En el corregimiento de Altavista, occidente de Medellín, varias familias disfrutan desde hace poco más de un mes del agua prepago, un medidor especial instalado en las casas, cuya tecnología fue desarrollada por EPM y sus proveedores. Luz Mariela Zapata va a la tienda y recarga su tarjeta con $5.000, la pone sobre el medidor y listo, el servicio está disponible. “Nosotros somos cinco personas. Recargamos en total $20.000 al mes y eso es suficiente. Antes nos gastábamos hasta $80.000 y llegó un momento en que no podía pagar”, comenta Luz Mariela.
En la otra cuadra del barrio, justo detrás de su casa, está la de Jesús Emilio Úsuga, que vive con su hijo, su nuera y nietos, y al igual que Luz Mariela recarga $20.000 al mes. Después de estar sin agua durante varios meses y tener que cargar de casas vecinas o desplazarse a lavar ropa a una quebrada cercana, entendieron que el derroche es la causa de todos sus males. “La gente gasta sin medida y no se da cuenta de que un litro de agua que gaste de más lo necesita otra persona”, explica Jesús, y añade: “Nosotros botábamos mucha agua; por ejemplo, para lavar los platos era todo el rato la canilla abierta. Ahora no. Ahorramos al máximo”.
Actualmente 400 hogares en toda la ciudad cuentan con el servicio de agua prepago y, según EPM, la idea es aumentar a 1.700 al mes para al final de año alcanzar la cifra de 10.500 y en dos años llegar a 35.000. María Isabel Jaramillo, vicepresidenta comercial del Grupo EPM, explicó que hicieron todos los estudios. “La recarga mínima es de $5.000, y serían unas seis recargas al mes, pero depende del estrato, por los subsidios que tienen. En estrato uno son dos metros cúbicos de agua, unos nueve metros al mes para cinco personas en el hogar”.
El programa de agua prepago va dirigido a todos los estratos, tanto de vivienda como de industria. Por el momento la condición es estar en mora o tener el servicio cortado por falta de pago. El medidor que se instala no tiene costo para el usuario sino que se entrega en comodato y no hay exigencia de permanencia en el programa. A futuro, la idea es extenderlo a todos los usuarios sin condicionamientos, como ocurre con la energía prepago, la cual ya cuenta con 186.000 familias desde que se inició en 2007.
Aunque en otros países como México, Ecuador y Sudáfrica existe el prepago, en Medellín hay una diferencia sustancial y es que la gente puede comprar el diario. “En esos países pagas cada mes lo que deseas consumir. Nosotros hicimos un estudio de cómo la población se gana hoy el ingreso. Cerca del 45% tiene un empleo informal. Nosotros nos adaptamos a esa condición de vida con las microrrecargas. La gente puede comprar energía o agua de acuerdo a lo que se gana”, explica Jaramillo.
Con el sistema se busca, además, que las personas que se encuentren en mora cumplan con su obligación, es por eso que el 10% del valor recargado se destina al pago de la deuda.
El agua prepago está disponible en Medellín y el área metropolitana. Próximamente harán un piloto en Urabá y posteriormente en el resto de zonas del país donde hace presencia la empresa, tal y como ocurre con la energía prepago que ya está en toda Antioquia y los Santanderes.
En el programa de agua prepago EPM invirtió $75.000 millones, de los cuales $25.000 millones fueron para los nuevos medidores y el resto para el mantenimiento.
“Lo mejor de esto es que podemos tener los servicios. Hace mucho tengo la energía prepago y ahora el agua es una bendición. Ojalá sí se dé lo del gas, sería maravilloso. La gente no valora las cosas porque las tiene, pero yo sí quisiera que tuviéramos más conciencia y no desperdiciáramos tanto. Nosotros ya lo sufrimos y, la verdad, no quiero volver a pasar por eso. El agua es una bendición, bendito sea Dios”, expresa Luz Mariela.