Publicidad

El paso de una expedición por Colombia

Más de 170 jóvenes de Iberoamérica hicieron una caminata de 12 horas por el Parque Natural Tayrona. Su recorrido continúa en Barichara y luego en Villa de Leyva y Bogotá.

Verónica Téllez Oliveros, Enviada especial
16 de agosto de 2015 - 03:48 a. m.

“Los caminos, las caminatas, involucran la transformación de un peregrino que sale de un sitio y al llegar a otro ha sufrido una serie de vicisitudes que le hacen cambiar. Eso es lo que significan: el cambio. Nos recuerdan que estamos en movimiento y hemos creado nuestra historia a través de ello”. Las palabras son de Jesús Luna, un español de 50 años que ha dedicado 23 de ellos a las expediciones. Está en el Parque Natural Tayrona, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Es el miércoles 12 de agosto y acaba de hacer una caminata de 12 horas por esta montaña metida en la costa, junto a una expedición de más de un centenar de jóvenes, muchos de ellos europeos.
 
Luna lidera el viaje de 177 jóvenes de España, Portugal y América en el campamento móvil que comenzaron la semana pasada en Colombia. El grupo hace parte de la Ruta BBVA, un programa educativo y de intercambio cultural que cada año recorre Europa y un país de Latinoamérica y que visita por segunda vez este país.
 
En este miércoles de agosto Luna me explica que justamente el recorrer caminos es el corazón de la ruta. Es la forma en la que buscan generar un cambio en los jóvenes, una experiencia que transforme su visión del mundo. Por eso el proyecto eligió el Tayrona para hacer la primera caminata en su paso por Colombia. Un lugar con una mezcla única: bosque húmedo, el poderoso mar Caribe, biodiversidad y la milenaria sabiduría de los indígenas koguis que sobreviven en la zona.
 
Cuando el recorrido por Colombia termine en una semana, seguramente algo se habrá movido en los 177 expedicionarios. En el momento en que se postularon a la ruta española, los jóvenes de entre 18 y 19 años aceptaron hacer un viaje en condiciones totalmente diferentes a las de su vida cotidiana en la ciudad. Sin su familia, conviviendo con desconocidos, sin teléfono móvil (en un mundo que cada vez parece ser más dependiente de estos aparatos para comunicar hasta el mínimo detalle), asumiendo normas del campamento como comer en los horarios asignados.
 
En caminatas como la del Tayrona pasan por momentos difíciles que ponen a prueba su resistencia y también generan momentos de solidaridad. El recorrido comenzó en la base del parque, conocida como Castilletes, para seguir soportando la temperatura de más de 36 grados durante cuatro horas y llegar hasta cabo San Juan. Ahí está la zona de playa que la mayoría de turistas visitan. Y es la parte del recorrido donde empieza lo más fuerte. Un camino de dos horas hacia los vestigios arqueológicos de Pueblito, subiendo por enormes piedras en las que incluso hacía falta la ayuda de cuerdas. En total, el camino de ida y regreso tiene 29 kilómetros que toman 12 horas en promedio.
 
“Vengo de Madrid, una ciudad con seis millones de habitantes que es de las más cómodas que conozco. Entonces llegar al Tayrona es un gran contraste. Al principio me costó adaptarme a la humedad, el calor, pero luego recuerdas que estás en ese sitio totalmente privilegiado, que de ninguna otra manera podrías haber estado ahí. El mar tan agitado, tan furioso, caminar por la noche, tumbarnos y ver la cantidad de estrellas que había me pareció impresionante. Estabas totalmente en paz, totalmente relajado”. Así resume su experiencia María Gómez, una de las expedicionarias.
 
Los otros lugares de la ruta
El viaje de los expedicionarios arrancó en España el 25 de julio. El domingo 9 de agosto la ruta llegó a Cartagena. Allí conocieron el castillo de San Felipe y visitaron la Fundación Juan Felipe Gómez, dedicada al desarrollo de proyectos de emprendimiento con madres adolescentes de entre 12 y 19 años. Esto debido a que el programa incorporó el tema del emprendimiento desde hace tres años y ahora los ruteros proponen proyectos relacionados con él para participar en el viaje.
 
Uno de los encuentros que más esperaban los jóvenes también era la charla con Jaime García Márquez, hermano de Gabriel García Márquez. Les contó anécdotas importantes sobre el trabajo del nobel, como que Mercedes Barcha, su esposa, empeñó sus joyas para que el escritor pudiera sobrevivir mientras trabajaba en Cien años de soledad, o que su papá le hubiera regalado la primera máquina de escribir, pese a que estaba más interesado en que Gabo terminara su carrera de abogado. De alguna manera terminó impulsando su escritura.
 
Ahora la ruta continúa su camino por Santander hacia el Parque Nacional Cañón de Chicamocha y luego estará en Barichara. De ahí pasará a Boyacá para conocer la historia de las esmeraldas en el país y la travesía terminará en Bogotá.
 
* Viaje por invitación de la Ruta BBVA.

Por Verónica Téllez Oliveros, Enviada especial

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar