El Quimbo, en cuidados intensivos

El ente de control investigará presuntas irregularidades en la expedición de la licencia ambiental de la obra.

Redacción País
23 de agosto de 2012 - 10:05 p. m.
Uno de los hitos del proyecto hidroeléctrico  fue el desvío de 500 metros del río Magdalena, el más importante del país, que se realizó en medio de la controversia general.    / Emgesa
Uno de los hitos del proyecto hidroeléctrico fue el desvío de 500 metros del río Magdalena, el más importante del país, que se realizó en medio de la controversia general. / Emgesa

La lista es larga. Desde que se planeó, el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, que se construye en el sur del Huila, ha generado protestas, declaraciones en contra y a favor —incluidas las del presidente y el ministro de Minas—, decisiones judiciales y debates en el Congreso de la República. Ahora, como si fuera poco, la Contraloría decidió abrir investigación preliminar para esclarecer si el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) incurrieron en irregularidades en la expedición de la licencia ambiental de la obra y generaron un posible detrimento patrimonial de $350.644 millones. Así se lo confirmó a este diario el contralor delegado para el Medio Ambiente, Javier Cruz, quien agregó que por ser una investigación preliminar, los pormenores de la misma son aún reservados.

Esta decisión del ente de control surgió después de que la Asociación de Afectados por El Quimbo (Asoquimbo) denunciara que el proyecto recibió su licencia ambiental sin siquiera tener los estudios de impacto necesarios para ello. “Además, modificaron la licencia una y otra vez; hicieron caso omiso a la conciliación a la que se había llegado con los pobladores de la zona y no evaluaron que sus daños saldrían más costosos que sus indemnizaciones”, le dijo a este diario el investigador Miller Dussán, uno de los líderes de los opositores a El Quimbo, quien anunció que el 20 de septiembre se realizará una nueva movilización contra el proyecto, que continúa a pesar de los escollos que se le han presentado. El Ministerio de Ambiente le dijo a El Espectador que por ahora no se pronunciará respecto a la decisión de la Contraloría. Por otra parte, al cierre de esta edición aún no había llegado la respuesta de la ANLA.

El Quimbo está en el ojo del huracán desde febrero, cuando se conoció un video en el que campesinos que protestaban contra el proyecto hidroeléctrico eran repelidos por el Esmad, según ellos, de forma innecesariamente violenta. La grabación obligó a que el presidente Santos saliera a defender el operativo. Luego, la controversia se agravó cuando Emgesa, la empresa que lidera la obra, informó que para la realización del proyecto iba a desviar el cauce del río Magdalena unos 500 metros. El desvío se realizó en medio de la controversia, pero motivó a que los entes de control pusieran su mira en la obra. Incluso, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, como jefe de la Empresa de Energía de Bogotá, que es socia accionaria de Emgesa, mandó una comisión para evaluar la situación en la zona. Las obras allí siguen, al igual que el debate. Así lo demuestra la decisión de la Contraloría.

Además de la licencia ambiental, quienes están en contra y quienes están a favor del proyecto discuten alrededor del censo de afectados por el proyecto. Emgesa dice que los perjudicados son 3 mil; Asoquimbo, que son 17 mil. “Ese censo se hizo mal, se hizo para que a la empresa no le saliera caro indemnizar a la comunidad”, dijo Dussán. Emgesa, por su parte, siempre ha defendido que los censos se han hecho acordes con la ley y que lo que sucede es que hay personas inescrupulosas tratando de aprovecharse del río revuelto. El Espectador trató de conocer la opinión de Emgesa respecto a estos dos temas, pero le fue imposible comunicarse con la empresa. No obstante, en una entrevista sostenida con El Espectador meses atrás, el director de esa empresa, Lucio Rubio Díaz, defendió el proyecto y dijo que todo se ha hecho ajustado a la norma. “El trámite de la licencia cumplió con los estudios requeridos y los requisitos previos establecidos por las autoridades competentes. Si la licencia ambiental ha tenido ajustes es por la nueva realidad ambiental de la zona y los sistemas constructivos que se requieren”, afirmó.

El debate está que arde en el sur del Huila. Políticos de esa región, haciendo juegos de palabras, se han referido al proyecto como El Chimbo. La empresa, por su parte, ha mencionado una y otra vez que la obra es necesaria para asegurar el suministro de energía de todo el país y que, además, es energía limpia, a diferencia de lo que dicen sus detractores. Los pobladores dicen que el proyecto ha perjudicado a la flora y fauna de la región y les ha quitado el sustento, Emgesa responde que ya ha indemnizado a varias familias y ha cumplido con lo que acordó con el Gobierno Nacional. Entre escollo y escollo, El Quimbo está en cuidados intensivos y sigue la duda si el proyecto podrá estar terminado para 2014, como está presupuestado.

 

Por Redacción País

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