Yo estuve en la defensa de la Macarena

Pedro Rocha es el presidente del Concejo de este municipio del Meta, que logró impedir que la empresa Huepecol empezara a hacer exploración de hidrocarburos a pocos kilómetros de Caño Cristales.

Pedro Rocha
31 de diciembre de 2016 - 03:00 a. m.
Caño Cristales queda a 67 kilómetros de la zona que estaba concesionada para hacer la exploración. /  EFE.
Caño Cristales queda a 67 kilómetros de la zona que estaba concesionada para hacer la exploración. / EFE.

Hace unos 12 años, en el municipio de La Macarena, las empresas petroleras empezaron a explorar en un lugar llamado Los Pozos. Siendo concejal quería conocer el proceso dentro del Concejo municipal, entonces les preguntamos a las personas qué pensaban si llegaba la exploración petrolera. Las corporaciones manifestaron que no estaban de acuerdo, porque en otras partes del mundo no era viable y causaba fuertes impactos ambientales que eran incalculables e irreversibles.

Se convocó una propuesta para realizar el primer cabildo abierto en el municipio de La Macarena, donde participan más de 3.000 personas. Se invitó, entonces, a la sociedad civil, a Eupecol, la empresa que solicitó la licencia ambiental, y a los concejales.

Ese 15 de mayo de 2015 todo el mundo le dijo no a la exploración petrolera. Transcurrido el tiempo reunimos firmas para llevar a cabo una audiencia pública. El 13 de junio se hizo la preaudiencia con la participación masiva de la gente. Al otro día se hizo la audiencia pública con una participación aún mayor.

En esos tres eventos se le dijo no a la exploración petrolera en nuestro municipio. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), sin embargo, no tuvo en cuenta estos argumentos y mediante la Resolución 0276 del 18 de marzo de 2016 autorizó a Hupecol para que empezara con la exploración de hidrocarburos en 15 puntos y alrededor de 150 pozos.

Eso lo supe cuando me llegó a las 9 de la noche un comunicado y después de eso envié uno a las 2 de la mañana por redes sociales y a todos los periodistas que conocía diciendo que no estábamos de acuerdo y que solicitábamos que se derogara la licencia de forma inmediata.

La Macarena es fundamental porque fue declarada como la primera Reserva Nacional Natural en 1948 y en 1971 fue constituida como Parque Nacional Natural. Además se crearon distritos de manejo especial que suman 33 % de territorio que es área protegida. Somos una región colombiana única, ubicada en el piedemonte andino de la selva amazónica, punto de encuentro de los ecosistemas andino, amazónico y orinocense, con un variado sistema de pisos bioclimáticos, con una gran diversidad de fauna como son osos hormigueros, tigres, pumas, venados, chigüiros, ocho especies de monos, 500 especies de aves, 1.200 especies de insectos y 100 de reptiles. En flora tenemos 48 especies de orquídeas y 2.000 de otras flores de diferentes follajes y plantas.

Con esos argumentos quedaba claro que era inviable hacer una exploración en la estrella hídrica de La Macarena y del Guaviare porque, entre otras, como municipio estamos encaminados y empoderados con el turismo sostenible.

Entonces invité al alcalde de La Macarena, Ismael Medellín, al Congreso de la República a denunciar que se estaban vulnerando nuestros derechos fundamentales. Viajamos a Bogotá el 20 de marzo y denunciamos públicamente lo que querían hacer en nuestro municipio. Los senadores nos escucharon y se formó un boom en Colombia de proteger nuestro patrimonio natural y de cuidar el río más hermoso del mundo, que es el Caño Cristales.

En ese momento la prensa y distintas organizaciones internacionales hicieron bulla para defenderlo y en menos de 36 horas, debido a toda la presión, la ANLA le quitó la licencia a la empresa el 19 de abril. No sólo era el sentimiento macarecense, sino del Meta, de Colombia y del mundo que buscaba preservar un patrimonio natural.

Ese día en el Congreso, como a las 7 de la noche, se le ordenó al director del ANLA que derogara la licencia. Veníamos de Bogotá a Villavencio y vimos el trino del presidente Juan Manuel Santos. Sentimos mucha emoción porque era la primera vez en la historia de La Macarena que nos escuchaban y se sentía nuestra posición. Esa noche salieron todos a recorrer las calles del municipio: en caravana, en motos, a pie, con pancartas.

Me sentí sorprendido y agradecido por toda la ayuda de ambientalistas, de la prensa, de las organizaciones internacionales. Agradecí el sentido de pertenencia de la gente, que así nunca haya ido, ha visto la foto de este paraíso. Sentí que la ANLA se vio acorralada y estaba obligada a tomar una decisión distinta.

Entre los 13 concejales logramos informarle al país sobre el atropello que se iba a hacer. A veces es un proceso dispendioso, porque si es difícil que a un senador lo escuchen, imagínese a un concejal de La Macarena (Meta), un lugar alejado, retirado del resto del mundo, del centro del país.

No puedo negar que también tuve miedo. En Casanare había líderes defensores del medioambiente que mataron. Muchas personas tenían temor de decirle no al petróleo. Nadie tomaba la determinación. Con la gallardía y la voluntad de Dios y de todos los santos me enfrenté y empecé esta lucha. Y la gente se dio cuenta, lo notó. Comenzaron a expresar lo que sentían en el corazón y fue masivo.

Cuando vieron la avalancha que creció y creció decidieron seguir protegiendo este santuario, porque si se acaba esto, se convierte en desierto.

Por Pedro Rocha

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