi dos años de labores investigativas no ha encontrado mérito para ordenar la apertura de una investigación formal en mi contra.


¿Qué pruebas han sido aportadas al proceso que controvierten la versión del testigo y asesino confeso García Céspedes?

A través de mi abogado he solicitado a la Fiscalía la declaración de prácticamente todo el personal que laboraba en las instalaciones de la brigada para la época, quienes de manera absolutamente libre han desmentido varias afirmaciones que hace el señor García Céspedes en mi contra. Además, en los procesos en donde el señor García Céspedes ha confesado su responsabilidad existían ya declaraciones que demuestran que las despiadadas actuaciones de García Céspedes eran premeditadas y cuidadosamente preparadas motu propio, sin ninguna participación de sus comandantes, al punto que él mismo posteriormente organizaba la manera cómo debían sus subalternos declarar ante los funcionarios competentes, amenazándolos a ellos para que se mantuvieran en la mentira.


¿Como comandante de la Brigada XVI cuántos hombres tenía a su cargo y cómo se desarrollaban las órdenes de operaciones en la zona?

La Décimo Sexta Brigada para la época en que me desempeñé como comandante (2006-2007) tenía tres batallones territoriales y tres batallones de combate terrestre, aproximadamente de 4.500 hombres. Además de ello, para aquella época la jurisdicción de la Brigada era especialmente compleja para el control del orden público. El Casanare era un departamento asediado por toda clase de agentes generadores de violencia, existían dos grupos de las mal llamadas autodefensas en disputa por el control del centro y sur del departamento en busca de los dineros de las regalías del petróleo y rutas del narcotráfico; hacía presencia guerrillera el Eln en los municipios de Aguazul, Tauramena y los municipios vecinos de Boyacá como Pajarito, Labranzagrade, Paya y Pisba que pertenecían también a la jurisdicción de la brigada; y grupos terroristas de las Farc al norte del departamento con especial injerencia en Sácama, La Salina, Paz de Ariporo y Támara. Todos realizando acciones contra la población civil como secuestros, extorsiones, retenes ilegales, además robándose los dineros de las regalías que eran su principal fuente de financiamiento. Casi todos los días las tropas reportaban combates. Casanare era una real zona de guerra. Como comandante cumplía mis funciones de una manera dedicada porque las circunstancias lo ameritaban y desde luego tenía cifrada mi confianza en que todos mis subalternos cumplían su misión con apego a la ley y a la constitución, toda vez que por lo extenso de la jurisdicción y la cantidad de tropa a mi mando, resultaba imposible vigilar la actuación de cada uno de mis hombres. Las operaciones se ordenaban siguiendo todos los procedimientos legales y reglamentarios, basadas en labores de inteligencia y en un correcto planeamiento. Siempre se inculcaba en los subalternos el respeto por la vida, los derechos humanos y la protección a la población civil.


¿Le dio usted órdenes a este teniente para que ejecutaran operaciones ilegales o mal llamados ‘falsos positivos’?

Jamás emití ni al teniente García ni a ningún otro subalterno una orden ilegal; más aún, nunca daría una orden de esas a nadie, por el contrario siempre se recalcaba en los programas radiales y en las instrucciones de las órdenes de operaciones el respeto a los derechos humanos, el respeto por la vida y a la propiedad privada, de eso existen los registros documentales que yo he aportado a la Fiscalía.


¿Es una venganza de este teniente en su contra? Este señor también declaró en otro proceso por la muerte de un campesino en 2006 y lo señaló a usted.

Cómo ya lo dije, no podría definir cuáles son los motivos que el señor teniente haya tenido para manifestar que sus acciones criminales tenían el visto bueno de sus comandantes, creo que lo hace para buscar un trato judicial más benévolo. No se puede olvidar que sus propios subalternos lo señalan como una persona explosiva y que en el último caso por el que ha sido condenado existen declaraciones que afirman cómo esta persona asesinó luego de tener una discusión con su víctima a quien le disparó en muchas ocasiones sin ningún tipo de piedad. Esa es la personalidad de quien me pretende involucrar en sus actos ilegales. Yo lo único que tengo claro es que los hechos por los cuales el oficial se acogió a sentencia anticipada y por los cuales ya fue condenado, tuvieron su origen en órdenes de operaciones legales, con fines constitucionalmente correctos, que el teniente García reportó las muertes producidas en combates legítimos. Mucho tiempo después fue que tanto los funcionarios judiciales, como quienes éramos sus comandantes, nos enteramos de su abuso y traición a las ordenes constitucional y legalmente expedidas.


¿Ha tenido en su carrera militar algún episodio o señalamiento de esta clase?

Nunca he sido señalado por ningún delito durante mis ya 35 años de carrera militar. Siempre he estado en áreas complicadas por el orden público, fui comandante de batallón en el Putumayo, en el Caquetá, comandante de brigada en el Huila, donde también se han presentado resultados operacionales y donde el trabajo ha sido duro y se ha cumplido con el deber constitucional, pero siempre la premisa ha sido el respeto a los derechos humanos.


¿Cómo le exigía usted resultados a sus subalternos?

Antes que todo debo decir que cuando se habla de resultados operacionales no se está hablando sólo de muertes en desarrollo de operaciones militares o bajas, sino que se habla también de capturas, desmovilizaciones, detección de caletas, detección y destrucción de bases enemigas, etc. Eso está plenamente demostrado en los documentos que deben reposar en los archivos operacionales. En ese entendido efectivamente, como comandante de Brigada, exigía a todas las unidades, a través de sus comandantes y en los programas radiales, abiertamente, el cumplimiento de la misión, la producción de resultados operacionales, pero de manera legítima. En un área de orden público tan complicada como el Casanare, el que las unidades estuvieran arrojando resultados operacionales periódicamente no era anormal, pues la existencia del enemigo era cierta, no aparente. Así lo demuestran el número de capturas y desmovilizaciones de integrantes de las Farc, del Eln y de las autodefensas, cuya cantidad es muy superior al de las muertes en combate.


¿Qué organizaciones operaban en la zona durante la época de hechos denunciados?

Como lo dije anteriormente delinquían en la jurisdicción todo tipo de agentes generadores de violencia, dos grupos de autodefensas en guerra por el control territorial, los casanareños de Martin Llanos contra los Urabeños de Arroyave. Delinquían también la cuadrilla José David Suarez del Eln y las cuadrillas 38 y 28 de las Farc. Además de la presencia de grupos de delincuencia organizada dedicados a la extorsión y el secuestro. La cantidad de enemigo como ya lo he dicho era muy grande en el Casanare.


¿Qué le pide a la justicia en este caso? ¿Celeridad?

¿Qué le puede pedir uno a la justicia más que justicia? Confió en que fiscales y jueces cumplirán con sus deberes constitucionales y dentro del marco de las garantías procesales que todo ciudadano tiene, me permitan prontamente demostrar mi inocencia. Confió igualmente en la transparencia de las investigaciones y en el cumplimiento de los deberes de reserva inherentes a este tipo de diligenciamientos, para evitar que se siga enlodando públicamente el nombre y prestigio de una institución tan respetable y querida a la cual represento por mi cargo actual: el Ejército Nacional. Finalmente, creo y confió plenamente en la Fiscalía y en la Corte Suprema de Justicia, mi juez natural, sé que son instituciones respetables y que su misión siempre va en procura de establecer la verdad y administrar justicia y como sé que la verdad me acompaña, mi espíritu está tranquilo.

Por El Espectador

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