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Una reunión en Casa de Nariño de la que nadie salió bien librado

En 2008, funcionarios del gobierno Uribe y emisarios de “don Berna” se encontraron en el palacio presidencial. Todos ellos han tenido líos con la justicia desde entonces.

Diana Durán Núñez
22 de enero de 2016 - 03:46 a. m.

—¿Y fue el curita?

—Sí, claro...

En esos términos hablaron, el 23 de abril de 2008, los exparamilitares Rodrigo Zapata y Severo Antonio López, alias Job. El primero fue mano derecha de Vicente Castaño; el segundo, un excomandante del bloque Cacique Nutibara. Era una conversación que no tenía nada de ordinaria: Job, quien aseguraba que “el curita” sí había ido, había llamado a Rodrigo Zapata justo al salir de una reunión de la Casa de Nariño. “La Casa de Nari”, la llamaba él. Y “el curita” era nada más y nada menos que César Mauricio Velásquez, miembro del Opus Dei —lo que le valió el apodo— y secretario de prensa del entonces presidente, Álvaro Uribe.

Haberse reunido una vez con emisarios de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, le ha traído problemas a Velásquez desde entonces. Tanto así que la Fiscalía acaba de radicar el escrito de acusación en su contra por, supuestamente, haber hecho parte de un complot entre la Presidencia de Álvaro Uribe y el DAS para desprestigiar a los magistrados de la Corte Suprema, quienes para esa época adelantaban las investigaciones de la parapolítica que involucraban al primo del presidente, Mario Uribe.

La decisión afecta también a otro exintegrante del gabinete de Uribe que el 23 de abril de 2008 se reunió con delegados de Don Berna: Edmundo del Castillo, secretario jurídico de Palacio. En el encuentro, además de alias Job, estaban Diego Álvarez, abogado de Don Berna; el exgobernador del Cauca Juan José Chaux, y una delegada del DAS: Marta Leal. Cuando estos encuentros fueron revelados, Del Castillo confirmó que había hablado personalmente con Diego Álvarez tres veces y que en una de esas ocasiones —el 23 de abril de 2008— había estado Job.

Después de casi ocho años, Edmundo del Castillo y César Mauricio Velásquez fueron llamados a juicio porque, según la Fiscalía, se prestaron para tratar de enlodar a la Corte Suprema, protagonista de un agarrón excepcional con el presidente Álvaro Uribe. Ambos exfuncionarios han reiterado que nunca participaron en actos ilegales. La reunión en la Casa de Nariño es, para la Fiscalía, la prueba más palpable de la responsabilidad de Del Castillo y Velásquez, pero no la única: el organismo investigador los relaciona a ambos con episodios como el caso paseo —seguimientos ilegales a la Corte Suprema— o el montaje de Tasmania, con el que se buscaba desprestigiar al coordinador de las investigaciones de la parapolítica, Iván Velásquez.

El resultado final para quienes estuvieron en la reunión del 23 de abril de 2008 en el Palacio presidencial no parece ser un buen augurio para César Mauricio Velásquez y Edmundo del Castillo, a quienes la Procuraduría absolvió por estos mismos hechos. Marta Leal, subdirectora de análisis del DAS que dirigió María del Pilar Hurtado, fue condenada a ocho años de prisión por las chuzadas y ya recobró la libertad. En el fallo en su contra, que era también la condena a tres exfuncionarios del DAS, se ordenó investigar al expresidente Álvaro Uribe. La Comisión de Acusación tiene el proceso, pero poco ha avanzado.

Semana, el medio que expuso al país la reunión de abril de 2008, sostuvo entonces que el propósito de Don Berna para agitar las aguas ya revueltas entre la Presidencia y la Corte Suprema era evitar su propia extradición, pero su intento fracasó. En mayo de 2008 terminó en Estados Unidos junto con otros doce exjefes paramilitares que, según el gobierno Uribe, habían seguido cometiendo delitos después de desmovilizarse. Allí, un juez del Distrito Sur de Nueva York lo condenó a 31 años por narcotráfico. Don Berna fue, al tiempo, comandante del bloque Cacique Nutibara y jefe máximo de la Oficina de Envigado, y la prueba andante de cómo el narcotráfico y el paramilitarismo trabajaron de la mano.

Sergio Álvarez, el abogado de Don Berna, fue condenado en primera y segunda instancia por haber sido uno de los gestores del complot de Tasmania contra el investigador de la parapolítica, Iván Velásquez. Juan José Chaux fue llamado a juicio por parapolítica; las audiencias empezaron en abril del año pasado. Alias Job, quien para esa fecha era un conocido vocero de desmovilizados de las Auc, fue asesinado a finales de junio de 2008 en Medellín, casi dos meses antes de que se conociera de sus reuniones con los funcionarios del expresidente Álvaro Uribe.

Rodrigo Zapata, el hombre a quien Job le confirmó por teléfono que “el curita” había estado en la reunión, fue condenado en 2012 por paramilitarismo. Fue el cerebro de la reunión en la Casa de Nariño en 2008.

—¿Sí les gustó la cosa? —le preguntó Zapata a alias Job cuando la reunión terminó.

—Muy buena, muy buena —le respondió Job.

Por Diana Durán Núñez

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