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La posición del Consejo Estudiantil

Luisa Fernanda Lafaurie, presidenta del Consejo Estudiantil Uniandino, respondió varios interrogantes sobre el caso de homofobia en la Universidad de los Andes.

Redacción Judicial
08 de noviembre de 2015 - 02:48 a. m.

¿Cuál es su percepción en general de la situación?

Rechazamos tajantemente cualquier acto de discriminación, sobre todo en esta comunidad académica en la cual el diálogo y respeto por el otro son los pilares fundamentales de la convivencia. Nos parece triste que episodios desagradables como este tengan que suceder para que temas relacionados con la discriminación y acoso sean tratados y visibilizados en la universidad. La gente por lo general tiene mucho miedo de hablar, el coraje que tuvo Sebastián Lanz para manifestar su situación fue lo que logró poner en evidencia el problema oculto que está ocurriendo y la necesaria reacción por parte de la universidad y la comunidad Uniandina.

¿Cuál ha sido la respuesta de la universidad y de la comunidad Uniandina?

La universidad ha dado una respuesta y un compromiso de seguimiento al caso individual de los hermanos Lanz, mas no es suficiente. Consideramos que la respuesta de la comunidad (cuerpo docente y estudiantil) ha sido más enfática y fuerte que la de la misma institución. Por parte de la institución, la Ombudsperson ha seguido muy de cerca este caso, pero fueron 125 profesores los que firmaron un comunicado en el que rechazaban explícitamente la situación de acoso y discriminación dentro de la universidad. Éstos, y grupos de estudiantes, han sido los que más se han pronunciado por el tema. Por ejemplo, los profesores organizaron el evento “Violencia contra estudiantes LGTBI en la universidad: hacia una cultura uniandina de paz y respeto mutuo”, de donde salieron posibles formas para evitar que estos casos se vuelvan a repetir.

Consideramos que:

1. A pesar de que agradecemos los espacios creados por los profesores como el anteriormente mencionado, es claro que una persona homofóbica no va a asistir a un conversatorio en contra de la homofobia, entonces, este tipo de iniciativas están dejando por fuera a los victimarios. Se necesita pensar nuevas maneras de llegarle al victimario para que así reflexione sobre sus actos y el uso de la violencia como método para relacionarse con el otro.

2. Este tipo de casos llegan a la Ombudsperson, pero la función de ella en la universidad es ayudar a las partes a encontrar una solución a sus dificultades y conflictos, pero estos son mecanismos de conciliación: el acoso y las amenazas no son actos conciliables. Existe un problema de desinformación en cuanto a qué hacer en estas situaciones y a quién acudir, consideramos que deben ampliarse los mecanismos para informar sobre el procedimiento ante estos eventos y además deben existir otro tipo de mecanismos adicionales para responder cuando la vida y la integridad de un estudiante se encuentran en riesgo.

3. Si bien los conversatorios han visibilizado el tema, es importante incitar a la comunidad Uniandina a que reflexione, piense y sea consciente de que este tipo de actos violan cualquier postura ética, para que así sean capaces de reaccionar frente a los actos de discriminación como los que sucedieron recientemente.

Con esta postura queremos romper con la cadena de violencia que es propiciada por una cultura de silencio e inactividad por parte del que percibe o ve el acto discriminatorio. Todo acto de acoso, discriminación o amenaza debe ser denunciado para poder así ayudar a la víctima y crear un ambiente de respeto. Con respecto al caso puntual de Sebastián Lanz y las otras 22 víctimas que se reportaron después, queremos señalar que consideramos la homofobia como un problema cultural: es necesario que la universidad haga un esfuerzo en tomar más énfasis en la temática de la discriminación, el acoso y el respeto por el otro. Estamos en un contexto que ha heredado de la violencia una forma de relación con el otro, en donde se piensa que es a través de ésta como se arreglan los conflictos y se relaciona con el diferente, pero rechazamos enfáticamente esta actitud: es en el diálogo donde los problemas pueden y deben tener una solución. Consideramos que la universidad, por su posición y su misión educativa, debe tener una política más robusta ante estos actos. Al igual que tienen una política muy fuerte contra el plagio y la copia, deben tener una política aún más fuerte contra actos discriminatorios, de acoso y amenaza que atentan contra la integridad de una persona.

¿Qué actividades están proponiendo para evitar casos de homofobia en la universidad?

Con el Consejo Estudiantil Uniandino vamos a seguir poniendo en evidencia lo que trae la discriminación, queremos organizar charlas con personas que han sido agredidas por actos de intolerancia y desarrollar actividades de teatro invisible que pongan en evidencia estas situaciones. De igual manera, queremos intervenir en el espacio físico y en el espacio cultural de la Universidad con propuestas que hagan reflexionar al cuerpo estudiantil, profesoral y administrativo sobre la discriminación por orientación sexual, de género, raza, condición social o política. 

Por Redacción Judicial

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