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Polémica por matanza de focas en Canadá

Por estos días inicia una vieja y controversial práctica en la que se sacrifican alrededor de 300.000 animales.

Redacción Vivir
22 de abril de 2014 - 01:31 p. m.
Activistas de PETA protestan con pancartas en las que se puede leer "No más focas muertas" durante una manifestación en contra de la matanza de focas frente a la embajada canadiense en Berlín (Alemania).
Activistas de PETA protestan con pancartas en las que se puede leer "No más focas muertas" durante una manifestación en contra de la matanza de focas frente a la embajada canadiense en Berlín (Alemania).

Pese a que desde el 2012 los mercados de la Unión Europea y Estados Unidos cerraron sus puertas a los productos derivados de las focas, Canadá autorizó, como lo ha venido haciendo hace varios años, una nueva campaña de caza en la que se sacrificarán 300.000 de estos mamíferos.

La práctica, permitida por el Gobierno por considerarla fundamental para la subsistencia de las comunidades pesqueras, se lleva a cabo en la costa este de Canadá El propósito es disminuir la población de estos animales porque pueden poner en riesgo a otras especies marinas, especialmente al bacalao.

Sin embargo, para no pocos ambientalistas, ese argumento es tan solo una excusa para comercializar los productos resultantes de las focas: pieles, carne, aceite, grasa y los ácidos grasos Omega 3.

De hecho, por la discusión que se ha dado en torno al tema, China, uno de los principales mercados para Canadá, también ha anunciado su intención de revisar el acuerdo que tiene con la nación norteamericana.

“Las redes alimentarias marinas son muy complejas: las focas no solo se alimentan de bacalao, también de otras especies que son depredadoras de este pez, por lo que la disminución de focas podría provocar un aumento de las especies depredadoras de bacalao y perjudicarlos aún más”, han dicho voceros de Greenpeace, una de las tantas ONG que se ha opuesto de manera férrea a la práctica.

Pero, pese a las constantes acusaciones, el Gobierno canadiense ha insistido en que es una caza sostenible y que tiene seis mil cazadores con licencia, preparados para matar sin causar dolor en las focas.

“Tenemos que seguir diciéndole al mundo que es una cacería humana”, aseguró Gail Shea, ministra de pesca, al diario ABC de España.

Por Redacción Vivir

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