La selva ignorada de Colombia que puede frenar el cambio climático

El golfo de Morrosquillo es la casa del primer proyecto del país que une el uso sostenible de los ecosistemas costeros, como manglares y pastos marinos, con el cambio climático.

Maria Paula Rubiano
26 de abril de 2018 - 03:00 a. m.
Cerca de 2.000 pescadores y mangleros dependen de los manglares de la bahía de Cispata. / Fotos: María Paula Rubiano
Cerca de 2.000 pescadores y mangleros dependen de los manglares de la bahía de Cispata. / Fotos: María Paula Rubiano

En una esquina de Colombia hay un bosque capaz de enfrentarse al cambio climático. Si las aguas suben, él sube con ellas. Si bajan, hace lo mismo. El bosque es la sala cuna de cientos de especies y alimenta a varias comunidades humanas desde hace más de medio siglo. Cada árbol de este bosque, además, captura con sus hojas y raíces el doble de carbono que los gigantes amazónicos. Más arriba se extiende una pradera de varios kilómetros cuadrados, cuyo potencial para capturar carbono todavía desconocemos.

Este bosque, sin embargo, no está en el ordenamiento forestal del Ministerio de Ambiente. Es más: ni siquiera está en la cabeza de los colombianos cuando les hablan de bosques. Se trata de las 8.700 hectáreas de manglar que todavía crecen en el Golfo de Morrsquillo ...

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Por Maria Paula Rubiano

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