Es dramática la situación que enfrenta un grupo de soldados -en condición de discapacidad a causa de la guerra- por cuenta de la delincuencia común que se ‘tomó’ el barrio en el que han vivido durante estos últimos cinco años.
Bandas criminales se disputan el control del barrio en el que viven por cuenta del negocio de estupefacientes. A quienes se han atrevido a denunciar los han matado y quienes deciden quedarse viven en constante zozobra.
“Y es que la violencia se ensañó con nosotros”, comenta un soldado profesional quien perdió una pierna tras pisar una mina antipersona. Él y su familia decidieron abandonar su casa ubicada en la Urbanización Bicentenario- Occidente 1 de Palmira, Valle del Cauca y que les había regalado el Gobierno, debido a las constantes amenazas y enfrentamientos entre los ‘combos’ de “Los 300” y “Los caleños” que delinquen en el sector.
La urbanización, que fue entregada por el Gobierno a soldados y policías heridos en combate, así como a las viudas que perdieron a sus esposos en el cumplimento de su deber, hoy está abandonada y las 160 familias que allí habitaban se encuentran sin hogar.
“Venimos a Bogotá a pedirle al Gobierno y a nuestro Ejército que no nos dé la espalda. Tenemos dolor de Patria, cómo es posible que en la Caja Promotora de Vivienda Militar nos digan que no hay nada que hacer, que ya firmamos una escritura y es ahora nuestro problema”, comentó Elmer Lizcano Ospina en diálogo con El Espectador.
La grave situación comenzó en noviembre de 2013, cuando un exmilitar y su familia fueron masacrados en su vivienda, luego de que éste denunciara a un individuo conocido con el alias de ‘Chatarra’ por haber entrado a su casa a robar.
La víctima fue Darwin Obregón Bonilla, un exmilitar que vivía con una pensión por invalidez. “Él fue el primero que se atrevió a denunciar la delincuencia y la presencia de bandas en el barrio”. Esta masacre aceleró la huida de los exmilitares discapacitados, que ahora realizan un plantón en la sede del Ministerio de Defensa.
“El problema es que la Caja Promotora de Vivienda nos ubicó en zona roja. Lo que le pedimos al Gobierno es que nos brinde un lugar digno para vivir. Si el Gobierno está en disposición de garantizarle la seguridad a los guerrilleros desmovilizados en el proceso de paz ¿qué pasa con nosotros que servimos a la patria y que nuestra vida y la de nuestras familias está en riesgo?”, comentó Lizcano.
La urbanización Bicentenario está ubicada justamente en medio de los barrios que históricamente han presentado mayor actividad delincuencial y que a su vez hacen parte de la comuna uno, la más violenta de la ciudad.