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Procuraduría pidió suspender servicio de coches turísticos en Cartagena

El Ministerio Público adelanta una visita preventiva al Distrito Turístico frente a las últimos casos que se han presentado en la ciudad amurallada.

El Espectador
09 de julio de 2014 - 02:49 p. m.

El procurador delegado para asuntos ambientales y agrarios, Oscar Darío Amaya Navas le envío una carta al alcalde mayor de Cartagena de Indias, Dionisio Vélez por la problemática de equinos utilizados en coches turísticos en la ciudad amurallada que se han presentado en el último mes.

En el documento de siete páginas el Ministerio Público le pidió al mandatario que suspenda provisionalmente el servicio de cocheros turísticos “hasta tanto se hayan adoptado las medidas contingentes y necesarias para proteger la salud y la vida de los equinos, así como la inmediata reorganización de la actividad contando efectivamente con aquellos que de allí derivan de su sustento”.

El Distrito Turístico tendrá un plazo de 10 días para emitir un informe veterinario de los caballos que en los últimos días se han desplomado en medio de los recorridos. En el documento la Procuraduría General cita los informes de las visitas hechas por dos agentes de la Policía Ambiental en las pesebreras ubicadas en el sector de Chambacú.

“Al ingresar a la zona se pudo evidenciar el deplorable estado de la misma caracterizada por el mal olor y la presencia de basuras, que atraen no sólo a las moscas sino también a los roedores”, precisa uno de los apartes del documento elaborado por la Procuraría General que tiene además 16 fotografías.

En otro de los puntos se indica que se están incumplimientos los horarios para adelantar esta actividad y toda la reglamentación existente. “Los abrevaderos y comedores no son los adecuados, pues básicamente son canecas plásticas o en concreto, pero no cuentan con las condiciones que deben reunir para evitar el apostamiento de las aguas o que se humedezca la comida y ésta se fermente causándole posiblemente enfermedades como el cólico”.

Además se manifiesta que las pesebreras, construidas con palos de madera y techos de zinc y plástico, “que no prestan el resguardo y abrigo necesario para evitar las lluvias o el sol ingresen por las diferentes ranuras. Así mismo el suelo está compuesto por barro, escombro y basuras”.

Se indica que actualmente hay 150 caballos prestando este “servicio” que tienen que hacer largos recorridos soportando un peso superior al que puedan soportan, igualmente la herradura que tienen no es la más adecuada.

“Lo que causa que el caballo resbale y deba esforzarse de más puesto que a los dos o tres días de estar herrados, éstas se alisan impidiéndoles tener el agarre necesario para halar los 350 kilos aproximadamente que pesa un coche. Les gustaría que el Distrito a través de algunos de sus organismos los capacitara en el herraje idóneo para el pavimento, de manera que no sólo se protejan los cascos y tendones, sino que también les permita un mejor agarre y andar”, se indica.

Se hace un llamado de atención frente al tipo de alimento y los servicios veterinarios que reciben los animales. “Al mirar al grupo de caballos se denota que no encuentran del todo bien; tienen los cascos en mal estado, poseen cicatrices ocasionadas por los arreos y arneses, su estado anímico no es el adecuado, algunos son de muy baja alzada y si bien no están delegados completamente, tampoco tienen un peso ideal, el pelaje es opaco completamente, lo que denota una mala alimentación”.

El carro en el que se movilizan, teniendo en cuenta las declaraciones de los cocheros, son pesados y no están construidos con un material ligero y adecuado. “No sólo son demasiados grandes y pesados, sino que se encuentran en un estado deplorable, que no sólo afecta al caballo, sino que pudiese generar un accidente en caso de que se rompa una llanta o cesa el piso del mismo. Lo ideal sería contar con coches pequeños, tal vez de fibra, con capacidad para dos pasajeros aproximadamente”.

En otro de los puntos se advierte que el arnés y las cuerdas con las que son amarrados para su movilización son de pésima calidad, lo que les produce laceraciones y escoriaciones que generan cicatrices. “Manifiestan que sólo algunos de los cocheros tienen otras fuentes de ingreso, los demás dependen única y exclusivamente de esta actividad, por lo tanto a veces se ven obligados a trabajar hasta altas horas de la noche y llevando más pasajeros que los permitidos por la ley”.

“Preocupa a este organismo de control los hechos que se han presentado en el último mes, relacionados con el desplome de algunos de algunos de los equipos en las calles de esa ciudad, hecho presumiblemente ocasionados por sobrecarga, malos tratos, desnutrición y deterioro general de su estado de salud”, precisa uno de los apartes de la actuación preventiva adelantada por el Ministerio Público.

Por El Espectador

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