"No" rotundo de la Alcaldía de Cartagena a propuesta de que LGBTI “marchen” en recinto cerrado

La administración no solo aseguró que no se violaban los derechos de los niños, sino que aseveró que, de avalarse la proposición del concejal Antonio Salim Guerra, se iría contra el derecho de igualdad y se haría un “un acto de discriminación”.

Redacción Nacional
10 de noviembre de 2016 - 02:26 a. m.
/ Foto: Archivo
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La Alcaldía de Cartagena negó de manera radical la propuesta del concejal Antonio Salim Guerra para que la comunidad LGBTI realizara la Marcha de la Independencia y las Diversidades en un recinto cerrado, y no en la Avenida del Pedregal el próximo sábado. En un concepto jurídico, la administración municipal concluye que “no existe violación a derecho fundamental alguno a los niños”.
 
El debate inició el pasado 24 de octubre cuando Salim propuso que la movilización, que se realiza desde hace diez años, se redujera a “una expresión cultural” y pidió que se hiciera en un espacio privado. Salim, quien en el 2015 promovió la prohibición de los bailes eróticos en La Heroica, aseguró que la marcha de la comunidad LGBTI violaría los derechos de los niños, al no prevenirlos de “actos de erotización temprana o de cualquier acto que afecte el normal desarrollo sexual delos niños y niñas”. (Lea aquí: Concejal de Cartagena ahora busca prohibir marcha de diversidad sexual).
 
Pero en un concepto jurídico, la Alcaldía de Cartagena desestimó de tajo todos los argumentos del concejal que aseguró que resultaría “confuso” explicarle a un niño, porque un hombre marcha “disfrazado” de mujer, y viceversa. Para hacerlo, la Oficina Asesora Jurídica de la administración se hizo varias preguntas. Las respuestas fueron certeras en contra de la propuesta de Antonio Salim Guerra: no hay violación alguna de los derechos fundamentales de los niños.
 
La alcaldía se preguntó: primero, si la marcha es un acto de “erotización sexual” (como señaló el concejal); segundo, si es responsabilidad de las autoridades o de los padres impedir, o no, la asistencia de los niños a la marcha; tercero, si en efecto se violan los derechos fundamentales de los menores, y cuarto, si al hacer que la marcha sea un recinto privado no sería, más bien, una violación a los derechos de la comunidad LGBTI.
 
Para la administración, la movilización de la comunidad LGBTI está lejos de ser un acto de erotización sexual. Al contrario, “es una marcha con un propósito específico, como lo defienden sus gestores”. También asegura que no son las autoridades locales las encargadas de prohibir, o no, la asistencia de los niños a una movilización que se realizará a las 8:00pm ni de velar por su educación sexual, sino que “corresponde a los padres o a las personas legalmente obligadas en primer lugar, definir y decidir si llevan o no a sus hijos”.
 
Así pues, asegurando que el hecho de que no se violan los derechos de los niños, la Alcaldía se preguntó si obligar a que el acto sea una “expresión cultural en un espacio cerrado”, no significaría ir contra los derechos de los LGBTI. A todas luces, la respuesta es afirmativa, pues “no solo sería una violación al derecho a la igualdad, sino también la ejecución de un acto de discriminación, lo cual tendría no solo implicaciones jurídicas para la autoridad que lo niegue, sino que también sería un mensaje de exclusión social”.
 
El debate que suscitó la polémica propuesta del concejal Antonio Salim Guerra se ve cerrado en un clima de agresiones a personas de la comunidad LGBTI. Entre el domingo y el lunes pasados, se presentaron tres ataques que dejaron heridas a dos mujeres transexuales y a un hombre que defendía a un amigo homosexual.
 
Una de las heridas es Yimara Sajir Beleño, una líder trans de 39 años, que se encontraba el domingo pasado en el Centro Histórico de Cartagena alrededor de las 3 de la mañana, cuando un hombre le hirió parte del rostro y el brazo izquierdo con una botella.  Ese mismo día, Sharon Michael Guerrero, de 21 años, fue golpeada por dos hombres en el barrio Altos de San Isidro. 
 
El tercero de estos casos sucedió el lunes, cuando Gustavo Antonio Sands entró junto con un amigo homosexual a un almacén de cadena en el barrio La Manga. Tres sujetos se burlaron de ellos en ese momento; cuando salieron del establecimiento, la discusión continuó y uno de los que se burlaba atacó a Sands y a su amigo con una botella. El primero resultó herido cerca al cuello y en el brazo izquierdo.
 

Por Redacción Nacional

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