Desde el pasado 5 de agosto cuando se inició el proceso de prospección arqueológica en el polígono uno de La Escombrera, ubicada en la comuna 13 de Medellín, el director nacional de Justicia Transicional de la Fiscalía, Carlos Fidel Villamil, aseguró que a la fecha no se han encontrado restos óseos humanos. Hace pocos días se generó una alerta por un supuesto hallazgo el cual, según confirmó el funcionario, corresponden a “restos óseos no compatibles con la especie humana”.
Durante la excavación de 5.900 metros cúbicos se encontraron restos de prendas, accesorios y un documento, los cuales están bajo custodia “para eventuales cotejos o verificaciones, pero aún no coinciden con las víctimas reportadas”, aseguró Villamil.
El funcionario fue enfático en asegurar que de encontrarse algún resto humano, las primeras en ser informadas serían las víctimas, quienes se encuentran de manera permanente en el lugar.
La esperanza no se apaga
María Graciela Builes hace parte del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad, quienes esta semana recibieron el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en la categoría experiencias colectivas, un reconocimiento a la resistencia de las víctimas que luchan por la memoria y superación de la verdad.
Ella busca a su hijo Orlando de Jesús Builes, quien desapareció el 1 de junio de 2012 en el barrio El Salado, de la comuna 13. Todos los jueves y viernes llega hasta La Escombrera para supervisar las labores de búsqueda. Cada palada de tierra removida, es una luz de esperanza para hallar la verdad, “estamos esperando que nos entreguen algunos de los restos de nuestros hijos. Nosotros sentimos que hay algo aquí y estamos esperando que los saquen”, comenta Graciela con su voz entrecortada.
Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar que su hijo salió a trabajar a una fábrica de arepas como todos los días y nunca volvió. “Sería muy duro para todas las compañeras si no encuentran nada, con uno solo que saquen ya las demás sabemos que ellos están ahí. Es una espera larga, pero si hemos estado así 13 años ya es poco lo que nos falta”.
Por su parte Alejandra Balbín, vocera de las víctimas, pidió que se refuerce la seguridad en la zona de las excavaciones para evitar hechos violentos que impidan el normal desarrollo de las actividades. “Estamos en un contexto donde hay combos y conflictos, la idea es prevenir una situación que se pueda presentar porque nunca sabemos qué nos podemos encontrar todas las mañanas cuando llegamos”.
Las mujeres de la comuna 13 siempre han estado acompañadas por las misioneras de la Santa Laura, que tienen su convento en la zona. Todos los días las hermanas suben a la Escombrera, y junto a ellas esperan pacientemente los resultados de los técnicos y forenses. La misionera Rosa Emilia Cadavid, es quien más cerca ha estado de estas mujeres quienes durante años pedían ser escuchadas, “todo el mundo tenía oídos sordos, hay una sociedad indiferente frente al dolor de los otros. Esto es un inicio, en la comuna hay muchos desaparecidos y no todos están aquí. Esperamos que esto no sea de cinco meses sino que se siga buscando no solo aquí sino en otros sitios de la comuna”.
Afinar la veeduría
Adriana Arboleda, de la Corporación Jurídica Libertad, aseguró que hasta el momento se han cumplido los compromisos adquiridos con las autoridades. Sin embargo, pidió que se ajuste el proceso de veeduría, pues según ella, no se trata solo de “venir y mirar hacia allá sino poder hacer una constatación día a día sobre si el procedimiento que se está haciendo es el adecuado o no”.
Explicó que ha sido un aprendizaje porque “nadie sabía cómo iba a ser esto, en el día a día vamos evaluando los procedimientos”. Por último, manifestaron su preocupación porque el proceso se continúe, pues no hay certeza si el nuevo alcalde tenga la voluntad de continuar apoyando la búsqueda de la verdad de lo ocurrido en esta zona de la ciudad.