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A raíz de su descenso a la categoría B del fútbol colombiano y aduciendo ‘falta de respaldo’ por parte de las autoridades locales, el presidente de junta directiva del Cúcuta Deportivo, José Augusto Cadena, solicitó a la Dimayor el traslado del equipo a otra sede, hecho que fue rechazado tajantemente por la administración municipal.
Aunque el traslado ya fue aprobado por la Dimayor –pese a que se adelantan gestiones entre las partes para que el equipo permanezca en su sede natal– el alcalde de la capital de Norte de Santander, Donamaris Ramírez, negó los señalamientos y sostuvo que “se dieron todas la condiciones para sostener el equipo en la primera división”.
Según el mandatario regional, el presidente de la junta directiva de la institución “traicionó a la afición del Cúcuta Deportivo y a toda la ciudad. Falta a la verdad al afirmar que no tuvo respaldo, cuando se le dieron todas la facilidades y condiciones para mantener el equipo en primera división”.
El alcalde argumentó que al onceno rojinegro no se le cobró el arriendo del Estadio General Santander; el impuesto por espectáculo se le redujo del 10% a 1%; tampoco pagó el servicio de energía eléctrica y se le ayudó a negociar la deuda ante la Superintendencia de Sociedades. “Sin contar la gestión que realizó para que el patrocinador de la Liga Águila le diera publicidad cuando el equipo estuvo en la categoría B”.
Entre otras, la Alcaldía de Cúcuta sostuvo que el equipo –fundado en 1949 y que desciende por cuarta ocasión a la categoría B– es un referente patrimonial y cultural para la ciudad y la región, con una de las aficiones más numerosas del país.
“La afición del Cúcuta Deportivo es una de las más fieles y representativas en el fútbol colombiano, por eso no escatimé esfuerzos para garantizar la permanencia del equipo en la primera división, de ahí las exenciones tributarias y contractuales, incluso hasta premios se buscaron para motivar al equipo”, precisó.