El primero, procesado por supuestas relaciones con los Rastrojos y por un homicidio ocurrido en agosto de 2009, denunció penalmente al fiscal Quintero porque, al parecer, estaría orquestando un complot de falsos testigos en su contra.
Apoyado por la Fundación Defensa de Inocentes de Sigifredo López, el Turco Hilsaca puso en conocimiento de su caso a las altas esferas de la Fiscalía, al punto de que el director del CTI, Julián Quintana, asumió la investigación sobre las presuntas irregularidades cometidas por el fiscal Quintero. Es más, el propio Hilsaca denunció estos hechos a finales de diciembre de 2014, luego de recuperar su libertad, tras su captura en noviembre 20 de ese mismo año.
Ese día, al cuestionado empresario ¬que en 2010 estuvo enredado por supuestos nexos con los paramilitares del bloque Héroes de los Montes de María, pero a quien la Fiscalía cerró el expediente argumentando falta de pruebas¬ le imputaron cargos por los delitos de homicidio, concierto para delinquir, financiación de grupos de delincuencia organizada y administración de recursos relacionados con actividades terroristas. Según el fiscal Quintero, dos hermanos que comandaron a los Rastrojos en Bolívar lo señalaron de ser uno de los financiadores y de haber ordenado el asesinato del hijo de uno de los hombres que testificó en su contra en 2010.
Se refería a Jhon Edinson Ovallos Angarita, quien murió el 20 de agosto de 2009. Él era hijo de Luis Emel Ovallos, alias el Viejo Emel, un hombre que habría participado del asesinato de cuatro trabajadoras sexuales en Cartagena en 2003 y por el cual fue procesado Hilsaca. Fue entonces cuando los hermanos Juan Manuel y Bryan Eduardo Borré Barreto le dijeron la Fiscalía que querían colaborar y en sus interrogatorios salpicaron al Turco.
Hilsaca reaccionó y denunció a ambos por falso testimonio y fraude procesal y, de paso, arremetió contra el fiscal Quintero y el abogado de los Borré, José Luis Mozo Sánchez, de reunirse extraoficialmente al punto que, supuestamente el segundo ha hospedado en su casa el primero. Mozo Sánchez se defendió advirtiendo que no existía irregularidad alguna; que su relación era estrictamente profesional; que la invitación a su casa fue para mostrarle una colección de libros jurídicos que no se venden en el comercio, que no se quedó a dormir; y que entre ellos dos no puede existir antagonismo ya que sus clientes han confesado más de 720 crímenes .
Sin embargo, para Hilsaca esa es la prueba del complot, ya que en su poder dice tener documentos que indicarían que el abogado firmó las actas de los interrogatorios de los hermanos Borré sin haber estado presente. Agregó que esas diligencias se hicieron en la cárcel el 4 y 5 de noviembre de 2014 y que, según el Inpec, en esos días no se registró la entrada del defensor. Sin embargo, Mozo explicó que su asistencia se dio vía Skype.
Hilsaca advirtió que cuenta con más de cinco declaraciones de miembros de los Rastrojos que aseguran haber conocido a Juan Manuel Borré por ser jefe de la organización, pero que negaron haber escuchado o conocido al Turco . Mozo añadió que la Fiscalía sí ha probado cómo se efectuó el homicidio del que sus defendidos fueron partícipes y que ya será un juez quien determine la suerte de este caso.