:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/RnBSV-KsM2es5mhBaEtPEVXX_fM=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/I6W2MCU7KNGQXO3GEV2PY7ELTI.jpg)
Ante el juez 27 de conocimiento, el representante de la Procuraduría General le solicitó que emita fallo absolutorio a favor de Carlos Andrés Cárdenas Gómez en el marco del proceso que se le adelanta por su presunta participación en los hechos que rodearon la muerte del joven Luis Andrés Colmenares Escobar, registrado el 31 de octubre de 2010.
El delegado del Ministerio Público hizo referencia a los denominados “falsos testigos” en este proceso, cuyas declaraciones fueron la base para acusar formalmente a Cárdenas Gómez por los delitos de homicidio agravado y soborno. En este último aseguró que no se hizo mención alguna sobre este cargo.
Sin embargo, fue claro en señalar que Wilmer Ayola, quien ya aceptó su responsabilidad por haber faltado a la verdad en la investigación, además de decir que recibió un dinero para no hablar del tema, también hizo referencia a los dos botellazos y a los golpes que habría recibido Colmenares Escobar por parte de Cárdenas y de un grupo no determinado de personas.
En este punto, haciendo referencia a la declaración de Ayola, fue un punto clave a la hora de que un juez de garantías cobijara con medida de aseguramiento al procesado y la presentación del escrito de acusación, el cual es la base de todo proceso penal y se tiene que demostrar lo que allí está escrito.
“En el escrito había una imputación de acciones realizadas por Cárdenas Gómez, que le había propinado dos botellazos, que lo había subido a un vehículo y que horas más tarde había llegado en un automotor y lo puso en el caño del parque El Virrey”, precisó el procurador Marlon Díaz al manifestar que “de este escrito de acusación debía defenderse Carlos Cárdenas”.
Sin embargo, aseguró, en ningún momento del proceso se hizo referencia alguna sobre este tema, ya que existe una disparidad entre el escrito presentado y la teoría del caso argumentada por la Fiscalía General en el inicio del juicio hace cerca de un año.
Para el representante de la Procuraduría General, desde el primer momento se presentaron serias fallas en este caso que dificultaron la obtención de la verdad. En este punto citó el actuar del primer grupo de bomberos que llegaron a la zona, la autopsia hecha por Medicina Legal, así como la exhumación que le realizó al cadáver un año después. “Todo esto terminó generando dudas probatorios que en el presente asunto hacen muy difícil que se pueda hablar de conocimiento más allá de cualquier duda razonable sobre el delito”.
“No se probó qué fue lo que ocurrió”
Para el procurador del caso, no se demostró de manera técnica ni científica que el cuerpo de Luis Andrés Colmenares hubiera sido puesto en el caño el Virrey, ni que “fuera sometido a una golpiza antes, o que se hubiese presentado una caída. No se probó ninguna de estas cosas”.
En este sentido aseguró que lo único que demostraron los testigos es que el procesado estuvo en inmediaciones de la discoteca Penthouse y en un momento se le vio en el segundo piso del establecimiento. De resto no se pudo inferir nada de lo descrito por la Fiscalía General en el escrito de acusación.
En el primero de los casos, aseguró que los peritos que introdujeron las pruebas científicas no dieron claridad sobre los golpes que recibió el joven universitario, ni las causas de las mismas y mucho menos las consecuencias de la muerte de Colmenares Escobar.
“Se presentaron deficiencias en el Instituto de Medicina Legal y falló porque en una muerte de estas características debía haberse preservado el cerebro y no se hizo. El cerebro se constituye para determinar si existía aceleración o deceleración, si hubo golpe directo, una caía. Igualmente se falló en la exhumación del cadáver”, precisó.