La Corte Constitucional le dio la razón. El periodista estadounidense Chandler Burr apenas se había levantado, cuando recibió la noticia. Una periodista lo llamó a decirle: “Has vencido, ¿cómo te sientes?”, y él supo que el fallo que había esperado durante ocho meses se había producido, que la justicia le había dado el sí a la adopción que había hecho meses atrás de dos menores de edad colombianos que se habían convertido en la luz de sus ojos y que habían sido separados de él por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) después de que confesara que era homosexual y que tenía novio.
Su caso generó toda una controversia y la Procuraduría General de la Nación y la Comisión Episcopal rechazaron una y otra vez la posibilidad de que dos menores quedaran bajo la tutela de un homosexual. Pero la Corte Constitucional reiteró que la orientación sexual del adoptante no puede ser considerada un factor de riesgo para los menores adoptados. Por ello cuestionó la decisión del ICBF de separar a Burr de sus hijos adoptivos y aseguró que los mayores peligros para ellos se dieron fue por culpa de la separación.
En entrevista con El Espectador, Burr aseguró que “aunque la gente crea lo contrario, este fallo no es en favor de los homosexuales, sino de los niños. Cualquiera que revise la decisión de la Corte verá que la posición de los magistrados se basó en que había unos niños que iban a quedar desamparados y que no había razón para que se les negara el cariño que yo les estaba brindando”. Y agregó que este es, sobre todo, un fallo hacia la igualdad.
“Entiendo que hay muchas personas que no tienen amigos homosexuales y que desconocen el tema. Pero es momento de acabar con la ignorancia. Que un niño tenga padres homosexuales no va a influir en su orientación sexual, con ella se nace y la sociedad tiene que respetarla”, comentó desde la ciudad de Nueva York (EE.UU.) donde reside.
“Es que no hay una razón para impedirles a los homosexuales adoptar. La gente cree que por tu orientación sexual eres inferior o mala persona, pero eso no es así. Es absurdo seguir pensando de esa forma y con ignorancia creer que, como dice la Iglesia católica, los homosexuales sólo queremos el mal para los niños. Es absurdo decirle a una persona que no puede adoptar porque la sociedad tiene un prejuicio en su contra por ser negro, ateo, pobre, indígena u homosexual”, resaltó el comunicador.
Este fallo de la Corte Constitucional surge en momentos en los que ese alto tribunal discute sobre la posibilidad de permitirle a una pareja de lesbianas adoptar conjuntamente a la hija biológica de una de ellas.
El abogado de las mujeres, Germán Humberto Rincón, aseveró al respecto que “esta histórica decisión de la Corte garantiza el Estado de Derecho abandonando los prejuicios y problemas de contaminación religiosa y conservadurismos irracionales que se tejen sobre el tema. La justicia hace justicia frente a las decisiones del ICBF que fueron arbitrarias y sin fundamento. Esta es una ventana para decidir el caso de Ana y Verónica, así como la adopción conjunta de la hija biológica de una de ellas”. Idéntica fue la posición de Burr, quien consideró que con el fallo se abre una puerta para que la sociedad entienda que no importa si la pareja es homosexual o heterosexual, lo primordial es que el menor cuente con un hogar.
A diferencia del periodista, sus hijos adoptivos, de 11 y 13 años de edad -que con permiso de las autoridades colombianas están desde hace cinco meses en la ciudad de Nueva York junto a él-, recibieron la noticia como cualquier otra. “Eso es algo poco interesante”, le comentó el menor de sus hijos. Mientras Burr celebra, la Procuraduría General de la Nación, aseguró que estudiará la decisión ya que, dijo, “jurídicamente queda un recurso de revisión a una acción de tutela, cabe una solicitud de nulidad ante el alto tribunal. La Procuraduría examinará si se dan los requisitos para interponer dicho recurso”.
Brevemente, el periodista concluyó que los niños habrían sido infelices si la Corte hubiera tomado una decisión diferente y que no descarta casarse con su novio mexicano. “Cuando eso suceda a él le dirán papi y a mí dad, no hay gran rollo”.