La tienda virtual que "vende" basura para limpiar la Sierra Nevada de Santa Marta

Un proyecto de reciclaje creado por la comunidad arhuaca vende de manera simbólica pilas, botellas y empaques de plástico para limpiar la Sierra Nevada de Santa Marta.

Jesús Mesa
25 de julio de 2016 - 00:01 a. m.
32 de las 64 comunidades arhuacas hacen parte de este proyecto / Cortesía
32 de las 64 comunidades arhuacas hacen parte de este proyecto / Cortesía

Imagine por un momento que al entrar a una página de internet tiene la posibilidad de comprar una lata de atún oxidada, un par de pilas corroídas, una botella de plástico usada o unos zapatos viejos.

Aunque parezca un chiste, esta particular venta de desechos “por catálogo” es la nueva estrategia de la organización Sierra Viva, conformada por miembros de 22 comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta y que viene trabajando desde hace años en el manejo eficaz de los residuos producidos en la zona.

“La acumulación de residuos en la Sierra es un problema muy grave y que lleva varios años”, cuenta Saúl Mindiola, arhuaco, miembro del pueblo Nabusímake y coordinador del programa desde el año 2008. Anualmente, según cifras de Sierra Viva, se acumulan 5.000 toneladas de basura en la Sierra Nevada.

La meta del catálogo de Sierra Viva, según Mindiola, es recoger alrededor de 169 toneladas de desechos de la Sierra. Las personas que quieran colaborar con esta causa pueden entrar a la página página web de la organización (www.sierraviva.org) y comprar simbólicamente los diferentes objetos que miembros del territorio arhuaco han encontrado y fotografiado.

Entre los “productos” más curiosos del catálogo se pueden encontrar cosas como las “pilas ultracontaminantes de cultivos”, con un precio de $40.000; el “envase plástico de mil años de duración”, con un valor de $30.000, o la irresistible “botella de vidrio cortapiés descalzos”, con un precio de $20.000. Al hacer clic sobre uno de ellos, hay una descripción de sus efectos medioambientales y finalmente, si se decide por “comprar”, la página envía por correo electrónico un certificado al donante junto con un video en el que algunos miembros del territorio arhuaco agradecen por apoyar la iniciativa.

Con la venta de estos productos, la organización busca hacer sostenible el proyecto de manejo de basura en la Sierra, que lleva ocho años en funcionamiento y que el año pasado fue reconocido como el mejor en la categoría Residuos en la feria Latinoamérica Verde, por su contribución a la preservación del ambiente. (Lea: ¡A limpiar la Sierra Nevada de Santa Marta)

Ocho años de trabajo en comunidad

Durante décadas, recuerda Mindiola, no hubo un plan de acción concreto para el manejo de los residuos sólidos en la Sierra Nevada. “Lo que hacíamos era envolver los desechos en hojas de guineo y depositarlas en hoyos que previamente habíamos cavado”, dice.

Sin embargo, con el turismo y el contacto cada vez mayor de la comunidad arhuaca con la sociedad de consumo, llegaron otro tipo de productos, como los plásticos, las latas y las baterías, pero el mecanismo de reciclaje siguió siendo el mismo, a pesar de que este tipo de productos tienen un grado de descomposición mucho menor a los de los residuos orgánicos y un impacto ambiental negativo.

El problema fue haciéndose cada vez más evidente. Primero, los nidos de mosquitos; luego, la contaminación del suelo y de las aguas, que se vieron afectadas por los químicos que se desprendían de estos residuos. Motivados por esta problemática, Mindiola y otros líderes convencieron a cerca de 32 comunidades de las 64 que hacen parte del territorio arhuaco para que aprendieran a reciclar, generaran puntos de recolección de basuras y crearan rutas de circulación de los residuos desde los lugares más apartados de la Sierra hasta los centros de acopio en las ciudades más cercanas.

Según Sierra Viva, desde el año 2009 se han extraído más de 330 toneladas de residuos sólidos, el equivalente a 25 piscinas olímpicas, principalmente de plásticos, vidrios y baterías. Motivados por el éxito de la iniciativa, empresas como Juan Valdez, el Grupo Familia y Tetra Pak se han vinculado al proyecto.

Pero para Mindiola, lo más importante es que este proyecto ha sido una construcción colectiva con una visión global. “Queríamos limpiar la casa, pero sin dañar la de los demás”, dice.

Por Jesús Mesa

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