Publicidad

Pelea de masones sigue encendida

La expulsión “a perpetuidad” del maestro Manuel Meoño tiene a la hermandad dividida. Un juez ordenó que su caso sea estudiado nuevamente.

Juan David Laverde Palma
03 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
Manuel Meoño Távara dice que a como dé lugar recuperará sus derechos como masón.   / Nelson Sierra
Manuel Meoño Távara dice que a como dé lugar recuperará sus derechos como masón. / Nelson Sierra

La expulsión “a perpetuidad” del venerable maestro Manuel Nicolás Meoño Távara de la Gran Logia de Masones de Colombia tiene enfrentadas a las dos vertientes más poderosas de esta hermandad secreta, de la que han hecho parte 42 presidentes de Colombia. Desde que El Espectador publicó la historia de su retiro, que provocó que Meoño instaurara una tutela para que la justicia ‘profana’ —como denominan a los tribunales ordinarios— resolviera lo que la logia había determinado, una feria de acusaciones ha protagonizado encendidos debates en su sede en Bogotá.

Meoño Távara fue sancionado en abril de este año por la Gran Comisión de Justicia de la Gran Logia de Colombia, que consideró que al haberle dado una entrevista a este diario en la que contaba algunos detalles de la hermandad, había violado el principio de la verdad sabida y buena fe guardada, una especie de precepto de la Inquisición. El líder masón, nacido en Perú, acudió a una tutela para reversar el fallo, pero el pasado 16 de julio la jueza octava penal municipal de Bogotá, Rosa Esperanza Hernández, negó el recurso advirtiendo que “se respetaron las formas del juicio masónico”.

No obstante, el pasado 26 de agosto el Juzgado 27 penal del circuito de Bogotá anuló la decisión y le ordenó a la jueza de primera instancia que volviera a estudiar el expediente, porque a Meoño Távara se le había violado el debido proceso. Como quien dice, de nuevo el caso quedó en tablas. La justicia aceptó la tesis de Meoño de que la Gran Comisión de Justicia de los masones no podía sancionarlo por falta de competencia y que el caso debía ser resuelto por la Gran Asamblea de la orden, integrada por varios venerables y muy respetables maestros de esta hermandad. Una especie de comisión de sabios del Código Penal Masónico de 1963.

El juez de segunda instancia Humberto Alfonso Beltrán consideró que hubo una irregularidad en el trámite de la tutela, ya que sólo se notificó de la misma al representante legal de la Gran Logia de Colombia, Álvaro Younes Arboleda, y no a la Gran Comisión de Justicia, la entidad que finalmente lo condenó al destierro de la llamada hermandad más poderosa del mundo. Hoy por hoy, magistrados de las altas cortes, exministros, congresistas, y hasta un exdirector de la Policía hacen parte de esta logia. El propio presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es masón grado 32. Muy pocos, sin embargo, han salido del clóset misterioso que rodea a la logia.

El Espectador dialogó con Manuel Meoño, quien celebró la decisión pero advirtió que está dispuesto a llevar este tema hasta tribunales internacionales para no perder sus derechos. Asimismo, dijo que jamás hizo ninguna revelación de la hermandad, que todo está en internet, que en múltiples páginas web se encuentran todos los detalles de los rituales de iniciación y ceremonias masónicas, y que se le juzgó con un principio estúpido de la buena fe guardada y verdad sabida que no se corresponde con el mundo de hoy. Agregó que quienes regentan el poder masón en Colombia son unos ortodoxos que ya cumplieron su ciclo.

Seguidamente explicó que la masonería no es una secta religiosa, sino una comunidad “de hombres libres con buenas costumbres, que día tras día lucha por pulir la piedra bruta de nuestras humanas imperfecciones; somos la institución más poderosa del mundo, hay gente muy importante y se pueden consultar sus nombres en internet. No se los digo porque me hacen otro juicio”. Meoño advirtió que lamenta muchísimo que un asunto interno tuviera que terminar siendo ventilado y fallado en el mundo ‘profano’, pero que tenía que defenderse porque quisieron “acribillarlo” a través del Código Penal Masónico.

El proscrito venerable maestro resaltó que sí es verdad que los masones están agarrados “por este hecho bochornoso que está ocurriendo en estos momentos. Nosotros no queríamos salir a la luz en este escenario, hubiéramos preferido hacerlo de otra forma. Voy con toda, no estoy jugando ni bromeando. Hay cosas en la vida que no son negociables”. Por último, arreció sus críticas contra el muy respetable gran maestro y director de la Gran Logia de Masones de Colombia, Álvaro Younes, de quien dijo que es “un inquisidor” que no ha sabido llevar las riendas de una organización tan influyente como esta porque, como refirió al final de la entrevista con este diario, “en cada gran poder siempre encontrarás un masón”.

El Espectador intentó comunicarse con Younes, pero en la Gran Logia de Masones respondieron que estaba fuera del país y que, por estatutos, él es el único vocero autorizado. En todo caso varios masones consultados, así como otras fuentes muy cercanas a ese círculo de poder, manifestaron que el artículo publicado por este diario el pasado 6 de agosto, titulado “El agarrón de los masones”, sí provocó mucha incomodidad en la hermandad secreta, entre otras cosas porque se dio a conocer que jueces ordinarios —profanos, dicen ellos— tuvieron que ocuparse de una pelea interna que se desbordó.

 

 

jlaverde@elespectador.com

@jdlaverde9

Por Juan David Laverde Palma

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar