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¿Quién mató a funcionaria de la OIM en Urabá?

Ofelia Mosquera es la primera representante de la Organización Internacional para las Migraciones asesinada en el país. Las primeras sospechas recaen sobre el clan Úsuga. No es claro que el caso tenga relación con su trabajo.

Diana Durán Núñez
29 de diciembre de 2015 - 04:02 a. m.

Conmocionados. Consternados. Sin palabras. La gente de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está pasando un pésimo diciembre porque la violencia, por primera vez, tocó a su puerta para afectarlos directamente. Hace años que esta entidad intergubernamental viene trabajando con víctimas del conflicto y poblaciones vulnerables, pero hoy la víctima es una de los suyos: Ofelia Mosquera, el enlace regional de la OIM en el Urabá, quien llevaba desde mayo de 2013 trabajando con ese organismo.

El cadáver de Ofelia Mosquera fue encontrado en una playa localizada entre los corregimientos de San Francisco y Triganá, que hacen parte del municipio de Acandí, en el Caribe chocoano. Allí, señalaron medios locales, había comprado una cabaña para el turismo y llegó el día de Navidad con un grupo. Al día siguiente fue asesinada, pero su cuerpo apareció el 26 de diciembre. Tenía varios impactos de bala en el cuerpo. El propósito de la investigación es establecer con quién estuvo Mosquera el 25 de diciembre, quiénes fueron los últimos en verla con vida y en qué circunstancias.

Ofelia Mosquera no había dado a conocer ninguna amenaza en su contra, al menos no públicamente. Tampoco había hablado de intimidaciones que le estuvieran impidiendo hacer su trabajo. El Urabá, sin embargo, sigue siendo una zona convulsionada, en la que se encuentran todos los tipos de violencia posibles: la guerrillera, la paramilitar, la del narcotráfico. La Fiscalía, confirmó este diario, comenzó su investigación con los ojos puestos en una de las organizaciones ilegales con más influencia allí: el clan Úsuga. El caso lo asumió la Dirección de Crimen Organizado.

Abogada de 37 años, Ofelia Mosquera estaba a cargo del programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas en esa esquina de la geografía colombiana, tan estratégica y tan golpeada. “Su labor consistía en apoyar a los gobiernos locales de Apartadó, Necoclí, Turbo y Chigorodó en la implementación de la Ley de Víctimas”, le confirmó a este diario la OIM, que a su vez señaló que el trabajo de Mosquera no tenía que ver con procesos de restitución de tierras. Hasta ahora no hay información suficiente para asociar el crimen con su trabajo.

Personas que trabajan con la OIM le contaron a este diario que en esa organización a Ofelia Mosquera no sólo la querían, sino la admiraban por su inteligencia, responsabilidad y compromiso. Dejó Colombia hace varios años para realizar en España una maestría en protección jurídica de las personas y los grupos vulnerables, en la Universidad de Oviedo. Recuerdan que ella siempre dijo que volvería a trabajar por su región, y así lo hizo.

El Espectador consultó con la OIM si se emitiría alguna declaración por el asesinato de su funcionaria. La Unidad de Prensa e Información Pública de esa organización le indicó a este diario que el coordinador nacional del programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas está en contacto con la familia de Ofelia Mosquera y que en días próximos la OIM contemplará un pronunciamiento oficial.

Por ahora, en la Organización hacen énfasis en el dolor que les ha producido la pérdida de Ofelia Mosquera y su solidaridad con los familiares de ella. Aseguran que tampoco tienen indicios sobre las posibles causas que podrían haber llevado a que esta historia terminara como terminó, y que por prudencia y respeto prefieren mantener un perfil bajo mientras están atentos a los resultados de las investigaciones que adelantan las entidades competentes.

Por Diana Durán Núñez

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