Por estos días uno de los retos claves de las Empresas Públicas de Cundinamarca es conseguir que municipios como Chía cumplan con certificarse ante la Superintendencia de Servicios Públicos para poder manejar los recursos que el gobierno nacional entrega para la distribución del servicio de agua potable.
La gerente de las Empresas Públicas de Cundinamarca, Juana Laverde, señaló que en el listado de los municipios certificados que entregó la Superintendencia (con corte al 15 de agosto de 2013), Chía aún aparece pendiente por reportar su certificado, junto a otros 25 municipios del departamento.
Entre los requisitos para obtener la certificación están la explicación de para qué y de qué manera se destinarán los recursos, la aplicación de la estratificación socioeconómica y la aplicación de las metodologías tarifarias expedidas por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico.
Antes de diciembre, la Superintendencia determinará si el municipio obtiene o no la certificación. En caso de que su respuesta sea negativa, la Gobernación asumiría el manejo de los dineros del sistema de participación del Gobierno y el municipio no podría realizar nuevos compromisos con cargo a estos dineros.
En 2011 los municipios que no recibieron certificación fueron Cabrera, Caparrapí, Carmen de Carupa, Gachalá, Ricaurte, San Cayetano, Ubaque, Vianí, Viotá y Yacopí.
Otro de los tropiezos que ha tenido la administración municipal en cuanto al manejo de su sistema de acueducto es en la expedición de las licencias de construcción, debido a la falta de conexiones a las redes. Frente a este tema, la Gobernación se comprometió, tras un encuentro realizado en los últimos días, a analizar posibles estrategias para solucionar el problema.