Once colombianos habrían sido asesinados en una masacre en Tamaulipas, México en la que murieron 58 hombres y 14 mujeres a manos de los Zetas, quienes los querían obligar a cometer acciones delictivas para poder pasar la frontera.
De acuerdo con el testimonio de un ecuatoriano, quien sobrevivió a la matanza, los 11 cuerpos que aún no han sido identificados se tratarían de colombianos, de acuerdo a su acento, aspecto físico y documentos que portaban. (Lea El altar de los migrantes)
Por lo que la Procuraduría General de la República de México solicitó ayuda a la Fiscalía Nacional para verificar si los cuerpos corresponden a personas colombianas desaparecidas entre el 1 de enero y el 23 de agosto de 2010 que intentaron pasar la frontera hacia Estados Unidos.
Para ello la autoridad mexicana solicitó a la Fiscalía álbumes fotográficos, prendas, muestras biológicas y datos de edad, sexo y raza, así como una cartilla de huellas dactilares para cotejar la información con las once personas que aún no han sido identificadas.
La masacre fue cometida entre el 22 y el 23 de febrero de 2010 en San Fernando de Tamaulipas, por integrantes de los Zetas, quienes dispararon por la espalda y apilaron a la intemperie, el cuerpo de 72 personas, entre ellas 58 hombres y 14 mujeres provenientes de centro y Suramérica, que no quisieron hacer parte del grupo delincuencial.
La Procuraduría de México asumió la investigación del caso debido a que se consideró el crimen como un delito federal. En cuatro años se ha confirmado la muerte de seis involucrados en la masacre y la captura de ocho presuntos participantes, que enfrentan cargos por delincuencia organizada, porte de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, secuestro y homicidio calificado.