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“Estos puestos no son para quejarse”: ministro de Ambiente

El ministro de Ambiente dice que la reducción en el presupuesto no será un obstáculo para ejecutar la política ambiental y que presentará una nueva ley para luchar contra la minería criminal.

Pablo Correa
27 de agosto de 2015 - 03:53 a. m.

En los últimos 13 años Colombia ha tenido ocho ministros de Ambiente. Cuatro bajo el gobierno del expresidente Uribe y cuatro nombrados por el presidente Santos. Con esa alta tasa de cambio, es difícil pensar que alguien logre ordenar el sector, ponerles el pecho a los problemas más difíciles y que esté dispuesto a correr riesgos antes de ser reemplazado por un nuevo funcionario.

Al completar el primer año al frente del sector, y por ahora con la promesa de seguir en el cargo, Gabriel Vallejo habló sobre los principales retos ambientales que enfrenta Colombia en este momento. “La minería criminal es de lejos el mayor problema ambiental”, dice en esta entrevista.

¿Cuál cree que ha sido su principal logro?

Tres. Terminar la delimitación de Santurbán, la coordinación interinstitucional con las corporaciones autónomas regionales y la declaración de áreas protegidas, que suman casi tres millones de hectáreas.

¿Qué tanto poder real cree que tiene un ministro de Ambiente?

Creo que más que poder, este Ministerio tiene la capacidad de influir en los sectores y generar mayor conciencia en los colombianos. El poder no está medido por la capacidad de sancionar, sino en la de influir en las decisiones de los empresarios. Por ejemplo, tener una meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es influir en todo el sector productivo. El poder no está dado solamente por el presupuesto o el número de personas que tenga el Ministerio.

Tanto a los periodistas como a los ciudadanos nos gusta echarles la culpa de todos los males ambientales del país a los ministros y altos funcionarios. ¿Cómo convive con eso?

Cuando uno mira los tres grandes problemas ambientales del país, minería criminal, tráfico de flora y fauna y deforestación tiene que reconocer que no son problemas del último gobierno. Son de hace 15 a 20 años. Creo que hemos tenido avances significativos. Pero pienso que gran parte del problema ambiental del país radica en la conciencia de cada uno. Todos sabemos que tenemos problemas con el agua y no la ahorramos. Criticamos la deforestación, pero cuando mandamos a hacer una cama no preguntamos al carpintero de dónde salió la madera.

 

La minería genera problemas ambientales muy graves. ¿Cómo se detiene esto?

La problemática de la minería criminal, a diferencia de otros países, radica en que aquí hay actores de un conflicto que no tienen otros países. Pero el problema no se arregla deteniendo a las personas y destruyendo las máquinas. Hay que crear opciones de empleo. Hace dos meses estuve en Leticia, y el comandante de la Armada me invitó a dar vuelta por el río y me mostró dragas sobre las que construyen un hogar. Entonces usted no tiene un problema criminal sino social. El presidente ha dicho que esto lo tenemos que solucionar. Pero es un trabajo a largo plazo.

¿Cuál es la orden exacta que tiene la Fuerza Pública frente a la minería ilegal?

La Fuerza Pública adolece, hasta esta nueva ley que vamos a presentar, de herramientas para poder confiscar y tomar las maquinarias.

¿Por qué a veces sí las pueden confiscar y a veces no?

En muchos casos la gente se amarra a las dragas con cadenas. Hemos incautado 238 este año. Usted va a las corporaciones y el parqueadero está lleno de retroexcavadoras. Buscamos que esas máquinas puedan ser utilizadas para otros fines sociales. Les estamos dando nuevas herramientas a la Policía, al Minambiente, a la justicia y al Ejército. Y se va a poder judicializar a toda la cadena del oro ilegal.

El oro es un metal que en realidad no sirve para casi nada. ¿Vale la pena destruir los ecosistemas por esto? ¿Estaría de acuerdo con desincentivar la compra de oro?

Podemos hacer un gran acuerdo, pero igual lo llevarían a otros países.

Implicaría obviamente una estrategia global.

Estoy de acuerdo. Ya ni siquiera se usa para las muelas. Podrían buscarse mecanismos para que no sea tan valioso.

¿Cómo vamos a limpiar este país de tanto mercurio? ¿Quién responderá a las víctimas?

El mercurio forma parte de los pasivos ambientales de la minería criminal, que es de lejos el peor problema ambiental del país. Parte de los recursos que se buscan con la nueva ley, a través de la posibilidad de vender bienes incautados, es para eso. Reglamentamos la ley del mercurio con un decreto en el que planteamos que este mineral sólo se podría utilizar de manera legal hasta 2018 y en industria hasta 2023.

¿Por qué no han presentado el proyecto de ley para ratificar el Convenio de Minamata, creado para el control mundial del mercurio?

Ese lo vamos a presentar este semestre. Parte de lo que tenemos pendiente.

¿Cuándo?

Aspiro que el próximo mes. Estamos definiendo si lo presenta la Cancillería o el Minambiente.

La “Revista Biomédica” acaba de presentar una serie de investigaciones escalofriantes sobre la contaminación por metales pesados en varias comunidades del país. Dicen, además, que no tenemos un sistema de monitoreo de contaminantes.

Creo que ese es el deber ser. Estoy de acuerdo. Pero aquí el problema no es sólo identificar dónde está el problema, sino si tenemos la capacidad para solucionarlo.

El país asumió dos grandes compromisos: uno es reducir en 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero y el otro, lograr una tasa neta de cero deforestación en el Amazonas antes de 2020. ¿Son metas realistas?

La reducción de emisiones es realista y económicamente viable. Este no es un problema ambiental. Es un tema de competitividad mundial. La meta de deforestación es ambiciosa, pero creo que lo podemos lograr. Cada vez veo más apoyo. Ya llevamos US$135 millones en donaciones entre Noruega, Alemania y Reino Unido.

Usted no venía del sector ambiental. A nivel personal qué le enseñó este año.

Lo que ha cambiado es un infinito amor por el país. Ya lo tenía, pero ahora he ido a sitios que nunca habría podido ir en esta época de mi vida como Chiribiquete y nunca habría entendido la importancia de la educación ambietnal. También entendí algunos temas ambientales que tienen un enorme componente social.

Hubo reducción de presupuesto a Minambietne. ¿Usted dónde va a hacer recortes?

A uno no lo ponen en estos puestos para quejarse. A todos nos redujeron y nos rejdueron porque el país tiene menos presupuesto. Eso es como cuando le dice a su esposa: hay $10.000 para el almuerzo y tiene que discutir para qué le alcanza. Hemos recogido US$135 millones en un año. No pienso en cuánto me quitaron, sino en cuánto tengo que conseguir.

¿Por qué la educación ambiental es su principal apuesta política?

Si quisiera dejar un legado es ese. Ayudar a cambiar la conciencia ambiental.

Por Pablo Correa

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