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Una generación que cambia

Durante casi un año, Bibo contó en las páginas de El Espectador el impacto del cambio climático en la disponibilidad de agua, las reservas de energía, la cobertura de bosques y los sectores productivos.

Redacción Vivir
18 de diciembre de 2014 - 02:40 a. m.
El páramo de Santurbán está ubicado en los departamentos de Norte de Santander y Santander.   / Archivo
El páramo de Santurbán está ubicado en los departamentos de Norte de Santander y Santander. / Archivo

Hace cuatro años la campaña surgió como una apuesta clara hacia los bosques. Estos son una fuente de recursos estratégicos para Colombia. No sólo contienen gran parte de su biodiversidad, proporcionan madera, frutas y plantas medicinales y contribuyen a la regulación hídrica, sino que además, ayudan a mitigar las emisiones de gases efecto invernadero causantes del cambio climático.

Este último evento, del que mucho se habla, es en pocas palabras el conjunto de fenómenos asociados con el incremento de la temperatura en la Tierra debido a la producción de gases efecto invernadero que se quedan atrapados en la atmósfera por siglos. Estos gases impiden que la Tierra expulse calor al espacio exterior y en consecuencia hacen que el planeta se caliente.

BiBo (Bienes y servicios ambientales de los Bosques) resaltó el valor de los bosques y generó conciencia en la sociedad acerca de su pérdida. Esta vez la campaña tuvo nombre y apellido. Todos fuimos parte de la generación BiBo del Bosque y el centro de atención fue el cambio climático. Actuamos no sólo para adaptarnos a este fenómeno, sino para mitigarlo.

Varios hechos son testigos de los problemas más alarmantes de la actualidad. Los seres vivos, que tienen climas ideales en los que habitan, se ven forzados a migrar. Las plagas son una amenaza para la salud pública de los pueblos, las zonas de cultivo cambian y el estilo de vida también. El nivel del mar sube amenazando a las regiones costeras, las islas y a las poblaciones de peces. El océano se acidifica, lo que causa la muerte de corales y la pérdida de miles de especies.

Este año, BiBo quiso que los colombianos fueran una generación que combatiera el cambio climático. La idea de este compromiso consiste en incidir en las prácticas cotidianas de todos. Lo anterior, se hizo tangible a través de diferentes estrategias de comunicación que fueron elaboradas por la agencia de publicidad AGO de la Universidad Central y apoyadas por Rubica.net.

Cada jueves circularon siete especiales editoriales en los que se abordó la incidencia que los diferentes sectores tienen con el calentamiento global. Se habló de la relación entre el cambio climático y la disponibilidad de agua, los impactos de este fenómeno en el sector agropecuario, la responsabilidad del sector energético en producir alternativas sostenibles, el rol que tienen las empresas para combatir este fenómeno, la adaptación al cambio climático en lo rural y lo urbano mediante una gran infografía, y, finalmente, se trató en detalle, a partir de una entrevista con Isabel Cavelier, experta en negociaciones climáticas de Ailac (grupo negociador latinoamericano) la agenda internacional de cambio climático y el rol de Colombia en la reciente COP de Lima.

También se publicaron seis crónicas semanales sobre las diferentes comunidades que han enfrentado el cambio climático a partir de mecanismos de adaptación y mitigación en las regiones del país. De la región Andina, una comunidad en Santander que cultiva una variedad de cactus conocida como el Nopal para luchar contra la extrema sequía; en la Caribe, cultivos adaptables al cambio climático en la zona de La Mojana en Córdoba; en el Pacífico, los guardianes del manglar que lo cultivan y reforestan las zonas más impactadas; en la Orinoquía, la protección del río Bita; en el Amazonas, la incidencia de la variabilidad climática en el calendario indígena, y en Bogotá, una crónica urbana sobre la recuperación de la quebrada Las Delicias.

Se realizaron eventos en los que se debatió con expertos el camino hacia las negociaciones de cambio climático en Lima, llamado “Colombia, un camino hacia la COP”, se llevó a cabo la versión 2014 del reconocimiento BiBo empresarial a las empresas que dan cuenta de buenas prácticas, sobre todo en la mitigación del cambio climático, el premio académico que destacó la labor de colegios y universidades en la preservación del medio ambiente y también destacó, por primera vez, a los gremios.

Paralelo a este evento se organizó el Tercer Encuentro por el Agua en el que actores del sector privado y público, la academia, la cooperación internacional y líderes de comunidades discutieron sus posiciones frente a la gobernanza del recurso hídrico y su inclusión dentro del Plan Nacional de Desarrollo (2014-2018).

¿Qué puede pasar a futuro si no hacemos algo por mitigar el cambio climático? Fue la pregunta que atravesó la campaña este año. Esto nos lleva a emprender acciones concretas por el tipo de calidad de vida y el bienestar que queremos tener. La calidad de vida ha disminuido. Las emisiones de gases efecto invernadero causadas por los humanos han sido las más altas de la historia en lo corrido del siglo XX. En los 14 años que van transcurridos del siglo XXI hemos contaminado más que en cualquier otra época. Si continuamos así, se espera que a finales de este siglo la temperatura global aumente de 3,7 a 4,8 grados centígrados.

Por eso, la iniciativa de BiBo fue crear una generación comprometida con el cambio para evitar consecuencias fatales a futuro. ¡Nuestra tarea por el planeta ya comenzó!

Por Redacción Vivir

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