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¿Por qué atacaron a Santa Rosa de Osos?

La minería de oro, la coca y los proyectos hidroeléctricos convirtieron este municipio en objeto de los violentos.

Wálter Arias Hidalgo / Medellín
09 de noviembre de 2012 - 08:50 p. m.
Una mujer llora durante las exequias de uno de los diez asesinados en Santa Rosa de Osos (Antioquia).  /  Luis Benavides
Una mujer llora durante las exequias de uno de los diez asesinados en Santa Rosa de Osos (Antioquia). / Luis Benavides

Ayer fue uno de los días más oscuros en la historia del municipio de Santa Rosa de Osos. En medio de un clima de pánico puro, concentrado en centenas de campesinos desplazados por el temor, el obispo Jorge Alberto Ossa ofició la misa fúnebre de los 10 agricultores asesinados la tarde del miércoles en una finca de la vereda Aguadas, corregimiento de San Isidro.

“¡¿Hasta cuándo vamos a soportar que nadie escuche a los campesinos?!”, dijo el religioso de manera tan enérgica que estremeció a las cerca de mil personas que estuvieron en la Parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá.

La eucaristía finalizó a las 9:00 de la mañana y los cadáveres fueron llevados a sus lugares de origen, cinco de ellos al corregimiento San Isidro. Entre la decena de muertos estaban padre e hijo, Joel Espinoza, 58 años, y William Alberto Espinoza Viana, 23. Y Gloria Zenaida Chavarría Posada, 29 años y madre de dos niñas.

En medio del dolor evidente y de un pueblo triste, el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, dijo: “Salimos del dolor de Santa Rosa para Andes (municipio del suroeste antioqueño), a seguir construyendo la esperanza. La vida, implacable, continúa”.

Pese a la presencia de Juan Carlos Pinzón, ministro de Defensa, en un consejo extraordinario de seguridad, los trabajadores de las tomateras, que están desde el jueves en la cabecera del pueblo, dijeron que mientras no haya garantías no volverán a sus labores.

Expresaron que la extorsión está carcomiendo a los finqueros y reforzaron una de las hipótesis que podrían explicar la masacre: que el dueño de la finca se habría negado a pagar una extorsión, impuesta, al parecer, por la banda criminal Los Rastrojos, quienes habrían llegado a Santa Rosa de Osos desde enero de este año.

Lo que dicen los campesinos se deduce de las versiones sobre lo que ocurrió antes de la matanza: que tres hombres vestidos de negro, con armas largas, llegaron a la residencia del administrador de la finca, reunieron a los 11 trabajadores en el corredor de la casa —uno se salvó— y les preguntaron si el patrón había pagado la vacuna. Los hombres lanzaron la granada y desenfundaron las armas cuando, al parecer, uno de los campesinos dijo que su patrón, dueño de 30 fincas, respondió que no había pagado el dinero.

Santiago Londoño, secretario de Gobierno de Antioquia, dice, sin embargo, que la matanza estaría relacionada con el enfrentamiento de bandas criminales y la captura, hace una semana, de alias 18, cabecilla de Los Rastrojos. En la vereda Caruquia de Santa Rosa de Osos también fueron capturados alias Papas y alias Hambre, de la misma organización criminal.

Londoño, luego del consejo de seguridad, realizado la tarde del jueves con la presencia de representantes de las Fuerzas Militares y la Fiscalía, anunció que llegan 200 soldados y un escuadrón móvil de carabineros a fincas que podrían estar en riesgo. Y que hay una recompensa de $50 millones por información concreta sobre los autores de la masacre.

El propósito también es blindar una población atractiva para grupos armados ilegales porque está en un corredor, de acuerdo con la Policía de Antioquia, que conecta con los municipios de Belmira, Don Matías (norte), San Jerónimo, Sopetrán y Santa Fe de Antioquia (con conexión a Urabá) y con el Valle del Aburrá. Y porque hace parte de una región de explotación lechera, agrícola y minera.

El norte y el nordeste son regiones montañosas y plagadas de bosques, con una geografía que facilita a los grupos armados (Los Rastrojos, Los Paisas, Los Urabeños, Farc, Eln) mover drogas y armas, esconderse y escapar y usufructuar toda la industria alrededor del oro.

En Segovia y Remedios, municipios del nordeste, y otros del Bajo Cauca se extrae el 99% de la producción de oro en Antioquia, que en 2011 fueron 19,2 toneladas, de las 56 extraídas en Colombia.

¿Cuánto les deja la minería a los grupos armados en Antioquia? Londoño cree que entre el 5 y el 15% de la producción total. Es decir, entre US$50 y US$151 millones. “Es mucha plata la que sale por extorsión, además de la que sale por las minas fachada (…) Ahí no hay narcotráfico que valga”, dice Santiago Londoño, secretario de Gobierno de Antioquia.

La disputa entre grupos armados en el nordeste ha dejado más de 190 asesinatos este año —hasta el 30 de octubre—, lo que representa un incremento del 250% en comparación con el mismo período del año pasado.

Por otra parte, en el Nudo de Paramillo, situado en los municipios de Ituango y Peque (norte de Antioquia), y Montelíbano, Puerto Libertador y Tierralta (Córdoba), se estaría sembrando hoja de coca y produciendo base; y en las áreas selváticas que conducen al nordeste y el Magdalena Medio, desde hace tiempo se instalan laboratorios para cristalización de cocaína. Además, la gran hidroeléctrica que se está desarrollando en Ituango hace que la zona norte adquiera un cada vez mayor potencial estratégico.

Esas subregiones también conectan a Antioquia con Bolívar, Sucre y Córdoba, lo que permite movilizar la droga de un departamento a otro para beneficiarse del consumo interno y empalmar con las rutas que finalizan en playas y puertos del Caribe.

Así las cosas, mientras campesinos se desplazan por el peligro creciente en la zona lechera y denuncian la presencia de hombres armados que ofrecen salarios de hasta un millón de pesos mensuales para quienes hagan parte de sus filas, el gobernador Sergio Fajardo anunció que este sábado estará en Santa Rosa de Osos para acompañar e impulsar el avance de la región en medio del dolor, “para que el dolor no se convierta en más rabia y más violencia”.

"Los tenemos en la mira”: Santos

 

Ayer, en su cuenta de Twitter, el presidente Juan Manuel Santos se pronunció sobre la masacre de 10 campesinos en Santa Rosa de Osos, Antioquia. “Nuestra obligación es perseguir a los criminales de Santa Rosa de Osos. El ministro de Defensa está allá y los tenemos en la mira”, aseguró Santos.

Los primeros indicios, aseguró la Policía, apuntan a una banda bautizada como Ejército Renacentista, que sería una disidencia de la banda criminal ‘Los Rastrojos’, presente en la zona, al parecer, desde comienzos de este año. 

La Policía aseguró que dicho grupo fue enviado a la zona para proteger los territorios de un grupo de narcos. Las autoridades no descartan que esta sea una retaliación por las últimas operaciones de la Fuerza Pública en la zona.

 

Por Wálter Arias Hidalgo / Medellín

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