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Alerta ambiental por barco encallado en San Andrés

Cerca de 1.400 toneladas de material para construcción y mil galones de combustible están atrapados desde hace 20 días en la embarcación. Su manipulación indebida podría causar un desastre ecológico.

Angélica María Cuevas Guarnizo
23 de abril de 2015 - 03:15 a. m.
El Memory, de bandera panameña, hacía tránsito entre los puertos de Limón (Costa Rica) y San Andrés (Colombia). /Gobernación de San Andrés
El Memory, de bandera panameña, hacía tránsito entre los puertos de Limón (Costa Rica) y San Andrés (Colombia). /Gobernación de San Andrés

Casi un mes después de que el barco Memory, de bandera panameña, encallara en aguas de la Reserva de la Biosfera Seaflower, muy cerca a la isla de San Andrés, existe aún el riesgo de que cientos de toneladas de material para construcción y al menos mil galones de combustible caigan al mar Caribe y afecten un área que ha sido descrita como de importancia ecológica mundial.

Todavía no se sabe si hubo fallas humanas o técnicas detrás del hecho, que ocurrió cerca de Rocky Cay, pero en las últimas semanas la Agencia Marítima JF (Jorge Fuentes), responsable de la embarcación en tierra colombiana, sólo ha evacuado 300 de las 1.700 toneladas de arena y gravilla que transportaba el Memory.

Lo preocupante es que las condiciones climáticas han hecho que el barco se fracturara en cuatro partes, situación que no sólo dificulta las labores de extracción de materiales, combustible y otros residuos oleosos contaminantes, sino que incrementa el riesgo de que ocurra algún tipo de desastre ambiental.

El capitán de puerto de San Andrés, Darío Sanabria, explicó que, por ley, los propietarios de la embarcación registrada en Panamá y su armador deben responsabilizarse y asumir los costos del retiro y transporte de la carga hacia un lugar seguro. Ante la falta de respuestas las autoridades de San Andrés han tomado medias para evitar que parte de la Reserva de la Biosfera Seaflower, uno de los ecosistemas marinos más biodiversos del mundo, resulte afectado.

Según la gobernadora de San Andrés, Aury Guerrero Bowie, “la embarcación no ha sido declarada como abandonada y no estamos en disposición de quitarles esta responsabilidad a los propietarios. En cuanto al tema ambiental, este lunes hablé con el ministro Gabriel Vallejo con el fin de conseguir acciones para movilizar todo el componente del riesgo, pero el Gobierno Nacional aún no ha asignado dinero”.

“El barco está inservible, sin funcionamiento mecánico, ni eléctrico, así que las bodegas que contienen la arena y la gravilla están bloqueadas. El riesgo es muy alto. Si no se realiza una extracción adecuada se podría afectar toda la playa del sector de San Luis”, dice el capitán Willie Gordon Bryan, del Cuerpo de Bomberos de San Andrés, y continúa: “Estamos extrayendo de manera manual y con motobombas los residuos oleosos contaminantes, como aceite de motor y combustible diésel. Ya tenemos almacenados en el muelle unos 2.000 galones de residuos y hemos retirado otros elementos sólidos contaminados, como sillas, mesas, colchones y sistemas de aire acondicionado”.

Desde la semana pasada el Comité Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres les pidió a la comunidad y las empresas de la isla que tuvieran tanques herméticos con capacidad para 250 galones que se los facilitaran para continuar con el retiro del material contaminado que se encuentra aislado en el cuarto de máquinas y aún no ha tenido contacto con los ecosistemas marinos.

Pero retirar todo este material y la carga de la embarcación es un trabajo costoso. “Ninguna entidad en San Andrés cuenta con la capacidad financiera ni los recursos técnicos para realizarlo. La actividad se podría hacer, pero tiene un costo económico muy elevado”.

El desembarco del material de construcción podría costar unos $1.300 millones y el retiro de aceites y combustibles se estimó en $450 millones. Cotizaciones que fueron entregadas a las autoridades locales por dos compañías especializadas en descargue y en manipulación de residuos en derrames de hidrocarburos.

“Ya nos hemos contactado con la Armada panameña para que también asuma su responsabilidad sobre esta embarcación, pero necesitamos que el Gobierno central nos ayude enviando técnicos especializados en estas emergencias. Intentamos manejarlo, pero no sabemos cuál es la manera más segura de hacer esta manipulación; los fondos marinos y las playas podrían verse afectadas”, dice el capitán de puerto, Darío Sanabria.

Según Coralina, autoridad ambiental local, esta emergencia estaría involucrando ecosistemas importantes como colonias de arrecifes que se encontraban en recuperación y pastos marinos, así como la bahía Hooker y las playas de Sound Bay, que podrían resultar directamente afectadas.

 

acuevas@elespectador.com

Por Angélica María Cuevas Guarnizo

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