Conservar los ecosistemas, una inversión económicamente más rentable

Expertos señalan que el costo-beneficio de renunciar a algunos de las ventajas directas de la minería o la agricultura en expansión y enfocarse en asuntos como la conservación de los páramos tendría mayor sentido económico para el mundo.



Daniela Franco García
01 de junio de 2015 - 11:50 p. m.
El páramo de Pisba abastece a los cerca de diez mil habitantes que tiene el municipio de Tasco. / Cortesía Juan Sebastián Perdomo
El páramo de Pisba abastece a los cerca de diez mil habitantes que tiene el municipio de Tasco. / Cortesía Juan Sebastián Perdomo

Solo seis países en el mundo tienen el privilegio de tener ecosistema de páramo, Colombia no solo hace parte de esta lista, sino que alberga la mayor superficie de estos en la tierra. De ahí que el país tenga un papel tan importante en los retos globales en relación con la Agenda Post-2015, a plantear por el mundo en una asamblea celebrada en Naciones Unidas, que se llevará a cabo en septiembre de este año. Una cita que busca discutir cuáles serán los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

A propósito de esta fecha, expertos en biodiversidad han apuntado a resaltar la importancia de la conservación de los ecosistemas colombianos, reconociendo sus ventajas para el medio ambiente, pero también analizándolo desde el punto de vista económico. De ahí que el Copenhagen Consensus Center (CCC, entidad integrada por expertos destinada a la investigación de políticas públicas globales), resalte la importancia de incluir la conservación de la biodiversidad como uno de los asuntos más importantes en la creación de una nueva agenda global.

La investigación de este organismo aborda el dilema entre los daños al medio ambiente y el desarrollo económico, defendido por muchos, en áreas como la minería. Señala así que enfocarse en la conservación de estos ecosistemas es a largo plazo más rentable que las ganancias percibidas, por ejemplo, por la minería.

“Los gastos anuales de conservación en el mundo son importantes, ascendiendo a $67 u 89 millones para 2050. Sin embargo, incluso el beneficio más bajo estimado ($100 millones al año) sería mayor que la inversión más alta en conservación. Una cifra interesante si se considera que el beneficio percibido por la protección del medio amiente podría ascender a $152 millones”, resalta el análisis del CCC, que reconoce que sectores como “la agricultura y la minería perderían los ingresos potenciales de la explotación de páramos vírgenes”, sin embargo apunta que los colombianos en conjunto verían un beneficio enorme representado en aspectos como el suministro de agua dulce. (Vea: La mina de la discordia en Boyacá)

Carlos Enrique Sarmiento Pinzón, coordinador del proyecto del fondo de adaptación del instituto de investigación de recursos biológicos Alexander von Humboldt, indica que el debate en Colombia sobre la conservación vs minera está sobre la mesa. “Hay quienes dicen que en materia ambiental no hay derechos adquiridos y eso es una lucha y discusión importante. Cuando uno habla con organismos encargados de defender la conservación de ecosistemas en Colombia, quizá, se cae en ese laberinto judicial y jurídico que al final no permite tener respuestas muy claras. Sabiendo que en el país no debería haber minería en páramos, todas esas actividades debieron finalizarse inmediatamente, pero no es así de fácil, porque hay que reconocer todo el tema de la legislación minera (...) Lo curioso y un poco el llamado es que estamos en un país que le aposto a la locomotora minera y es paradójico que se trata de una gran apuesta sin una legislación robusta”, recalca Sarmiento.

Lo cierto es que la discusión pasa por uno de los momentos más álgidos. Grupos ambientalistas como Greenpeace han denunciado vehementemente que en el país se otorgan licencias minerías sin rigurosidad, permitiendo la explotación en zonas que deberían ser protegidas ambientalmente. Así mismo el Plan Nacional de Desarrollo, tal como han denunciado congresistas y grupos defensores del medio ambiente, permitiría la explotación minera en páramos argumentando derechos adquiridos por parte de aquellas multinacionales dedicadas a esta actividad. Así se permitía mantener los contratos suscritos, en el caso de la exploración minera antes de 2010, y en el caso petrolero antes de 2011.

“Las realidades de la conservación son claras, mi investigación evidencia que es lo más importante y genera mucho más valor que cualquier otra actividad a largo plazo, analizando los beneficios no solo para Colombia, sino para el mundo entero. El punto es que sin haber centrado mis estudios en el conflicto entre minería y páramos en Colombia, lo cierto es que la conservación genera mucho valor para el país y el mundo entero y ese es llamado para que Colombia asuma el reto global de priorizar este asunto”, concluye Gustavo Arciniegas, investigador y Ph. D. radicado en países bajos, quien lideró una investigación sobre páramos en el mundo enfocado en la planeación sustentable y ambiental.

Por Daniela Franco García

 

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