El objetivo es lograr cobertura del 100% en los centros urbanos y al menos del 85% en el sector rural.
Más del 50% de las enfermedades reportadas por los hospitales del departamento provienen del no abastecimiento de agua potable. Por cada peso invertido en el tratamiento del agua, siete pesos se dejan de invertir en el sector de la salud.
El agua potable es la mejor estrategia para la prevención de enfermedades. Es evidente que no existe posibilidad de desarrollo cuando un municipio no tiene la infraestructura adecuada para garantizar la prestación de un servicio apropiado y oportuno.
Conscientes de esta realidad que se presentaba en la mayoría de los municipios en el año 2008, el gobernador de Cundinamarca, Andrés González, y su grupo de asesores, después de unos estudios que arrojaron como resultado la carencia casi absoluta de planes maestros de acueductos en los municipios del departamento, tomaron la decisión de implementar el Plan Departamental de Agua y Saneamiento, como principal estrategia que permitiera avanzar con mayor claridad en la cobertura urbana y rural en la prestación de un servicio óptimo y de calidad.
“El objetivo es estructurar un plan de acción a tres años, mediante el cual se logre cumplir con cobertura del 100% en agua potable y alcantarillado en los centros poblados y al menos el 85% en agua potable en el sector rural”, señala Félix Guerrero, gerente de Empresas Públicas de Cundinamarca S.A. ESP.
Desafortunadamente, las zonas rurales son las más afectadas, con bajas coberturas de acueducto y saneamiento básico. En muchos casos, para subsistir dependen de los recursos naturales que tienen a su alrededor.
En el transcurso del proceso maestro, las autoridades se dieron cuenta de que era indispensable contar con planes actualizados que estuvieran definidos con la asesoría de profesionales e inventario de redes existentes.
Según las estimaciones, el total de la inversión en los 116 municipios estaría por el orden de los $1"043.148'803.385 y a la fecha ya se cuenta con $774.450'000.000, que garantizan un cubrimiento del 74,2% del total de las necesidades definidas en el diagnóstico.
A través de la organización en las finanzas y de contar con un plan serio ha sido posible garantizar la terminación de proyectos estratégicamente importantes para el departamento, como son la conclusión del acueducto regional La Mesa-Anapoima, lo que representa la infraestructura necesaria para transportar 280 litros por segundo a estas dos localidades.
Además de la terminación del proyecto regional Fruticas en los municipio de Chipaque y Cáqueza, que asegura un acueducto regional para más de 17.000 habitantes. Pero ahí no para todo, pues los recursos también han alcanzado para modernizar las redes de abastecimiento de Caparrapí, alcantarillado de Pacho, mejoramiento de las bocatomas de abastecimiento de Villeta, de la planta de tratamiento de Junín y para el programa de Vivienda Corazón de Colombia en Girardot, entre otras.
Cómo se efectuó el proceso
Empresas Publicas de Cundinamarca S.A. ESP, por ser el principal responsable y gestor del proyecto, antes de tomar la decisión se asesoró de dos empresas consultoras que se encargaron de estructurar la contratación de los planes maestros en más de 300 poblaciones.
El plan concluyó con la contratación de nueve firmas consultoras que pusieron a disposición ingenieros, topógrafos y geólogos para adelantar durante seis meses la revisión y actualización de las redes.
También se contrató la interventoría de la Universidad Nacional, que se encarga de garantizar la calidad de las obras, además de velar para que los diseños se entreguen en programas digitales, lo cual es muy provechoso porque en un futuro permitirán tener en un servidor y en un mismo programa los planos de los municipios vinculados.
Las necesidades, tanto en agua potable como en saneamiento básico, están identificadas. Las fuentes y disponibilidad de recursos ya están garantizadas por el esquema financiero.
La gran dificultad durante el desarrollo del proceso ha sido la carencia de diseños de acuerdo con los parámetros definidos por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, que exige el cumplimiento de la Norma RAS (Reglamento de Agua y Saneamiento).
“El inventario de redes ha sido el mayor reto, pero a la vez es el punto de partida para establecer en qué municipios habrá que priorizar el cambio de redes. A manera de ejemplo, aunque parezca extraño, todavía hay municipios con redes en asbesto de cemento, que se encuentran descontinuadas en el mundo por considerar su material altamente cancerígeno para el ser humano y se hace urgente sustituirlas”, señala Guerrero.
También se ha podido constatar que muchas inundaciones se producen por redes insuficientes en alcantarillado, y en el departamento existen muchos casos como estos, en los que es necesario empezar a hacer las intervenciones predeterminadas.
El sector urbano del departamento cuenta con una cobertura de acueducto del 94,5%, pero los sistemas presentan mucha deficiencia en cuanto a la potabilidad y la continuidad. En la mayoría de los casos esta situación se presenta porque los sistemas construidos que están garantizando la conectividad son obsoletos y requieren inversiones considerables para su optimización.
De cumplirse el cronograma como está establecido, es factible que en 2011 varios municipios ya estén ejecutando sus planes maestros de agua, y los que no alcancen a realizarlo, lo harán de forma gradual. Estarían listos para 2012.
Lo importante es que ya se inició el proceso de estudio y están identificadas las plantas que necesitan urgentemente intervención para brindar un agua apta para consumo humano y que contribuya para el desarrollo de la comunidad y la región.