Un pronunciamiento histórico llega antes de lo esperado. En un comunicado, los líderes de las siete potencias abogaron por reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero entre 40 y 70% de aquí a 2050, tomando como base los niveles de 2010.
Una de las gestoras del acuerdo fue la canciller alemana Ángela Merkel, que entre 1991 y 1998 fue ministra de Medio Ambiente. Aunque inicialmente Canadá y Japón se mostraron reacios a incluir el tema en la reunión que tuvo lugar en Alemania, finalmente se impuso la visión contraria. Ahora estos países, al igual que EE.UU., Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia han prometido caminar hacia un modelo libre de emisiones de gases de efecto invernadero.
El anuncio fue interpretado como un espaldarazo a la Cumbre de Cambio Climático de la ONU, que tendrá lugar en París de finales de año. En ella se espera que los gobiernos aprueben el protocolo que sustituirá al de Kioto a partir de 2020. Los líderes del G7 afirmaron tener la “firme determinación” de que salga de París un protocolo (o “instrumento legal”) que sea aplicable a todos los países, algo que no había ocurrido hasta ahora.
Los siete países se comprometieron a “transformar los sectores energéticos de aquí a 2050”. En otras palabras, a prescindir al máximo de los combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón) en beneficio de las energías renovables.
“Es una declaración histórica que anuncia el fin de la era de las energías fósiles”, comentó el colectivo European Climate. Jennifer Morgan, responsable de las cuestiones climáticas en el World Resources Institute, destacó que “por primera vez, los dirigentes del G7 apoyan el objetivo de descarbonizar la economía”.
“La declaración es un impulso importantísimo para el acuerdo de París y para la transformación de la economía en un sistema de energías renovables”, añadió a través de El País de España Tatiana Nuño, responsable de cambio climático de Greenpeace.
El compromiso del G7 apunta también a fortalecer el Fondo Verde para el Clima y, a través de esta herramienta, impulsar un cambio energético en los países en vías de desarrollo.
El presidente francés, François Hollande, que será el anfitrión de la cumbre que reunirá de nuevo a líderes de más de 190 naciones, celebró los compromisos “ambiciosos y realistas” expresados.
(Lea aquí el artículo completo de La Nación)