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Violencia contra defensores de DD.HH.: 63 asesinados en 2015

El programa Somos Defensores lanzó este miércoles su informe anual sobre lo que vivieron los líderes sociales en 2015. Con el aumento de homicidios y agresiones con respecto a 2014, la situación no es alentadora.

Redacción Judicial
02 de marzo de 2016 - 06:49 p. m.

Desde el año pasado Colombia celebra por primera vez en muchos años la disminución en los indicadores de violencia. El Ministerio de Defensa indicó a finales del año pasado que los homicidios se redujeron en un 5% en todo el país y que la tasa de este delito es de 17 por cada 100 mil habitantes, la más baja en los últimos 35 años. Sin embargo, la situación para los defensores de derechos humanos no pareciera estar al mismo ritmo de estos números que muchas alegrías han traído en tiempo de diálogos de paz y un posible posconflicto.

De acuerdo con el informe anual del Programa Somos Defensores, en 2015 se registraron 682 agresiones contra defensores de derechos humanos en toda Colombia, 56 más que los registrados el año pasado. “La realidad que enfrentaron en 2015 pareciera salida de las mejores películas de drama, acción, suspenso, ciencia ficción y en el peor de los casos, pareciera una película de terror”, dice el reporte, que además asegura que así las cifras hayan aumentado durante los últimos cinco años, lo que ha permanecido igual es la falta de investigación por parte de la Fiscalía, la mala calidad de la protección que el Estado les brinda y el deterioro del apoyo por parte el Gobierno.

En cuanto al trabajo de la Fiscalía, Somos Defensores asegura que durante la administración de Eduardo Montealegre, a pesar de los múltiples acercamientos y diálogos, imperó el desinterés institucional en investigar las más de 2.000 agresiones contra líderes sociales en los últimos cinco años. “De nuevo, esta cruda realidad supera con creces la ficción del cine y en parte se asemeja a una triste película de desamor llamada Simplemente no te quiere; así es la historia entre la Fiscalía y los defensores: por más que los líderes sociales se acerquen a ella, esta se aleja cada vez más… simplemente la Fiscalía no quiere a los defensores”.

Otra de las fuertes críticas que muestra el informe es contra la Unidad Nacional de Protección (UNP) pues, aseguran, el modelo de protección que brinda no aporta ninguna medida para eliminar el riesgo o amenaza, sino que el único propósito es proteger al individuo mientras existan las amenazas. El problema es mayor pues, ni siquiera esa protección fue efectiva en 2015: de los 63 defensores asesinados, cuatro tenían el amparo de la UNP, a una de ellas se le habían vencido sus medidas y una más había solicitado su apoyo. En 2014 las víctimas fueron menos: 55.

Entre quienes perdieron la vida se encuentran Senén Namundia, líder espiritual y médico indígena de la comunidad embera-chamí; Luis Fernando Wolff, quien pertenecía al Frente Amplio por la Paz en Antioquia y era profesor universitario y primo del senador Antonio Navarro Wolff; María Luz Lucero, de la Mesa de Inversión Social de Putumayo; Carlos Pedraza Salcedo, del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado; Éver López, del Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes del Meta; o Camila Flórez, del Mecanismo Coordinador de País/Fondo Mundial de Prevención de VIH y Sida.

A lo largo del informe, Somos Defensores hace un constante paralelo entre reconocidas películas y la situación que enfrentan defensores en todo el país. El clásico western italiano, El Bueno, el malo y el feo, es el largometraje que eligieron para mostrar la cara más amable de los problemas que vivieron durante el año pasado. El bueno del asunto, asegura el reporte, es el apoyo internacional, de la mano de países como Noruega, Suecia, Suiza, Holanda, España, Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea quienes, a partir de apoyos económicos o simbólicos, se han abierto a escuchar las exigencias y necesidades de los defensores.

El malo, por otra parte, resultó ser el crimen organizado. Son ellos quienes encabezan la lista de los presuntos responsables de las 682 agresiones registradas en 2015. Según las cifras recopiladas por el Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores de Derechos Humanos, adscrita al programa Somos Defensores, seis homicidios habrían sido perpetrados por estos grupos, incluidos paramilitares y bacrim, al igual que el 90% de las 539 amenazas directas en contra de líderes sociales. “Esta fue y será la nota predominante en el periodo de transición y posconflicto: los defensores seguirán siendo el blanco del crimen organizado”, dice el informe.

La última parte de la película western, el feo, se la llevó la inteligencia estatal y los estigmatizadores. Con el cambio de tecnologías de vigilancia e interceptación en la Policía y el poder que han adquirido con ellas, son preocupantes para Somos Defensores las denuncias que se han hecho sobre la interceptación ilegal a las comunicaciones de reconocidos periodistas y a los informes publicados por la organización británica Privacy International al respecto. Por otra parte, en 2015, dice el informe, tristemente se volvió a tomar a los defensores como sinónimo de desprestigio y difamación.

“El Estado se está preparando para el posconflicto en materia de garantías al movimiento social y de derechos humanos. Pues se observa con preocupación que los avances frente a esta materia son casi nulos, las normas en prevención de violencias contra defensores son letra muerta en decretos”. Frente a este panorama, desalentador con el aumento de las cifras, el trabajo de los defensores sigue más firme que nunca. El problema es que seguirán siendo ‘los nadie’ que describió Eduardo Galeano: “Los nadie, que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”.

Por Redacción Judicial

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