El carro fúnebre salió hacia la funeraria La Paz escoltado por una patrulla de la Policía, donde fue velado por pocas horas.
Sólo familia muy cercano estuvo presente en el sepelio, que fue custodiado por las autoridades de Bucaramanga que le garantizaron total privacidad a la familia.
Orlando Mosquera, padre del menor, salió de la Clínica donde permanecía recluído por una grave alteración en su sistema nervioso, para acompañar a su pequeño.
La tumba del menor quedó al lado de la de su bisabuelo paterno.
Por El Espectador
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación