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Ambientalistas y la comunidad del Oriente antioqueño que vive en la zona de influencia del río Samaná, la única cuenca del departamento que está libre de proyectos hidroeléctricos, organizaron Samaná Fest, evento con el que pretenden comunicar al Gobierno Nacional, la empresa Celsia —que tiene la licencia para desarrollar Porvenir II— y la comunidad general los motivos por los que consideran importante no intervenir el río con el proyecto hidroeléctrico con el que se espera generar 352 megavatios de energía.
Se trata del quinto año consecutivo en el que la Fundación Yumana lidera el evento en busca de crear acciones de protección y disfrute del ecoturismo en la cuenca del Samaná, para mostrar que es posible aprovecharla de una forma sostenible. Esta vez se realizará los días 27, 28 y 29 de enero, en el puente Samaná, ubicado en la autopista Medellín-Bogotá, y contará con caminatas ecológicas, recorridos por el río y talleres para mostrar la biodiversidad del territorio.
Otras organizaciones sociales del Oriente de Antioquia se vincularon en los últimos años a la defensa del cauce comenzada por la Fundación Yumana en 2014. Se trata de Movete, Conciudadanía, Corporación Jurídica Libertad, Asociación Campesina de Antioquia (ACA), Asoproa (Asociación de Productores del Oriente), Corporación Nativos de San Carlos, Vigías del Río Dormilón y los Vigías del Patrimonio de San Luis.
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Jules Domine, hidrólogo francés, llegó hace cinco años al departamento para explorar sus ríos y se enamoró del Samaná Norte porque “es una joya a nivel internacional”. Al darse cuenta de que se trataba del último río de Antioquia que no había sido represado, convocó a ambientalistas para crear la Fundación Yumana, en defensa del río. Su meta es que el cauce no sea represado y demostrar que hay otras alternativas para aprovechar los ríos colombianos. “Hacer una hidroeléctrica no es algo sostenible, porque son tecnologías viejas. Sabemos que hay nuevas formas de producir energía que deberían ser parte de la respuesta”, explica Domine.
El 16 de noviembre de 2016, la Fundación Yumana presentó una acción popular ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, con la que pretende frenar la explotación del río a través del proyecto Porvenir II, que cuenta con el aval de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) mediante la resolución 166, para la construcción y operación del proyecto hidroeléctrico. La acción popular se encuentra en proceso y está siendo analizada por el magistrado Fredy Hernando Ibarra Martínez.
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Movilización social por el Samaná Norte
Queremos enviar un mensaje a la sociedad: la zona se puede aprovechar de otra manera, con actividades deportivas y ecoturismo”, afirma Carlos Hernando Olaya, del municipio de San Carlos, uno de los organizadores de Samaná Fest.
La cuenca del río es utilizada por las comunidades ribereñas que viven de la pesca y la minería artesanal con barequeo. A Juan Carlos García, del municipio de San Carlos, su padre lo llevó hace 30 años al río, cerca del lugar donde construyó su hogar. “Todas las personas que vivimos acá estamos enseñadas a vivir del río. Lo aprendimos de nuestros padres y abuelos”, afirma García, y reconoce que la empresa sí se ha acercado a ellos para compartir el proyecto. “Dicen que vienen para la región con un desarrollo total, pero, para mí, desarrollo es vivir en armonía en el territorio”, concluye.
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“El río es paz, armonía en el territorio y fuente de empleo para cientos de campesinos. El turismo está llegando a esta zona y eso beneficia el comercio”, explica Esneda Berrío Florado, quien también lleva tres décadas viviendo cerca del río, a tres minutos caminando.
Biodiversidad del territorio
Biólogos, hidrólogos y ambientalistas se han sumado a la defensa del Samaná. En agosto de 2017, El Espectador publicó un informe hecho por el biólogo Rodrigo Bernal, en el que contaba las especies que descubrió en la cuenca del río Samaná Norte durante sus investigaciones con su colega Saúl Hoyos. Hasta esa fecha había encontrado al menos nueve especies desconocidas para la ciencia de palmas, melastomatáceas, piperáceas, araliáceas, urticáceas y mirtáceas.
Para el hidrólogo Jules Domine, el Samaná Norte tiene fluctuaciones hidrográficas y características biofísicas que no hay en otros lugares y que pueden llegar a poner en riesgo su rentabilidad económica. “Les estamos sugiriendo convertir este proyecto en un proyecto sostenible. Queremos hacerlo juntos y ayudarlos a dar este paso”, concluye Domine.
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“En general, hay expectativa positiva para el proyecto”: Celsia
Celsia, filial del Grupo Argos, lleva seis años en el territorio de construcción del embalse. La empresa aseguró que ha consolidado “una buena relación” con las 42 comunidades y líderes que están en la zona de influencia directa de Porvenir II y explica que en cada uno de los municipios (Caracolí, Puerto Nare, San Carlos y San Luis) ha abierto oficinas para la comunidad en las que ha atendido más de 2.200 solicitudes sobre el proyecto. “Como en todo proyecto de infraestructura, hay personas que están de acuerdo y otras que no. Con estas existe una relación abierta y respetuosa de sus opiniones”, expresó Celsia en un comunicado.
De acuerdo con la compañía, serán reubicadas 62 familias que están en la zona de influencia directa de la construcción y del embalse. Por fuera de este sector contemplan que hay 37 veredas, cuatro corregimientos y un casco urbano con 11.686 habitantes, tomando como referencia datos del Sisbén.
El embalse Porvenir II ocupará 27 kilómetros de los 148 de longitud que tiene el río Samaná Norte.