Buscando homenajear uno de los primates en mayor peligro de extinción, los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, que se llevarán a cabo en Barranquilla en agosto del próximo año, tendrán como mascota a Baqui: un tití cabeciblanco. Una medida que busca aprovechar la gloria del deporte para llamar la atención sobre el estado de conservación de esta especie.
Según datos del Proyecto Tití, una iniciativa que nació en 1985 en Sucre, en Colombia este mono tiene una distribución muy limitada: en el noroeste de Colombia, entre el río Atrato y el río Magdalena. Habita principalmente en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba y el noreste antioqueño.
Pero la afectación de su población data desde hace mucho tiempo, cuando entre los años 70 y 80 se exportaron unos 40.000 titíes a Estados Unidos que fueron destinados a investigaciones biomédicas ¿La razón? Se había encontrado que estos monos desarrollaron espontáneamente una enfermedad conocida como adenocarcinoma de colón, por lo que muchos de los individuos fueron a parar a laboratorios donde se estudiaba esta patología. Sumando todos estos factores, en 1973 el tití cabeciblanco fue declarado en peligro.
Hoy, aprovechando que varias delegaciones internacionales estarán en Barranquilla para celebrar los Juegos, se espera que Baqui tenga un rol más allá del deporte: alertar sobre el peligro en el que se encuentra su especie.