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ONGs ponen presión a los negociadores

Al terminar la primera semana de negociaciones climáticas, las organizaciones ambientales coinciden en que las buenas intenciones no se traducen en decisiones ambiciosas.

Pablo Correa*
07 de diciembre de 2014 - 08:45 p. m.

 

Terminó la primera semana de negociaciones. A partir del lunes comienza el segmento de algo nivel en el que ministros y representantes de los gobiernos tendrán la tarea de aprobar lo que han negociado sus equipos y desenredar los puntos difíciles.

Las organizaciones ambientales que merodean alrededor de los negociadores y vigilan cada palabra que se pone en los documentos, cada decisión que se toma dentro de la Cumbre de Cambio Climático, coinciden en que las buenas intenciones, el buen ambiente de negociación aún no se traduce en acciones concretas.

Climate Action Network: Más Acción

El Climate Action Network Latinoamérica, una red que agrupa a varias ONGs, ha dicho a través de un comunicado que los países desarrollados deberían mantener el liderazgo en la ambición de sus contribuciones, y los países en desarrollo deberían incorporar acciones de mitigación apropiadas a cada país (lo que se conoce como NAMAs) que los ayuden a reducir la brecha de ambición necesaria para este acuerdo.

Según Enrique Máurtua Konstantinidis, coordinador de CAN-Latino América (CAN-LA), las reuniones de expertos durante la COP20 han contribuido al intercambio de buenas prácticas y eso está muy bien para crear lazos de trabajo entre las partes¨.

Sin embargo, esto debería continuarse pero con elementos que ayuden a convertir esos elementos en acción. La transferencia de tecnología puede ayudar a acortar la brecha para que los países latinoamericanos puedan contribuir a revertir este problema global.

WWF: ¿Dónde está la ambición?

Por su parte la World Wildlife Fund International (WWF) que ha sido insistente en que además de firmar un acuerdo climático que comenzaría a regir después de 2020, es importante trazarse metas ambiciosas antes de 2020 para lograr cumplir la meta de no superar los 2 C de temperatura promedio de la Tierra.

Por esta razón Tasneem Essop, directora de Estrategia del Global Climate and Energy Initiative de WWF, criticó que un grupo de negociadores de la Unión Europea, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, lideraran –la noche del viernes 5– una moción para eliminar todo mecanismo de revisión de los compromisos asumidos rumbo al pre-2020, un ejercicio que resulta contrario a los esfuerzos para alcanzar un acuerdo ambicioso.

WWF también mostró preocupación porque una serie de países -incluido China- generó una acción para eliminar un mecanismo que hubiera facilitado la revisión transparente de sus acuerdos de reducción y contar con reportes de la reducción de sus emisiones.

“Estos son los riesgos cuando se asumen líneas duras de negociación. Necesitamos mantener la presión para que no se debilite la ambición para el período pre-2020. Los negociadores deben entender que estamos frente a una emergencia planetaria”, indicó.

¿Quién paga la cuenta?

Otro de los temas sobre el que tienen puesto los ojos las organizaciones ambientales es el de pérdidas y daños. Este concepto, introducido recientemente en la agenda de los negociadores, pretende que los países cuantifiquen las pérdidas que inevitablemente van a padecer y frente a las cuales no hay nada que se pueda hacer.

De acuerdo con Julie-Anne Richards, gerente de Política Internacional del Climate Justice Programme, es importante definir una política de perdidas y daños como un pilar separado de la adaptación, ya que son situaciones extremas en las que los impactos del cambio climático llegan a un punto en el que es imposible adaptarse.

“Grandes corporaciones productivas de combustibles fósiles como Shell, ExxonMovil o Chevron, que hacen parte de las 90 entidades responsables de los dos tercios de las emisiones a nivel mundial, tienen una responsabilidad legal de pagar para el cambio climático que provocaron sus productos. Por eso necesitamos un sistema legal internacional que permita recabar 50,000 millones de dólares al año, gracias a un impuesto sobre la extracción de combustibles fósiles”.

“En Lima se decidirá si el acuerdo de París dará a los países vulnerables la seguridad que no los vamos a dejar abandonados frente al cambio climático”, finalizó.

*Con información de Conexióncop.com 

Por Pablo Correa*

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