Las ciudades del ahora

El programa Ciudades Emblemáticas le apuesta a un desarrollo con sentido social que cierre las brechas de desigualdad en el país y priorice los proyectos locales. BiBo mostrará por qué estos territorios son un ejemplo de desarrollo sostenible y ambiental del país.

Redacción Vivir
02 de octubre de 2014 - 10:55 a. m.
Son ciudades intermedias, que están a medio camino, acechadas por problemáticas de toda índole, pero que se han abierto paso con proyectos sostenibles.
Son ciudades intermedias, que están a medio camino, acechadas por problemáticas de toda índole, pero que se han abierto paso con proyectos sostenibles.

Las ciudades hablan, cuentan historias, esconden un pasado y guardan un futuro. Hay ciudades que mueren y fracasan. Otras que crecen y tienen éxito. Hay ciudades muy visitadas por sus atractivos turísticos, atestadas de ruido, colores y lujos. Otras, llenas de quietud, pobladas por nadie.

Hay ciudades grandes, medianas y pequeñas. Todas no han corrido con la misma suerte, ni han tenido el mismo desarrollo. Unas han visto más de cerca a la violencia que otras. Unas han estado más propensas a los desastres naturales que otras. Unas han sido más olvidadas que otras, han estado estancadas por décadas.

Y entre ese abanico de ciudades unas permanecen ocultas. Ni tan grandes como Bogotá, en la que respiran casi 8 millones de almas, ni tan pequeñas como Busbanza, en Boyacá, que apenas cuenta con 1.127 habitantes, 194 casas, ocho profesores y un solo barrio. Son ciudades intermedias, que están a medio camino, acechadas por problemáticas de toda índole, pero que se han abierto paso con proyectos sostenibles.

Las Ciudades Emblemáticas

Entre ellas, Findeter eligió algunas y las incluyó en el programa Ciudades Emblemáticas, una plataforma orientada a mejorar la gestión de la administración por medio del acompañamiento técnico y la financiación de proyectos. Esas ciudades son lugares estratégicos para Colombia, “son ciudades importantes que tienen problemas de gobernanza, infraestructura y condiciones adversas que no las dejaban surgir”, comentó Alejandro Callejas, director del programa en Findeter.

El programa de Ciudades Emblemáticas se soporta metodológicamente en el programa de Ciudades Sostenibles y Competitivas, de Findeter, así como en la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo. Tiene cuatro pilares fundamentales: sostenibilidad fiscal y gobernanza, sostenibilidad económica y social, sostenibilidad urbana y sostenibilidad ambiental. En este último se analizan los efectos del cambio climático, la importancia de preservar y conservar el medio ambiente, garantizar los servicios de agua y saneamiento y el manejo adecuado de los residuos sólidos.

En una alianza con El Espectador hemos decidido rescatarlas y sacarlas del anonimato, nombrar sus problemas y sus fortalezas. En los siete especiales que se publicarán semanalmente contaremos los proyectos que son ejemplo para las demás ciudades desde la mirada ambiental. “En todas las ciudades evaluamos la oferta de servicios públicos, la vulnerabilidad al cambio climático y la calidad del aire”, comentó Luis Fernando Arboleda González, presidente de Findeter.

Las ciudades por el cambio climático

¿Por qué son importantes estas ciudades para el país? ¿Qué debemos conocer de ellas? ¿Hacia dónde se proyectan en el futuro? El último informe mundial sobre asentamientos humanos de la ONU, publicado en 2011, llama a las ciudades a tomar medidas frente al cambio climático. El documento dice que el ritmo de la población urbana aumentó casi cinco veces entre 1950 y 2011 y para 2050 más del 80% de las personas vivirá en las ciudades. Esos nuevos asentamientos humanos están teniendo lugar en las áreas urbanas más pequeñas y eso implica presiones sobre el medio ambiente. Entonces, estas ciudades, que van creciendo poco a poco, se sumarán a ese gran saco de urbes que emiten entre el 40% y el 70% del total de gases de efecto invernadero.

Algunas ya han empezado a controvertir lo que hasta ahora ha sido una especie de ley del desarrollo: grandes rascacielos, anchas autopistas y muy poco verde. El informe asegura que las ciudades deben contar con una infraestructura urbana (redes de energía y sistemas de agua) con bajos niveles de carbono, diseños de zonas urbanas que tengan en cuenta la geografía y los recursos naturales sobre los cuales se asientan y sumideros que capturen el carbono, como zonas forestales, ríos y parques.

Un recorrido por Colombia

Una de las elegidas es Buenaventura, ciudad de contrastes y complejidades que moviliza el 60% de la carga del país pero no guarda mayor riqueza física dentro de sus fronteras y tiene uno de los índices de pobreza más altos de Colombia. Está cercada por agua, pero el servicio de acueducto llega por horas. Actualmente planea construir un malecón y proyecta un plan maestro de acueducto y alcantarillado que les devuelva el optimismo a sus habitantes curtidos de escepticismo. Esta región cuenta con una inmensa diversidad de especies de fauna y flora, continental y marina, donde se encuentran especies de árboles y plantas nativas y endémicas. Es reconocida mundialmente por ser uno de los sitios de destino de la migración estacional de poblaciones de la ballena jorobada.

Tumaco, en el departamento de Nariño, es la segunda ciudad portuaria más importante del Pacífico, cuna de grandes deportistas y despensa del fútbol colombiano. Es, además, un corredor clave que conecta el centro y el sur del país, pues está a una hora de camino del Ecuador. Allí, el desarrollo se ha quedado en veremos. Sin embargo, hoy la ciudad le apunta al tratamiento de agua potable y a la organización de acuerdo a sus centros económicos.

Galapa, por ejemplo, es vecina de Barranquilla y esencial para la expansión industrial del Atlántico, pero ¿cuándo hemos escuchado hablar de ella como una ciudad importante para la región Caribe? Lo mismo pasa con Quibdó, capital del departamento del Chocó, un territorio rico en biodiversidad y cultura, pero profundamente olvidado.

Y como estas cuatro ciudades, están también San Gil, que ha sido líder en el desarrollo turístico del oriente colombiano, pero que sufre en temas de movilidad; San Andrés, gran polo turístico por sus playas cristalinas, pero llena de problemas con sus aguas residuales, erosión en las playas, riesgos con la disposición de residuos sólidos y exceso de motos que dañan la calidad del aire, y Barrancabermeja, uno de los reservorios de petróleo más importantes del país, que tiene problemas con la contaminación de sus humedales, como la ciénaga de San Silvestre, por el vertimiento de las aguas residuales de las refinerías.

Cada una de ellas tiene grandes potencialidades e inmensas dificultades. La apuesta comienza con el diseño de políticas para las administraciones locales, que en la mayoría de los casos requieren de apoyo técnico necesario para el diseño y la ejecución de políticas públicas de largo aliento. Siempre contando con los conocimientos locales y propios de las comunidades.

De ahí parte el ejercicio de lograr que las ciudades sean viables en el ahora. No sólo se trata de cambios en infraestructura que miren al futuro, sino en cambios de mentalidad que lleven a los ciudadanos a vivir mejor en el presente. “Porque el desarrollo se genera pensando en la ciudadanía y no sólo en la economía”, afirmó Callejas, director del programa.

Por Redacción Vivir

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