Tras la ciudad soñada

El ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, cree que el proyecto es muy bueno para el país, ya que permite la mezcla de estratos. Compradores podrán usar subsidio a la tasa de interés.

Jairo Chacón González
06 de febrero de 2015 - 02:39 a. m.
A ocho kilómetros del aeropuerto de Cartagena se desarrollará una ciudad incluyente, con vivienda de interés social, de alta gama, complejos deportivos, hospital, universidad, comercio y hoteles.
A ocho kilómetros del aeropuerto de Cartagena se desarrollará una ciudad incluyente, con vivienda de interés social, de alta gama, complejos deportivos, hospital, universidad, comercio y hoteles.

Era el sueño de Carlos Haime, un empresario y filántropo que durante muchos años compró tierra alrededor de la hacienda Los Morros, a ocho kilómetros del centro histórico de Cartagena, para construir una ciudad incluyente que permitiera que a las comunidades vecinas al mar y los manglares de la zona se les permitiera vivir y trabajar en un lugar que tuviera de todo, para no tener que ira a Cartagena. Hoy, ese sueño empieza a hacerse realidad.

Con el movimiento de tierra en algún sector de las mil hectáreas que tendrá el proyecto de Serena del Mar, su hijo Daniel empieza a cumplir el sueño de su padre, quien murió con la ilusión de entregarle a Cartagena y al país una ciudad que incluyera un centro hospitalario, una universidad, viviendas de interés social, un campo de golf público, colegios, centro comercial, una terminal de transporte, una marina y una zona hotelera y escenarios deportivos para la comunidad.

Será un proyecto de largo aliento, que está en manos de Daniel Haime y su socio Rafael Simón del Castillo, quienes a través de la empresa Novus Civitas buscan desarrollar esta nueva ciudad para cumplir el sueño de emprendedores visionarios.

“Serena del Mar no es un conjunto residencial, ni un desarrollo turístico, o de salud, es todo lo anterior. Es una idea muy grande que tiene como visión entender que uno no puede ejecutar este tipo de obras sin pensar en resolver problemas de las comunidades”, explicó Simón del Castillo.

Esta iniciativa de Haime, que en un período de 60 años creó cerca de 20 empresas que hoy se mantienen operativas, como Grasco, Indupalma, Raza, Colmena, Dersa, entre otras, fue encargada a los más importantes diseñadores y arquitectos nacionales e internacionales, con el fin de desarrollar un producto que no solo sea replicable en el país, sino en el mundo.

Según Haime, el proyecto arrancará con la construcción de un hospital para 150 camas que será operado por la Fundación Santa Fe y la sede de la Universidad de los Andes para la Costa Caribe. Con estas dos obras se dará inicio a un proyecto que incluirá la construcción de 400 casas y 1.600 apartamentos de interés social. También se incluirán apartamentos y casas privadas de estratos, 3, 4, 5 y 6.

El 45 % de las mil hectáreas serán zonas verdes, especialmente manglares que se encuentran en la zona. Adicionalmente, el desarrollador sembrará árboles nativos.

Algunos de los proyectos en Serena del Mar, como la terminal de transporte, serán construidos por personas distintas a Haime y del Castillo. “La idea es que sean las empresas que se van a asentar allí quienes construyan sus propiedades. Esto permitirá que el desarrollo del proyecto avance con mayor rapidez y no en 25 años como está contemplado ejecutarse en sus totalidad”, aseguró Del Castillo.

En Serena del Mar hay espacio paras seis hoteles en zonas cercanas al mar, los cuales serán construidos por las propias cadenas. Ya hay empresas interesadas y están en conversaciones con los promotores de la iniciativa.

Para garantizar el desarrollo de Serena del Mar, los empresarios cuentan con el respaldo de fondos de inversión, la banca multilateral, la banca comercial, inversionistas del sector inmobiliario e inversionistas privados, explicó Del Castillo.

Para el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, este tipo de iniciativas son bienvenidas en el país, ya que generarán dinamismo en al economía y transformarán las ciudades.

“Este proyecto cumple con muchas cosas, como la mezcla de estratos, lo que genera una cadena de economías urbanas, porque va a exportar servicios y tendremos una ciudad viva las 24 horas del día”, explicó.

El proyecto crea infraestructura urbana y con la construcción de viviendas de diferentes estratos le permite participar al Gobierno con el subsidio a la tasa de interés para la compra de vivienda en un buen sitio, algo similar a Ciudad Verde y La Felicidad en Bogotá, recalcó.

 

 

jchacon@elespectador.com

 

Por Jairo Chacón González

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