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Policía absolvió en proceso disciplinario a testigo clave en caso grafitero

El patrullero Freddy Navarrete presenció las maniobras que se habrían cometido para tratar de encubrir la muerte de Diego Felipe Becerra.

El Espectador
25 de noviembre de 2013 - 12:48 p. m.

La dirección de asuntos disciplinarios de la Policía abolvió al patrullero Freddy Navarrete Rodríguez en el proceso interno que se le adelantaba por supuestamente haber participado en un caso de paseo millonario registrado a principios del año pasado.

El abogado del patrullero, Saúl Galindo, señaló que dentro de la investigación se encuentra material probatorio que muestra cómo otros policías adulteraron pruebas para vincular a su cliente en un supuesto atraco.

“Se pedirá la compulsa de copias para que varios oficiales y uniformados sean investigados por manipular estas pruebas y hacer una falsa denuncia”, señaló el jurista, quien también busca que Navarrete sea absuelto en el proceso penal que adelantan en su contra por estos hechos.

El uniformado también es investigado además por su presunta participación en los hechos que rodearon la manipulación en la escena del crimen en la muerte del joven grafitero, Diego Felipe Becerra, el19 de agosto de 2011.

El patruller, quien formaba parte del grupo que estaba bajo el mando del subintendente Juan Carlos Leal —también llamado a juicio por estos hechos—, el pasado 12 de abril la Fiscalía le imputó los delitos de favorecimiento en homicidio, fraude procesal, tráfico, fabricación y porte de armas de fuego, atenuación y supresión de elementos materiales probatorios y falsedad ideológica en documento público.

Navarrete fue enviado a la cárcel Modelo como medida preventiva. Luego empezó a colaborar con la justicia señalando, por ejemplo, que el coronel José Javier Vivas, entonces subcomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, estaba en la escena del crimen al tanto de todo.

Navarrete llegó a ese lugar porque el grupo del subintendente Leal fue el primero en ser llamado para reaccionar. Al arribar los demás uniformados y empezar a planear cómo maquillar el asesinato, Navarrete declaró que le había dicho a Leal: “Embálese solo, yo no me voy al hueco por Alarcón”. A lo que le respondieron: “Usted no sirve para un culo”. Según Navarrete, el coronel Nelson Arévalo, entonces comandante de la estación de Policía de Suba, fue quien ordenó traer una pistola para plantarla en la escena del crimen e incluso le habría dicho al patrullero Wílmer Alarcón Vargas, (quien le disparó a Becerra) que se lavara las manos con orina para contaminar el rastro de pólvora en sus manos.

El otro testigo clave de la Fiscalía resultó ser el teniente de la Policía Rósemberg Madrid Orozco, llamado a juicio por estos hechos el pasado 24 de enero. Este oficial declaró que la escena del crimen del joven grafitero nunca estuvo acordonada, es decir, que no se protegió para que las evidencias permanecieran intactas. Según Navarrete, la escena del crimen estuvo a cargo de los uniformados durante unas cinco horas, tiempo en que, afirmó la Fiscalía, los coroneles Arévalo y Vivas ordenaron comprar un arma en el centro de Bogotá para plantarla en el sitio.
 

Por El Espectador

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