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Reingeniería en el ajedrez de la guerra

En la recta final de su mandato, con el péndulo de la guerra y la paz en la trasescena, el presidente Santos decidió reestructurar su estrategia militar y de Policía.

Juan David Laverde Palma
13 de agosto de 2013 - 10:00 p. m.
La nueva cúpula militar y de Policía fue anunciada por el presidente Juan Manuel Santos Calderón el lunes en la noche.
La nueva cúpula militar y de Policía fue anunciada por el presidente Juan Manuel Santos Calderón el lunes en la noche.

A tres meses y medio de que el presidente Santos despeje de una buena vez los nubarrones de su candidatura a la reelección —que todos dan por hecho—; en un escenario político cada vez más polarizado en donde Centro Democrático, con el expresidente Álvaro Uribe a la cabeza, se tomó la vocería de la oposición; con unos diálogos de paz en La Habana (Cuba) que no avanzan al ritmo del termómetro electoral —con  jefes guerrilleros que cuando se les pregunta por verdades y perdones responden ladinamente con un “quizás”—; en un contexto tan volatil y con el péndulo de la guerra y la paz en la trasescena, el jefe de Estado cambió el ajedrez de poderes en las Fuerzas Armadas.

Fuentes consultadas por El Espectador sostienen que esta nueva cúpula militar y de Policía cumple con los dos objetivos prioritarios del último año del mandato de Juan Manuel Santos. Por un lado todos los escogidos son ‘troperos’, con amplia experiencia en el campo de la inteligencia y la estrategia operacional; pero al mismo tiempo con una línea de pensamiento más moderna, menos resistente a la posible transición de la guerrilla de las Farc a la democracia y con una visión más ancha sobre un eventual posconflicto —que es una cosa muy distinta a conseguir la paz—. La consigna sigue inamovible y en palabras de Santos “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Y, sin embargo, este súbito cambio en el timonel de la Fuerza Pública sí envía un mensaje de reingeniería de la guerra.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, señaló ayer que los nuevos comandantes de fuerza son oficiales que han acumulado más de tres décadas de experiencia, con una destacada carrera en cada uno de sus campos y sobretodo con un “pensamiento moderno que podrán ajustar para transformar a las fuerzas a la realidad que el país requiera”. Pinzón añadió que los retos de esta cúpula se tienen que plantear en varios escenarios posibles, al tiempo que reiteró que el país se debate entre la necesidad de ajustar la correa de su sistema de seguridad ciudadana y un modelo  carcelario efectivo.

Ayer el nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, general Hugo Acosta, resaltó que su desafío será reemplazar a una de las cúpulas más exitosas, con triunfos operacionales como las muertes de Alfonso Cano y el Mono Jojoy, las capturas o positivos de 44 jefes guerrilleros y las detenciones de capos del calado de Daniel El Loco Barrera, el exjefe de la Oficina de Envigado Erickson Vargas, alias Sebastián y Jhon Freddy Manco Torres, alias El Indio, para sólo mencionar unos casos. “Vamos a cumplir con las expectativas del pueblo y el presidente”, sostuvo el general Acosta.

El comandante de la Fuerzas Militares, general Leonardo Barrero, manifestó que no se bajará la guardia y que la lucha contra la macrocriminalidad se intensificará. El comandante de la Armada, el vicealmirante Hernando Wills, señaló que tiene una instrucción muy clara sobre la disputa marítima con Nicaragua: “Tenemos que proteger a nuestros pescadores y proteger la soberanía en las áreas del archipiélago”. El nuevo comandante del Ejército, general Juan Pablo Rodríguez, con ascendencia en toda la tropa, resaltó: “Agradezco al presidente por haber sido escogido para continuar esta labor”.

Mientras tanto el nuevo director de la Policía, general Rodolfo Palomino, insistió en que había que reforzar la seguridad ciudadana sin tener que ahondar en si Colombia necesita un ministerio de Seguridad al cual llegaría su exjefe, el general (r) Óscar Naranjo Trujillo. Todavía había revuelo ayer en todas las fuerzas por los cambios. La salida del general Tito Saúl Pinilla de la Fuerza Aérea y la designación de su reemplazo, el general Guillermo León, causaron desconcierto porque muchos hacían cábalas sobre la posibilidad de que Pinilla pudiera asumir como comandante de las Fuerzas Militares.

Al margen de las especulaciones y de las apuestas políticas detrás de esta nueva cúpula, es claro que el presidente Santos busca oxigenar sus Fuerzas Armadas, promover nuevos liderazgos e insistir en más operativos estratégicos en contra de las guerrillas y el poder cada vez más acentuado de las bandas criminales en escenarios urbanos. En el entretanto, en La Habana, las conversaciones con las Farc continúan a paso lento. El propio jefe de Estado sabe que está a contrarreloj si toma forma su intención de reelegirse,  mientras en la orilla opuesta el uribismo y sus candidatos  buscan menguar su imagen con el caballito del descuido de  la seguridad. La nueva cúpula, queriéndolo o no, terminó en medio de las tensiones propias de una campaña presidencial.

jlaverde@elespectador.com

@jdlaverde9

Por Juan David Laverde Palma

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