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Comida chatarra

Uno de los efectos más devastadores del paro agrícola es la pérdida masiva de alimentos, la cual presionará un aumento de la inflación en agosto.

Redacción País
04 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
 La vía Bogotá- Tunja fue la que presentó mayores dificultades para el transporte de alimentos. / AFP
La vía Bogotá- Tunja fue la que presentó mayores dificultades para el transporte de alimentos. / AFP
Foto: AFP - LUIS ACOSTA

Una de las paradojas más grandes del paro nacional que desde hace 18 días vive el país es que quienes lo lideran son al mismo tiempo los más afectados por sus consecuencias sobre la economía nacional.

Paradójico y triste, pues la congestión de alimentos a causa de los bloqueos en las principales vías del país significa la pérdida de la cosecha de ese deprimido sector, la escasez de alimentos en la dieta de los colombianos y un inevitable incremento en el índice de inflación correspondiente al mes de agosto, que será dado a conocer mañana por el Gobierno. Y es que, aunque los precios de las principales plazas comenzaron a estabilizarse tras los desbloqueos ordenados por los campesinos de Boyacá, el tránsito en algunas de las más importantes carreteras del suroccidente (Valle, Nariño, Antioquia y Putumayo, por ejemplo) permanece restringido o nulo, por lo cual algunos alimentos —por ejemplo frutas, como el banano— siguen siendo costosos en comparación con los precios que registraron hasta junio.

Como el desempeño de la economía está inevitablemente atado al comportamiento de variables como la inflación, el Gobierno prevé que el impacto negativo del paro podría llegar a desajustar sus cálculos para este año, si bien aún es temprano para saber en qué proporción.

Las cifras oficiales señalan que más de mil toneladas de alimentos represados en el norte del Valle, especialmente frutas, comienzan a perderse ante la imposibilidad de llegar a los centros de abastos de las principales ciudades del centro del país.

En la misma región, la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) se queja por pérdidas que sobrepasan los $25.000 millones en insumos y alimentos para pollos, situación ilustrada por las cada vez más comunes imágenes que registran los medios de comunicación en las que aparecen los pollos muertos o enfermos, que en vez de llegar a Córdoba y Sucre son sacrificados a mitad de camino.

La Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), que agrupa a los representante de uno de los gremios que más han impulsado el paro, señala que los paperos han perdido 6.000 toneladas diarias de su producto.

Los lecheros, también activos gestores de la protesta contra los tratados de libre comercio, señalan que las distorsiones provocadas por el contrabando y el abandono estatal al campo, los han damnificado. Hasta hace una semana tasaban sus pérdidas diarias en $15.000 millones, especialmente porque cada 24 horas se les quedaba sin distribuir un millón de litros de leche.

Similar situación vivieron los cebolleros (perdieron $64.000 millones en la primera semana de paro) y los arroceros ($3.500 millones diarios, según Fedearroz), entre otros, en los primeros ocho días de las protestas.

Por Redacción País

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