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El efecto de la caída de Petro en diálogos de La Habana

Aunque el saliente alcalde anunció su apoyo a la paz y a una constituyente, su destitución tendrá seguros efectos en el proceso de paz.

Redacción Política
20 de marzo de 2014 - 04:39 a. m.
‘Iván Márquez’ y ‘Pablo Catatumbo’, miembros de la delegación de paz de las Farc en La Habana.  / EFE
‘Iván Márquez’ y ‘Pablo Catatumbo’, miembros de la delegación de paz de las Farc en La Habana. / EFE
Foto: AFP - YAMIL LAGE

Por encima de los desencuentros ideológicos y políticos que podamos tener con el señor Petro, no podemos permanecer impacibles ante tan desmedida muestra de soberbia oligárquica”. Estas palabras, incluidas hace tres meses en un comunicado de la delegación de paz de las Farc en La Habana, justo cuando se conoció la destitución del alcalde por parte de la Procuraduría, reflejan de entrada el impacto que puede tener ahora en los diálogos de paz en Cuba la salida de Gustavo Petro y la postura del presidente Juan Manuel Santos.

Aunque en los últimos días Petro insistió una y otra vez que si algo perjudicara el proceso de paz en Cuba por efecto de su pelea contra el fallo del procurador, él mismo iría a La Habana a pedir que no se dejaran influenciar, pues por encima de todo hay que salvar la negociación, no cabe duda de que lo sucedido ayer sí puede tener efectos. El tema específico es que constituye un preocupante antecedente de cara a que se pueda realmente estructurar un acuerdo de participación en política de las Farc.

Petro, durante su intervención ayer en el balcón del Palacio Liévano, se preguntó cómo va a hacer el presidente Santos para garantizarles la participación en política a los eventuales desmovilizados de las Farc, si él, que ganó unas elecciones en Bogotá, fue destituido. No cabe duda de que la columna vertebral de la negociación en La Habana es facilitar la posibilidad de que las Farc cambien las armas por los votos. El mismo Santos se ha encargado de resaltarlo. Pero ahora la destitución de Petro crea un factor de desconfianza.

La incredulidad que en su momento expresó la delegación de las Farc cuando insistió en que “por encima de la ingenuidad y la inconsecuencia demostrada en su carrera política por Gustavo Petro”, creen que hay que apoyarlo, saliendo a la calle a reclamar por el respeto por la democracia, porque se ponga fin al reinado de la exclusión política en Colombia”. Una forma de advertir que lo sucedido con el alcalde de Bogotá, más allá de las instancias judiciales, en el plano político, afecta el proceso de paz.

En unas de sus primeras intervenciones desde que empezó la crisis en Bogotá, Gustavo Petro precisó: “Que lo sepan en La Habana, el mensaje que quiera dar el procurador no es solamente la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la diferencia, es también una trampa, es lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana”. Ayer, más cauto frente al tema, optó por reiterar que está dispuesto a viajar a La Habana para defender el proceso de paz en el marco de una convocatoria de una asamblea constituyente.

Y este es precisamente el otro tema que puede causar efectos en La Habana. Como se sabe, las Farc han insistido en que el escenario para refrendar los acuerdos de paz de La Habana es una constituyente. Una idea a la que se ha opuesto el Gobierno que, hasta el momento, cree más en la opción de un referendo. Sin embargo, con Gustavo Petro en las plazas públicas pidiendo y organizando comités por una constituyente, el tema puede tomar un giro inesperado, más aún cuando sectores de derecha también quieren apostarle a la misma fórmula.

Lo que queda claro es que mientras persiste en su pelea judicial, la idea de Petro es imponer la necesidad de la paz, que en su criterio depende de la capacidad de movilización de la gente. Un escenario que, en el contexto de las protestas agrarias que se anuncian para el 28 de abril, también puede darle alas al saliente alcalde de Bogotá para incidir en este tema. Si, como lo dijo ayer en la plaza pública, lo suyo va a ser “construir la dirigencia y la generación de la paz”, salta a la vista que algo va a influenciar en el proceso de paz de Cuba.

El otro efecto será electoral, pero sólo quedará claro cuando se acerque la fecha de los comicios electorales. Lo cierto es que ya no vaN a ser Santos y los partidos que lo respaldan los únicos defensores del proceso de paz de La Habana. Ahora, con un discurso diametralmente distinto, incluso contra Santos, será Gustavo Petro quien entre a tratar de incidir en el escenario de La Habana. Falta esperar cómo van a capitalizar las Farc el nuevo panorama político en Colombia con Petro sin balcón, sin alcaldía, pero en las plazas públicas.

Por Redacción Política

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