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Pugilato entre Hoyos y la Fiscalía

Pese a que la entidad acusadora no ha podido imputar al exasesor espiritual de Óscar Iván Zuluaga, el caso no ha estado quieto. De lado y lado hubo arremetidas.

Jaime Andrés Flórez
26 de julio de 2015 - 03:02 a. m.

Esta semana se sulfuró la contienda entre la Fiscalía y la defensa de Luis Alfonso Hoyos, el exasesor espiritual de la pasada campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga. Se lanzaron dardos de parte y parte: mientras la defensa ganó una tutela que obliga a Danny Julián Quintana, director del CTI, a rectificar declaraciones hechas públicamente contra Luis Alfonso Hoyos, la Fiscalía insiste en que éste busca por todos los medios evadir la justicia. Al mismo tiempo anunció que pedirá circular azul y posteriormente circular roja, para ubicar y traer al país a Hoyos, quien desde hace meses reside en los Estados Unidos y tramita un asilo.

Sobre el exasesor de Zuluaga pesa una acusación muy grave: ni más ni menos que el escándalo de las interceptaciones ilegales a negociadores del proceso de paz y a la campaña presidencial de Juan Manuel Santos, hechos por los que ya fue condenado a diez años de cárcel el hacker Andrés Sepúlveda. En contraste, Hoyos ha dicho que en Colombia no hay garantías para su proceso, que es un perseguido y que es inocente.

El revuelo en torno a este caso ha sido grande, si se tiene en cuenta que el proceso judicial ni siquiera ha comenzado en forma, porque la Fiscalía aún no ha podido imputar a Hoyos los delitos de espionaje, violación de datos personales, uso de software malicioso, acceso abusivo a un sistema y concierto para delinquir, los mismos por los que fue condenado Sepúlveda, pese a que la audiencia de imputación ha sido aplazada en dos ocasiones.

El 11 de junio pasado no se pudo adelantar la diligencia, porque Hoyos no se presentó. Ante esta situación, el fiscal Daniel Hernández le solicitó a la jueza de garantías que se declarara a Hoyos en contumacia, para que pudiera ser juzgado como persona ausente, pues, aseguró el representante del ente acusador, el investigado no tiene interés en comparecer ante la justicia; a lo que el abogado de Hoyos, Pedro Aguilar, respondió que la Fiscalía ha condenado anticipadamente ante los medios a su defendido y que en ese marco de ausencia de garantías no se presentará a la diligencia. La jueza se negó a que la audiencia avanzara sin Hoyos y ésta fue aplazada para el 22 de julio.

Pero esta vez la audiencia ni siquiera llegó a ser instalada. La defensa dejó constancia de que Hoyos pretendía hacer presencia desde Estados Unidos a través de una teleconferencia, pero no había los medios técnicos necesarios. Frente al nuevo fracaso de la imputación, la Fiscalía no se quedó cruzada de brazos y anunció que estudia pedir circulares azul y roja a la Interpol para que Hoyos sea ubicado, detenido y devuelto a Colombia.

Hoyos ha sido un hombre muy cercano, mucho antes de la campaña presidencial de 2014, del hoy presidente del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga. Amigos de juventud y aliados desde hace décadas, se abrieron juntos camino en la arena política de Caldas. Hoyos llegó al Congreso y posteriormente apoyó la primera campaña presidencial de Álvaro Uribe desde sus comienzos, cuando era impensable que el ahora senador pudiera quedarse con la Casa de Nariño pues apenas registraba el 1% en las encuestas. Ese apoyo fue retribuido después. Hoyos fue embajador ante la OEA en plena crisis diplomática entre Colombia y Venezuela y también ofició como director del Sena. Por esa vinculación al círculo uribista, su estadía en Estados Unidos y la petición de asilo anunciada recuerdan los casos de otros personajes cercanos al expresidente que han salido del país mientras aquí cursan investigaciones y procesos judiciales en su contra, aduciendo argumentos similares a los de Hoyos.

Con la petición de orden de captura internacional, la Fiscalía buscaría evitar que pase lo que ha pasado en otros casos. Por ahora, la pugna entre las dos partes se mueve en las acusaciones mutuas que han rodeado otros expedientes, como el de María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS. La Fiscalía dice que Hoyos no quiere comparecer y la defensa riposta que no hay garantías. Claro que el equipo del exasesor espiritual no se ha quedado sólo en declaraciones. también interpuso una acción de tutela para que se le protegieran sus derechos a la presunción de inocencia, la honra y el debido proceso, que se falló a su favor y que obligaría a Danny Julián Quintana, director del CTI de la Fiscalía, a rectificar las declaraciones que dio el 26 de mayo último, en rueda de prensa, en las que señaló a Hoyos como el autor intelectual de las interceptaciones ilegales ejecutadas por el hacker Sepúlveda. El funcionario ya dijo que, una vez sea notificado, apelará la decisión.

El “hacker” será clave

En contraste con como pinta el proceso contra Hoyos, el hacker Sepúlveda “se hizo pasito” con la Fiscalía y, pese a esto, terminó condenado a una década de prisión. El hacker, quien trabajó para la campaña de Óscar Iván Zuluaga, llegó a un preacuerdo con el ente acusador que le valió una rebaja de cinco años de pena, a cambio de colaboración efectiva con la justicia que incluye el señalamiento de otros implicados en las interceptaciones.

El vínculo entre Sepúlveda y Hoyos se reveló inicialmente a partir de la denuncia del entonces director de Noticias RCN, Rodrigo Pardo, según la cual los dos personajes fueron hasta las instalaciones del canal el 8 de abril del 2014, y así lo constata un video de seguridad, para ofrecerle información que perjudicaría la campaña de Juan Manuel Santos, al demostrar, según decía el hacker, que las Farc estaban amenazando a personas para que votaran por el presidente.

Finalmente la información no se hizo pública, pues al ser verificada por periodistas del noticiero, se le catalogó como poco veraz. Sin duda, en lo que pueda aportarle Sepúlveda al proceso radica buena parte del destino del excongresista, que empezó muy bien esta semana con la suspensión de la audiencia y el fallo de tutela a su favor, lo que remató con la radicación de una queja disciplinaria ante la Procuraduría contra el director del CTI.

Las cartas que se jugó Hoyos fueron buenas, pero la Fiscalía respondió con la petición de circular roja a la Interpol. ¿Cómo reaccionará Hoyos? La partida está apretada y promete ponerse más reñida en las próximas semanas. ¿Cuál tesis se impondrá al final: la de que Hoyos de que es un perseguido, o la de que es un prófugo que no le quiere dar la cara a la justicia?

Hoyos, el hijo de Caldas

Hoyos es abogado de la Universidad del Rosario, de donde se graduó en 1986; sin embargo, gran parte de su carrera política la ejerció en su natal Caldas. Fue concejal y presidente del cabildo de Pensilvania. En 1990 fue elegido representante a la Cámara por Caldas. En 1994, siendo muy joven, dio el salto al Senado de la República. En 2000 fue candidato a la Gobernación de su departamento, pero al final fue derrotado. Luego fue asesor del entonces alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Y, en 2002, luego de haber colaborado desde el inicio de su campaña presidencial, fue elegido por el entonces presidente Álvaro Uribe como director de Acción Social. Después fue embajador de Colombia ante la OEA. Estuvo en ese cargo hasta que fue designado director del Sena, donde estuvo hasta 2013, cuando el presidente Juan Manuel Santos puso a Gina Parody en ese cargo. De allí salió a asesorar la campaña presidencial de su amigo Óscar Iván Zuluaga. Actualmente reside en Estados Unidos.
 
La muerte política de Luis Alfonso Hoyos
 
El 8 de agosto de 2001 el Consejo de Estado decretó la pérdida de investidura en contra del entonces senador Luis Alfonso Hoyos por “indebida destinación de dineros públicos”. Esto por cuenta de irregularidades con unos viajes de una integrante de su Unidad de Trabajo Legislativo, Martha Cecilia Gómez Giraldo, a Nueva York. El problema era que Gómez se desempeñaba como asistente II y tenía funciones que debían ser cumplidas en Colombia. Aun así, Hoyos autorizó que ella siguiera cobrando su salario sin solicitar, previamente, la aprobación por parte de la Junta de Personal, lo que fue considerado por el alto tribunal como una falta.
El Consejo de Estado confirmó su decisión el 10 de octubre de 2006. Luego fue la Corte Constitucional, en sentencia del 29 de mayo de 2008, la que reiteró que no había razones para concluir “que hubo un análisis abiertamente irrazonable en las decisiones del Consejo de Estado respecto de la figura, que comprometa fehacientemente los derechos fundamentales del actor”.

Por Jaime Andrés Flórez

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