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Santiago Uribe Vélez enfrenta la posibilidad de ir a juicio

El hermano del expresidente Álvaro Uribe es investigado por conformación de grupos paramilitares y por homicidio. Fue detenido en Medellín y pasó la noche en el búnker de la Fiscalía en Bogotá.

Redacción Judicial
01 de marzo de 2016 - 04:25 a. m.

La Fiscalía tiene 120 días para determinar si Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez, es llamado a juicio o si su caso se archiva. El ganadero fue capturado en Medellín mientras su hermano estaba en Estados Unidos y pasó su primera noche detenido en el búnker de la Fiscalía, en Bogotá. Mientras voces de la oposición atizaban el fuego reiterando que se trata de una persecución política en contra del expresidente, los representantes de víctimas del proceso aplaudían este nuevo avance de la Fiscalía. “Lo que se plantea es que Santiago Uribe es el comandante de este grupo paramilitar (los 12 Apóstoles)”, expresó horas después del arresto Daniel Prado, uno de los abogados.

Santiago Uribe fue detenido por una investigación que cursa en su contra por dos delitos: concierto para delinquir y homicidio agravado. Es señalado, nada más y nada menos, de haber patrocinado el surgimiento del grupo paramilitar los 12 Apóstoles, que operó en el norte de Antioquia, en municipios como Yarumal y Santa Rosa de Osos, y al que se le atribuyen múltiples crímenes. Ya había sido investigado por este asunto e incluso, en 1997, había sido interrogado. Al final, la investigación terminó en un inhibitorio: la Fiscalía indicó que no tenía las suficientes evidencias para continuar, pero dejó abierta la posibilidad de que el expediente se reabriera después.

Así las cosas, Santiago Uribe Vélez continuó su vida dedicado a sus negocios ganaderos, con un pasado judicial limpio, pero siempre a la sombra de los señalamientos en su contra. Hasta que, en 2010, un mayor retirado de la Policía, de nombre Juan Carlos Meneses, terminó dándole su testimonio a un nobel de paz: Adolfo Pérez Esquivel. “Las declaraciones de este expolicía son muy duras, tienen fundamentos, elementos que puedan señalar la complicidad, cómo actuaban estos grupos parapoliciales por órdenes del (...) hermano del presidente, que también estaba enterado de todo esto”, dijo Pérez Esquivel a medios de comunicación en ese momento.

El testimonio se volvió un documento que defensores de derechos humanos le enviaron a la Fiscalía para pedirle que reabriera el caso. Mientras tanto, el mayor (r) Juan Carlos Meneses reiteró su versión en una entrevista con el diario The Washington Post: “El rol de Santiago (Uribe) fue liderar a un grupo de ganaderos. Él los organizó para que formaran un grupo con la intención de protegerse de las acciones de la guerrilla”. El oficial en retiro dijo entonces que no había confesado antes por temor a autoincriminarse y resultó entregándose en Cúcuta, Norte de Santander, en enero de 2014. Es investigado por el asesinato de un hombre en Yarumal, precisamente para la época en que allí actuaban los 12 Apóstoles.

En 2013, Santiago Uribe Vélez fue llamado a rendir indagatoria. A partir de ese momento se supo que la investigación nuevamente estaba en curso. En noviembre de 2014, cuatro años después de que hubiera aparecido en escena Juan Carlos Meneses, la Fiscalía empezó nuevamente a explorar el caso. Para empezar, le pidió a la Corte Suprema todas las declaraciones que tuviera en contra de Santiago Uribe. Luego, ordenó tomar declaraciones de cinco exjefes paramilitares: Salvatore Mancuso, Juan Carlos El Tuso Sierra; Diego Fernando Murillo, alias Don Berna; Ramiro Cuco Vanoy y Luis Alfonso Berrío, alias Poncho Berrío. Algunas ya se han realizado; otras, como la de Salvatore Mancuso, están por hacerse. Así lo advirtió ayer el abogado de las víctimas, Daniel Prado.

Fue en noviembre de 2014 que también se ordenó inspeccionar el expediente de la masacre de El Aro, un corregimiento de Ituango, municipio del norte de Antioquia. El crimen de quince campesinos fue ejecutado en 1997 y defensores de derechos humanos como Jesús María Valle, posteriormente asesinado, en 1998, denunciaron que se había cometido con la participación de fuerzas militares. De hecho, el Estado colombiano fue condenado por eso mismo por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2006. La Fiscalía pidió hasta revisar el expediente del coronel (r) Róbinson González del Río, condenado hace poco por falsos positivos. Él había hecho referencias a Santiago Uribe también.

Luego vinieron las declaraciones de dos exjefes paramilitares: Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna –que ya estaba programada por la Fiscalía–, y Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, quien desde el año pasado está detenido en el búnker de la Fiscalía. También se documentó la versión de Eunicio Pineda, un campesino que trabajó con el ganadero Álvaro Vásquez –cuya finca colindaba con la de Santiago Uribe– y que contó cómo ambos hombres habían fomentado la creación del grupo paramilitar los 12 Apóstoles. La defensa de Santiago Uribe Vélez señaló que Eunicio Pineda era un esquizofrénico a quien no se le podía creer. Medicina Legal lo examinó y certificó que “su capacidad de testificar está preservada”.

El abogado de Santiago Uribe Vélez, Jaime Granados, ha reiterado que él es un hombre inocente. “Se han practicado infinitas pruebas en más de cinco años, todas a favor de Santiago, con dos excepciones: lo dicho por el mayor Juan Carlos Meneses y por el esquizofrénico Eunicio Pineda, testigo que le mintió a la justicia. Todo ha sido desvirtuado. Pero, de tanto repetir el asunto, la gente empieza a creer que algo de verdad debe haber, cuando no es así”, le dijo Granados hace un año a El Espectador . En esta ocasión, los defensores de Santiago Uribe Vélez señalaron que se abstenían de hacer comentarios hasta que conocieran el documento de la medida de aseguramiento que se dictó contra su cliente.

En el Congreso, donde las comisiones primeras de la Cámara y el Senado debatían el proyecto de ley de orden público –que facilitaría, entre otras cosas, concentrar a las Farc para su desmovilización–, la detención de Santiago Uribe Vélez no fue ignorada. Para la bancada del Centro Democrático, el partido del senador Álvaro Uribe Vélez, el asunto se resume en una sola palabra: persecución. El ministro de Justicia, Yesid Reyes, defendió la decisión “autónoma” de la Fiscalía e, incluso, el presidente Santos pidió veeduría internacional para el caso. Sin embargo, congresistas como José Obdulio Gaviria señalaron: “Separación de poderes ha muerto. Hoy notificaron que el vil Perdomo (el vicefiscal Jorge Perdomo) se queda como encargado. Dos minutos después estaban capturando a Santiago”.

El Centro Democrático interrumpió el debate y la vocería la tomó la senadora Paloma Valencia: “La bancada del Centro Democrático quiere dejar constancia de que se retira de las comisiones conjuntas para la discusión de este proyecto, en consideración a los graves hechos que acaban de suceder. La detención infame del hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en medio de este debate, oscurece el ambiente, limita las libertades publicas y deja sin garantías a la oposición democrática. Esta captura viene a corroborar las graves denuncias que acaba de hacer el presidente Uribe ante la OEA, la CIDH y los congresistas de los Estados Unidos. Hace parte de la estrategia de este gobierno perseguir judicialmente al uribismo”. Dicho esto, todos los congresistas de ese partido abandonaron el Capitolio.

El testigo principal
 
El mayor (r) Juan Carlos Meneses  se destapó en 2010 en una entrevista que le dio al “Washington Post”. En esa ocasión dijo que conoció de primera mano el funcionamiento del grupo de los 12 Apóstoles, pues, según señaló, trabajó con Santiago Uribe y con los paramilitares en la zona. Estuvo prófugo hasta 2014, cuando se entregó para responder por el homicidio de Camilo Barrientos, un conductor de bus en Yarumal que fue asesinado en febrero de 1994 por ser supuestamente de la guerrilla. Meneses fue el primero en señalar a Santiago Uribe como el jefe de los 12 Apóstoles y reveló cómo fue la supuesta relación entre la Fuerza Pública y los paramilitares en esa época.
 
La versión de “Don Mario”
 
El último testigo contra el hermano del expresidente Uribe fue Daniel Rendón Herrera, alias “Don Mario”. El excomandante paramilitar advirtió que se retractaba de lo que había dicho sobre los 12 Apóstoles pues había mentido por miedo, y señaló que, según le escuchó a Vicente Castaño, ese grupo era de la familia Uribe y al frente de él estaba el hermano del expresidente, Santiago Uribe. “Don Mario” dijo que su información era de oídas y que no tiene claro quiénes hicieron parte de los 12 Apóstoles. Además aseguró que la persona que manejaba las relaciones entre los Uribe y los hermanos Castaño era Pedro Juan Moreno.
 
Un testigo no tan loco
 
Uno de los testigos  principales del proceso contra Santiago Uribe es Eunicio Pineda Luján, quien fue tildado de loco y falso testigo por la defensa de Uribe. Sin embargo, Medicina Legal dijo que el campesino estaba en total capacidad de declarar y que no existía ningún elemento que permitiera suponer que estuviera mintiendo. Pineda trabajó entre 1993 y 1994 en una finca colindante con la hacienda La Carolina, en el municipio de Yarumal, que era propiedad de Uribe y en la que supuestamente operaba el grupo de los 12 Apóstoles. Pineda se animó a hablar en 2010, según él, luego de años de persecución por haber sido testigo de reuniones entre civiles, policías y paramilitares.
 
Lo que dijo “Don Berna”
 
El jefe paramilitar  Diego Murillo, alias “Don Berna”, fue otro de los testigos que hablaron recientemente sobre los 12 Apóstoles. Dijo que fue un grupo que operó a mediados de los noventa y que, a pesar de no tener una relación directa con él, conoció que las primeras autodefensas en Antioquia fueron los Escopeteros, patrocinadas por el ganadero Ernesto Garcés Soto, un hombre que, según “Don Berna”, solía jactarse de su amistad con Santiago Uribe. Sostuvo también que no sabía si Santiago Uribe tuvo nexos con Carlos y Fidel Castaño, pero que a Vicente sí le escuchó decir en tres ocasiones que el ganadero era amigo suyo. “Don Berna” habló hace un año en Miami.
 
El otro policía testigo
 
Hace casi 20 años, el 7 de junio de 1996, el agente (r) de la Policía Alexánder de Jesús Amaya dijo que Santiago Uribe era el jefe de Los 12 Apóstoles. Sus declaraciones fueron desestimadas por la Fiscalía debido a supuestas irregularidades en su testimonio a los pocos años. Pero en 2013 Amaya (contra el que pesa una condena por asesinato) se entregó porque también estaba siendo investigado por la muerte.

Por Redacción Judicial

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