Un agua para salvar los páramos

Con el lanzamiento de Zalva, un agua embotellada, Bavaria aspira a financiar un ambicioso programa para salvar a Santurbán. Un modelo que conecta consumidores con retos ambientales.

Redacción Bibo
10 de octubre de 2019 - 02:00 a. m.
El páramo de Santurbán abastece de agua al menos a dos millones de personas. Cortesía.
El páramo de Santurbán abastece de agua al menos a dos millones de personas. Cortesía.

Han pasado ocho años desde las primeras marchas que exigían proteger el páramo de Santurbán. En 2011 los santandereanos se enteraron de las intenciones de la empresa Grey Star, luego Eco Oro y hoy son las de la compañía Minesa, de explotar nueve millones de onzas de minerales en el mismo lugar donde nace y corre montaña abajo el agua que abastece al menos a dos millones de personas.

¿Qué pasó durante estos ocho años? Más marchas, tutelas, discusiones, foros, estudios, análisis... Siete ministros de Ambiente sin que ninguno encontrara la solución. Y un largo y desgastante proceso de licenciamiento ambiental que aún sigue sin resolverse. Pero el pasado miércoles Bavaria sorprendió a todos con una propuesta que podría inclinar la balanza en este enorme conflicto ambiental.

En un simbólico escenario, la casa que alberga la obra Fragmentos, en la que la artista Doris Salcedo junto a decenas de mujeres transformaron las armas de las Farc en un monumento a la paz, la empresa cervecera presentó, ante un grupo de ambientalistas, líderes del sector y académicos, un proyecto para proteger este frágil ecosistema que sirve de casa al oso de anteojos, al frailejón, al cóndor y a otras especies emblemáticas. Zalva, una nueva marca de agua embotellada en recipientes de plástico 100 % reciclado, que será distribuida en todo el país, permitirá captar recursos para reinvertirlos en una estrategia de conservación del páramo y la alta montaña.

“Tenemos que hacer algo urgente y ambicioso”, dijo Marcel Regis, presidente de Bavaria, durante la presentación de la estrategia. “En el siglo pasado las empresas que pasaron a la historia fueron aquellas que lograron consolidarse financieramente en el mercado. Este siglo será diferente. Solo serán exitosas las empresas que sean capaces de generar valor social y ambiental a la vez que se sostienen económicamente”.

La idea es que el dinero recaudado con la venta de Zalva permita financiar el proyecto Mi Páramo, en el que colaboran la Cooperación Suiza, Cooperación Alemana, Corponor, Good Stuff International y el Fondo de Agua Alianza Biocuenca. El cálculo que ha hecho la empresa es que por cada botella vendida podrán proteger un metro cuadrado de páramo.

El proyecto comenzó en 2018 con una fase piloto que se desarrolló en Mutiscua, Norte de Santander. Consistió en un trabajo con campesinos de la zona para consolidar un plan de conservación, restauración con especies nativas y fomento de prácticas agrícolas sostenibles.

El piloto resultó tan exitoso que el pasado 21 de marzo, durante el Día Internacional del Agua, Bavaria anunció que inyectaría $2.500 millones más para extender Mi Páramo a otros municipios en la zona de influencia del páramo de Santurbán. Ahí entraron otros aliados como la Cancillería, el Acueducto de Bucaramanga, la Universidad de Pamplona y la Universidad de los Andes. Las cifras en lo que va corrido del año han sido positivas: más de 3.600 hectáreas intervenidas (de las 40.000 en las que se podría trabajar), unas 500 familias campesinas involucradas y más de 200.000 árboles sembrados.

Zalva cuenta con un comité asesor de alto nivel encargado de velar por la transparencia del proceso y la adecuada inversión de los recursos. Está conformado por Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN; Mary Lou Higgings, directora de WWF Colombia; Cristian Samper, presidente de Wildlife Conservation Society, y María López, CEO del Grupo Semana.

Zalva también se ha planteado como un programa bajo criterios de transparencia ante los consumidores. En una página web (https://aguazalva.co/) los ciudadanos interesados podrán monitorear los avances del programa e informes sobre las inversiones y verán un contador con los metros cuadrados protegidos.

Andrea Yáñez, gerente del Fondo de Agua Alianza Biocuenca, está convencida de que Mi Páramo, con el respaldo de Zalva, puede mitigar el conflicto ambiental y social en torno al páramo de Santurbán, porque parte de entender las necesidades de la comunidad. “Si no se crean mecanismos que garanticen que las personas que viven ahí mejoren ingresos y tengan una vida digna, cualquier intento de conservación ambiental va a resultar fallido”, comentó Yáñez. De ahí el valor y el éxito que ella ha visto en este caso. La construcción de planes de acción “predio a predio”, considerando las necesidades de cada familia, ha permitido avanzar rápidamente.

Una de la preguntas que surgió tras la presentación de Zalva fue sobre el uso de una botella plástica cuando el mundo entero ha emprendido una batalla contra los plásticos de un solo uso. Al respecto la compañía explicó que luego de evaluar todas las posibilidades para hacer posible el proyecto en esta primera fase apostaron por unas botellas hechas de plástico 100 % reciclado y, a través de ENKA de Colombia, la compañía recogerá y reciclará el equivalente al 100 % del plástico de agua Zalva que sale al mercado.

“Este modelo lo logramos gracias a un trabajo conjunto con nuestro aliado ENKA de Colombia, una empresa que recicla cerca de tres millones de botellas diarias y las convierte en materia prima para hacer productos de alto valor agregado, como nuevas botellas y fibras textiles. Trabajaremos con su red de recicladores para mejorar los procesos de reciclaje en el país y juntos seguiremos sensibilizando a los consumidores en la importancia del reciclaje y el cuidado de nuestro planeta”, puntualizó el presidente de Bavaria.

Sin embargo, una de las metas con Zalva es seguir explorando otros materiales de envase a corto y mediano plazo, para dejar atrás el problema que implica el reciclaje de plástico.

“Queremos seguir extendiendo este proyecto a otros páramos en Colombia que están en riesgo. Esa es nuestra meta y dependerá en gran medida del apoyo de los colombianos”, comentó Carolina García, gerente de sostenibilidad de Bavaria. Cerca de tres millones de hectáreas en Colombia corresponden a ecosistemas de páramo: 1,4 % de la superficie terrestre del país.

Por Redacción Bibo

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